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El arzobispo de Rabat, Cristóbal López Romero, originario de Vélez-Rubio (Almería) y uno de los siete cardenales españoles con derecho a voto en el futuro cónclave, ha descartado cualquier aspiración personal al papado. Según ha señalado, asumir ese papel excede las capacidades de cualquier persona y desearlo implicaría, en su opinión, una desconexión con la realidad o un deseo desmedido de poder.

Durante una entrevista concedida a RTVE, recogida por Europa Press, el cardenal ha expresado que no se ve en el papel de Obispo de Roma y ha considerado que, si bien nadie debe cerrarse a lo que la Iglesia le pida, la voluntad de acceder al pontificado no es habitual entre los cardenales. A su juicio, aceptar un eventual nombramiento es distinto de ambicionarlo, y ha señalado que esta actitud contrasta con otros ámbitos públicos, como el político. 

López Romero ha reaccionado también a las informaciones que lo sitúan entre los posibles candidatos a suceder al Papa. Ha restado importancia a las quinielas que lo incluyen y ha recordado el dicho que afirma que quien entra en el cónclave como papa, sale como cardenal. Considera que el hecho de que su nombre figure entre los primeros en las apuestas podría ser un indicio de que no será elegido. De hecho, se ha despedido bromeando y siguiendo la estela de otro cardenal argentino. "Sí, puedo ser elegido papa frita".

Para el arzobispo, estas predicciones carecen de fundamento y deben tomarse con cierto humor. Ha subrayado que la lógica no siempre impera en la elección del Pontífice, como demuestra la elección de Francisco, que fue una sorpresa para muchos. Por ese motivo, ha asegurado sentirse tranquilo y alejado de las especulaciones.

El cónclave

En cuanto a la preparación del futuro cónclave, López Romero ha indicado que los contactos entre cardenales han sido todavía escasos. Sin embargo, ha adelantado que se elaborará un perfil del candidato que mejor se ajuste a las necesidades actuales de la Iglesia y del mundo, con el objetivo de establecer una visión compartida.

El cardenal ha destacado que este proceso de reflexión colectiva permitirá analizar en profundidad la situación global y definir los retos que deberá afrontar el nuevo pontífice. Según ha dicho, la prioridad será identificar a la persona que mejor pueda responder a las demandas espirituales y sociales del momento presente.

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Emilio Cabrera.

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