San Altman, CEO de OpenAI, acaba de desestimar una oferta de 97.400 millones de dólares (94.500 millones de euros) por tomar el control de la fundación que desarrolla la herramienta de IA más potente del mundo, ChatGPT. Esta OPA hostil no llega de manos de un cualquiera. Uno de los hombres más ricos y poderosos del planeta, Elon Musk, lugarteniente de Donald Trump en la Casa Blanca, se topó con la negativa de una manera muy sucinta: "No, gracias, pero compraremos Twitter por 9.740 millones de dólares si quieres".
La oferta, que se ha conocido este pasado lunes, llegó a través de un consorcio liderado por el dueño de Tesla, en lo que significa el recrudecimiento de la guerra comercial entre este y Altman. Musk, dueño también de la red social X, llegó a demandar a la startup de inteligencia artificial "por discrepancias sobre su transición a una empresa con ánimo de lucro". Una demanda que llegó justo cuando OpenAI se asoció con Microsoft.
no thank you but we will buy twitter for $9.74 billion if you want
— Sam Altman (@sama) February 10, 2025
OpenAI se encuentra en un proceso de transformación para convertirse en una empresa con estructura corporativa tradicional, dejando solo una pequeña parte de su organización bajo el modelo y objetivos originales de su fundación. Este cambio ha generado preocupaciones entre algunos inversores y defensores del código abierto, quienes han expresado su descontento con la nueva dirección de la compañía.
Marc Toberoff, abogado que representa a un grupo de inversores, criticó la transición de OpenAI y exigió una compensación justa para la organización benéfica de la que la empresa se originó. "Si Sam Altman y la actual junta directiva de OpenAI, Inc. tienen la intención de convertirse en una corporación con fines de lucro, es vital que la organización benéfica reciba una compensación justa por lo que sus líderes le están quitando: el control sobre la tecnología más transformadora de nuestro tiempo", afirmó Toberoff en una declaración escrita este lunes.
El abogado también instó a OpenAI a regresar a un modelo basado en el código abierto y a centrarse nuevamente en la seguridad. "Es hora de que OpenAI regrese al código abierto y se centre de nuevo en la seguridad. Nos aseguraremos de que eso suceda", añadió.
La proximidad de Elon Musk al presidente estadounidense, Donald Trump, no impidió que Sam Altman firmara en la Casa Blanca un acuerdo con Oracle y SoftBank para promover la inteligencia artificial en los próximos cuatro años. La operación, valorada en 500.000 millones de dólares, ha sido bautizada como Stargate y busca impulsar el desarrollo de esta tecnología a gran escala.
La firma del acuerdo se llevó a cabo en el segundo día del regreso de Trump a la presidencia, a pesar de la aparente disconformidad de Musk. El empresario sudafricano, quien fue el mayor donante de la campaña del presidente y ahora desempeña un papel clave en su Administración, ha recibido el encargo de reducir la burocracia gubernamental. Sin embargo, su influencia no fue suficiente para impedir el compromiso de Altman con las empresas tecnológicas involucradas en el proyecto.