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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reafirmado su política arancelaria global con la promesa de que "los empleos y las fábricas volverán con fuerza". Sin embargo, sus medidas, especialmente las que mantiene contra China, podrían tener un impacto directo en el bolsillo del consumidor estadounidense, según advierten expertos del sector tecnológico.

La entrada en vigor de estos nuevos aranceles amenaza con elevar drásticamente los precios de productos clave, desde ropa hasta electrónica de consumo. Uno de los más afectados sería el iPhone de Apple, cuyo precio podría multiplicarse si se traslada la producción a territorio estadounidense.

Una cadena de producción difícil de replicar

Dan Ives, jefe global de investigación tecnológica en Wedbush Securities, aseguró en una entrevista con CNN que fabricar el iPhone en EEUU costaría a Apple más de 30.000 millones de dólares y tomaría al menos tres años, debido a la complejidad de la cadena de suministro que actualmente se concentra en Asia.

"Si construyes esa cadena en Virginia Occidental o Nueva Jersey, serán teléfonos de 3.500 dólares", declaró. Actualmente, el precio base de un iPhone ronda los 1.000 dólares. Apple depende de una red global de proveedores, con chips fabricados en Taiwán, pantallas surcoreanas y ensamblaje final en China, donde se produce cerca del 90% de sus terminales.

Desde la investidura de Trump en enero, las acciones de Apple han caído un 25%, arrastradas por la incertidumbre que generan las medidas comerciales en su modelo de producción. Ives fue tajante: “Ninguna empresa está más afectada por estos aranceles que Apple. Es un Armagedón económico para el sector tecnológico”.

Apple diversifica, pero los precios subirán

A pesar de los riesgos, Apple ha comenzado a diversificar su producción hacia países como India y Brasil, en un intento por reducir su dependencia de China. Sin embargo, los aranceles en estos países siguen siendo altos: 26 % en India y 10 % en Brasil, y ninguno tiene aún capacidad para reemplazar por completo la manufactura china, según el analista Neil Shah, de Counterpoint Research.

Shah estima que los precios del iPhone podrían aumentar hasta un 30 %, dependiendo del país al que se traslade la producción. Otra firma, Rosenblatt Securities, advierte que los precios podrían ser hasta un 43 % más altos si Apple traslada el coste total de las tarifas al consumidor final.

Frente a este panorama, Apple ha anunciado una inversión de 500.000 millones de dólares en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, con la intención de fortalecer su infraestructura y reducir su exposición a los aranceles.

Las implicaciones económicas de la política arancelaria de Trump siguen siendo objeto de debate. Mientras el Gobierno defiende que estas medidas atraerán empleos manufactureros al país, los expertos insisten en que reconstruir el ecosistema industrial de alta tecnología dentro de EE. UU. es inviable a corto plazo y extremadamente costoso.

Por ahora, los consumidores estadounidenses podrían ser los principales perjudicados, enfrentándose a subidas de precios notables en productos esenciales si continúa la escalada comercial impulsada desde la Casa Blanca.

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F. Jiménez

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