La situación no se puede decir que estuviera calmada. Pero cuando Hamás realizó su 'sábado sangriento', un ataque terrorista coordinado en busca de civiles israelíes y no de objetivos militares o políticos, comenzó un auténtico efecto dominó. Y ahora, las consecuencias son imprevisibles, y, sobre todo, oscuras.
Israel atacó días atrás Siria, matando a varios miembros de la Guardia Revolucionaria. Teóricamente, en busca de miembros de Hamás. El conflicto en Oriente ha tenido mucho de geopolítica, y de gestos, de apoyos silenciosos a una causa u otra... Hasta ahora. Porque si bien Irán lleva décadas amenazando a Israel con una guerra total, y apoyando a facciones contra el país y en favor de la causa palestina, no había hace unos meses sensación de guerra.
Ahora, la superpotencia iraní y la superpotencia israelí, ambos con armas de alta destrucción en su poder, se apuntan mutuamente. El golpe en Damasco contra cargos iraníes se ha sentido como una declaración de guerra en el país persa.
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha incidido en las últimas horas en que cree que Irán atacará a Israel, y ha pedido de nuevo que no lo haga. Suena a intención no belicista, pero también a amenaza.
Israel, mientras, se ha retirado del Sur de Gaza y vuelve a atacar el Norte, la zona más castigada, entre cada vez más acusaciones de genocidio contra el pueblo palestino, en una guerra que no es ni mucho menos una acción mesurada en respuesta de los atentados de Hamás.
Pero tiene un ojo Netanyahu en lo que puede decidir Irán en estas horas. Estados Unidos ha trasladado hasta la zona varios buques de guerra, que sirven en parte como disuasión para defender al aliado, el Estado judío, pero que puede ser el detonante para verse obligado a una respuesta rápida ante un ataque iraní.
Lo cierto es que en el mundo árabe, lo que está haciendo Israel con los palestinos ha cruzado la línea de lo geopolíticamente tolerable. Con el ataque en Siria -aliado ruso, por cierto, para más complejidad- a intereses iraníes, Israel no ha hecho más que dar razones para intervenir.
Estados Unidos, que recientemente permitió en sede de la ONU una petición a Israel por un alto el fuego, algo sin precedentes, no permitirá que se amenace a su aliado, al que afea acciones, pero que no aislará. Fue una declaración, la del Consejo de Seguridad, sin precedentes. Y cada vez están ocurriendo más cosas que apenas tienen precedentes en los tiempos recientes. En estas horas, la humanidad, Occidente, se está jugando muchas cosas.
En esas, Pedro Sánchez apunta a ser uno de los primeros presidentes europeos en que reconozca el estado palestino. Aunque, más allá de tensiones, si Irán ataca a Israel, España, parece indudable, como país OTAN, se pondrá en un posible conflicto del lado de Netanyahu. A pesar de todo.
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