Donald Trump ha dado marcha atrás al que él mismo denominó Día de la Liberación de Estados Unidos, tras elevar a hechos consumados su plan de guerra comercial total a golpe de aranceles arbitrarios.
Después de varios días de tensiones, derrumbes bursátiles, previsiones de recesión en el país norteamericano e incluso broncas internas dentro de los republicanos —que los hay razonables y no abandonados al trumpismo—, el magnate ha dado marcha atrás, tras perjudicar severamente hasta a los negocios de su hasta ahora mano derecha, el milmillonario Elon Musk.
Tras llamar "patéticos" a los países europeos y decir hace apenas 24 horas que los países le están "besando el culo" para negociar los aranceles que ha impuesto —un 10% de entrada a todos los países del mundo—, Trump rectifica y, en lugar de reconocer que el rey va en pelotas y que piensa y decide con el trasero, ha apelado a que tiene "corazón" para pausar durante 90 días la imposición de aranceles que, en el caso de los países miembros de la UE, serían del 20%.
Bolsas disparadas
El volantazo ha significado que este jueves el Íbex 35 se haya disparado un 7% en la apertura —estabilizándose más tarde al 5%—, mientras que las principales bolsas europeas también han rebotado y regresado al verde. Un repunte que en Wall Street ha significado euforia: el S&P ha subido un 9,52%, el Nasdaq un 12,16% y el Dow Jones un 7,87%.
Esta yenka propia de la borrachera de poder que sufre el autócrata estadounidense, que solo refleja síntomas claros del declive del imperio americano, eleva al 125% los aranceles a China, por reaccionar con represalias al plan de Trump.
"Debido a la falta de respeto que China ha mostrado hacia los mercados mundiales, por la presente aumento el arancel que Estados Unidos le impone a China al 125%, con efecto inmediato. En algún momento, ojalá en un futuro próximo, China comprenderá que estafar a EE. UU. y a otros países ya no es sostenible ni aceptable", ha escrito Trump en sus redes sociales. El resultado de esta guerra total comercial sigue siendo impredecible, tanto como un mandatario que parece pensar más con el trasero que con la cabeza.
"Lo que quiere es poder y riqueza para sus amigos oligarcas. Así que nada me sorprendería de Trump", declaró el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, durante el foro abierto de CNN de este pasado miércoles por la noche.