Era uno de los nombres que más o menos estaban cantados. Pero mantenerse en la primera-segunda línea política durante tres décadas hay que tener mucha paciencia, y hacer a menudo alarde, al menos en público, de contención y tranquilidad. El abogado y veterano dirigente político Antonio Sanz Cabello (Jerez, 1968) será el nuevo hombre fuerte del Gobierno de Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía. Lo miró el pasado sábado, en su toma de posesión, con el orgullo del padre que ve triunfar al hijo. Ahora Moreno confirma lo que se presuponía: será su consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social.
Considerado por todos como uno de los máximos responsables en la sombra del PP andaluz, una prolongación del todopoderoso Javier Arenas —con él fue secretario general y vicepresidente del partido en la comunidad entre 2006 y 2012—, ya fue en la anterior legislatura viceconsejero de Presidencia de Elías Bendodo —ahora rumbo a Madrid— e incluso aparecía en las fotos del Consejo de Gobierno, prueba de su impronta y peso entre las filas populares en la comunidad más poblada de España.
Un inmenso honor formar parte del nuevo gobierno de @AndaluciaJunta como Consejero de @InteriorJunta
— Antonio Sanz Cabello (@antoniosanz) July 25, 2022
Presidente @JuanMa_Moreno, gracias por tu confianza.
Me dejaré la piel junto al gran equipo que has conformado para continuar llevando a #Andalucía a lo más alto.#Ilusión pic.twitter.com/PPWcPVeDVA
Delegado del Gobierno en Andalucía gracias a Rajoy: su máximo cargo hasta ahora
Sanz, en política desde los 15 años, cuando participaba en los Clubes Juveniles de Alianza Popular, es una de esas figuras expertas, e imprescindibles, en eso que llaman la fontanería de los partidos políticos. Capaz de aunar voluntades, de sintonizar su antena a kilómetros de distancia y de reinventarse cuando vienen mal dadas, ha sido diputado autonómico en varias legislaturas —portavoz del grupo popular entre 1999 y 2006—, senador autonómico, y delegado del Gobierno en Andalucía con Mariano Rajoy (2015-2018).
En su labor legislativa, destacan principalmente su papel como ponente en la reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía y su participación en las ponencias legislativas del Senado sobre la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local y la Ley de Protección y Uso sostenible del Litoral y de Modificación de la Ley 22/1988. Es decir, ha pasado por una gran variedad de cargos institucionales y orgánicos desde principios de los 90 del siglo pasado.
Entre toda la colección de nombramientos, también ha sido presidente del PP de Cádiz en varias etapas, la última entre 2012 y 2019. Un 2019 en el que probablemente vivió uno de sus peores momentos en el partido con el cambio de rumbo que supuso la victoria del casadismo.
Afín a Arenas —y por tanto, afín a Rajoy y a Soraya, con quienes se le vio conversar animadamente el pasado sábado en Sevilla—, Sanz sufrió con el vejeriego José Ortiz, casadista en Cádiz, en el grupo parlamentario del Senado: de presidente de la comisión de interior lo rebajó a portavoz. También tuvo que dejar la presidencia del partido en Cádiz para buscar en la figura de Ana Mestre un equilibrio de fuerzas. "Es un buen momento para abrir una nueva etapa", se despidió públicamente sin rechistar toda una autoridad en el partido a nivel andaluz.
En cambio, silencioso, cauto, tranquilo, se mantuvo fuerte en Sevilla, aportó al proyecto morenista siguiendo la estela de Bendodo y ahora ha encontrado el premio. Va a ser el segundo de Moreno y, aunque el presidente no ha confirmado quién será su portavoz del Gobierno, a nadie sorprendería que fuese el propio Antonio Sanz, el fontanero tranquilo.
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