El 2 de diciembre de 2018, Juan Ignacio Zoido era elegido parlamentario andaluz. Su designación como número uno de las listas por Sevilla únicamente correspondía a una cosa, ser el encargado de pilotar una transición después de que el candidato, Juan Manuel Moreno, perdiera sus segundas elecciones. Los planes del PP en Andalucía eran los de siempre, que el PSOE gobernara en Andalucía.
Pero los planes no salieron tan mal como esperaban los populares. El resultado de Moreno fue el peor del Partido Popular en su historia, sin embargo, la irrupción de Vox facilitó una carambola que dio lugar a la primera legislatura sin un gobierno del Partido Socialista en Andalucía. Entonces, el que dejó el escaño fue Zoido.
La salida de Casado no sólo evita 'interferencias' externas a la hora de designar candidatos, sino que, además, ha supuesto que al presidente de la Junta se le otorgue una importancia orgánica que no había tenido en ningún momento. Según ha podido saber lavozdelsur.es, Moreno tiene intención de que el número 'dos' del partido tras el próximo Congreso fuese una persona muy afín a él y miembro del PP de Andalucía. Algunas fuentes apuntan a Elías Bendodo, portavoz de la Junta, como el hombre señalado por Moreno. Sin embargo, la consejería de Presidencia que dirige el portavoz asegura que Bendodo continúa "centrado en Andalucía".
Moreno, en el XIX Congreso del Partido Popular, apoyaba a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Saenz de Santamaría. Juan Ignacio Zoido mostró su apoyo a Pablo Casado. Pero las elecciones andaluzas eran las primeras y las listas escaparon del control absoluto de Génova, aunque Moreno, que sobrevivió como candidato, tampoco las pudo hacer a su gusto.
Desde entonces, como es habitual en los partidos tradicionales, ha habido una pugna de poder entre los seguidores de la dirección nacional y los seguidores de la dirección andaluza. El que controla las listas, controla el partido. Y ahí hay un campo de batalla cada vez que se acerca una cita electoral.
El ejemplo más claro y reciente es el de la designación de José Luis Sanz como candidato a la Alcaldía de Sevilla. Sanz no era el candidato de Moreno, aunque luego lo asumiera con la foto de las cervezas en El Salvador. La disputa llevó a que Beltrán Pérez, anterior candidato, anunciara su marcha para después rectificar y permanecer un tiempo más como portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sevilla.
Sanz era la apuesta de Pablo Casado y Virginia Pérez, presidenta del Partido Popular de Sevilla. El conflicto no se desatascó pronto, pero acabó con Moreno Bonilla cediendo ante la imposición de la dirección nacional. Ahora, la situación ha dado un giro de 180º, aunque esta designación ya está realizada y la candidatura de Sanz no corre peligro. Ni siquiera está encima de la mesa, según fuentes del PP. No es el caso de otros que, con Pablo Casado, ya tenían asegurados un lugar en las listas, y actualmente sus candidaturas están en el aire. Es el caso de Antonio Saldaña, en Jerez.
Los focos apuntaban a Feijóo, que ya había sonado como posible presidente del PP tras la marcha de Rajoy. Sin embargo, algunas voces también hablaban de Moreno como un buen perfil para pilotar un partido que esta semana ha ido a la deriva. Moreno apartó estos rumores sumándose a la candidatura de Feijóo, que acumula cuatro mayorías absolutas en Galicia. El presidente de la Junta, por su parte, tiene a su favor que gobierna la comunidad en la que viven más españoles y ha tenido una legislatura plácida y con un liderazgo en alza.
Pese a ello, nadie obvia la importancia de cada intervención de Moreno sobre la situación interna de su partido. Su silencio inicial para proteger al PP andaluz ante las próximas elecciones, contrastó con su determinación posterior para solicitar un Congreso Extraordinario. En cualquier caso, todos los pasos estaban medidos. El líder andaluz también fue de los que mostró compasión con la marcha de Casado. Un discurso que finalmente se impuso para pactar su salida.
Con él como segundo barón más importante del partido, se empieza a rumorear un tandem con Feijóo para el control del mismo. Desde la celebración del Congreso en Andalucía para ilustrar el peso del PP andaluz al, ya mencionado, nombramiento de un secretario general andaluz son las cosas que se rumorean estos días para que el peso de Moreno quede plasmado.
Nada está definido, pero lo que queda claro es que Moreno tendrá vía libre para confeccionar unas listas a su gusto que ejemplifiquen su poder orgánico.