La lucha en Andalucía entre la corriente de Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta, y Pablo Casado, líder nacional del PP, está más vigente que nunca. El fin de las primarias más calientes que se recuerdan en la formación, la lucha incluso judicializada por el control del aparato provincial en Sevilla no era el final sino el principio. Porque Virginia Pérez pudo revalidar el cargo. Y como insigne casadista, no quiere que sea simbólico, sino que prepara cambios junto a Madrid para desbancar de la portavocía en el Ayuntamiento de Sevilla al último candidato, Beltrán Pérez.
Así, según informa Diario de Sevilla, Virginia Pérez está recabando apoyos entre los concejales del grupo municipal para forzar la salida del candidato que saliera derrotado ante Espadas en 2019. Casado ya pidió su cabeza justo cuando finalizaron las primarias para el comité provincial, pero prefirieron esperar a que terminase la Semana Santa para comenzar el proceso. Así, el sector cuenta ya con el apoyo de tres concejales, uno de ellos Juan de la Rosa, el que se postula como nuevo portavoz de fraguarse el movimiento interno.
Además, Casado juega con una baza: de contar con el apoyo mayoritario del grupo municipal (conformado por nueve personas), Beltrán Pérez no tendría más remedio que aceptar, porque los perdedores del envite serían expulsados y se quedarían incluso sin sueldo. Se le permitiría seguir como concejal. A grandes rasgos, el movimiento podría ser similar al de la expulsión de Teresa Rodríguez en Adelante, pero en el Ayuntamiento de Sevilla y en el PP. Si no acepta, el PP puede forzar la expulsión desde Madrid aunque no le dieran los números, en un férreo control.
Eso sí, la vía de expulsión de Beltrán Pérez podría ser el primer paso para otro movimiento. José Luis Sanz, alcalde de Tomares, con un gran prestigio en el partido por sus continuas victorias en la localidad, podría ser el próximo cabeza de cartel en 2023 para recuperar una alcaldía perdida por Zoido solo cuatro años después de una mayoría absoluta. En 2011 el PP arrasó, y desde entonces la tendencia ha sido a la baja.
Mientras tanto, Moreno Bonilla asiste casi como espectador a esta decisión, porque la derrota de su candidato, Juan Ávila, junto a un proceso de judicialización en el que se ha impugnado el congreso provincial, ha puesto una enorme distancia entre las dos facciones y la suya no ha quedado integrada en la cúpula actual de Virginia Pérez. Y no hay mucha forma de negociar, porque la alcaldía de Sevilla es, políticamente, el segundo bastión más importante de Andalucía justo después de la Junta. En esta ocasión, parece, Casado ha sido capaz de torcer el brazo a Moreno.