Cataluña recaudará los impuestos estatales y tendrá un sistema fiscal casi idéntico a País Vasco y Navarra

Los dirigentes de ERC hablan de un acuerdo para investir como 'president' a Salvador Illa, que implica "la llave de la caja"

Salvador Illa, posible próximo presidente de Cataluña gracias al acuerdo del nuevo marco fiscal.

Una reunión que marca un nuevo capítulo en la historia del Estado de las Autonomías. De un lado de la mesa, el PSOE y su marca en Cataluña, el PSC; del otro lado, Esquerra Republicana. El objetivo, investir a Salvador Illa como president de la Generalitat. Y donde había mares de distancia, finalmente tendrá un puente. El PSOE habilitará desde el Gobierno un nuevo escenario fiscal catalán, que implica que será la Generalitat quien recaude el 100% de los impuestos estatales en su territorio.

Este privilegio correspondía, hasta ahora, a País Vasco y Navarra. Es el llamado 'concierto económico' de los vascos y el 'convenio económico' de los navarros. Ambas comunidades hacen uso de sus derechos históricos. La Corona, en el siglo XIX, les concedía este privilegio, por un lado, para reconocerles una diferenciación respecto al resto del Estado, y por otro, para premiar ciertos apoyos. Incluso Franco respetó parcialmente ese sistema para Álava.

Ahora, Cataluña logra algo que el nacionalismo llevaba décadas ansiando: un sistema fiscal propio. En País Vasco y Navarra, es la comunidad la que recoge el dinero de los ciudadanos y posteriormente, a través del cupo, se entrega una parte de ellos al Estado por competencias que la comunidad no tiene asumidas. Ahora, Cataluña será la que recaude el IRPF al completo, el impuesto de Sociedades, los impuestos especiales... la cartera completa. Y tendrá que hacer el ingreso al Estado bajo un pacto entre ambas administraciones.

No han trascendido aún todos los detalles. Porque el acuerdo es entre partidos, pero ERC va a preguntar a sus militantes si apoyan este avance (además de otros como en política lingüística o una mesa para la resolución de lo que queda del Procés), a cambio de investir a Salvador Illa. Buena parte de la dirección republicana saca pecho con este acuerdo. En una rueda de prensa este lunes se habló de haber logrado "la llave de la caja". Sin embargo, parlamentarios catalanes rechazan a Illa al considerar que no es progresista y que no es de fiar.

Precisamente, la confianza puede minar este acuerdo. Porque ERC estuvo a punto de devolver de nuevo el texto del pacto al PSOE y PSC para asegurarse de que cuando cambie el color político en La Moncloa no podrá darse marcha atrás al al acuerdo. Es decir, que si el PP llega al Gobierno, le sea imposible retirar esas competencias. Jurídicamente, es difícil y la tensión de la mesa aconsejaba darse por satisfechos.

No está claro, tampoco, cómo se pactarán las cantidades que Cataluña deberá entregar al Estado después de cada ejercicio fiscal. Ese acuerdo será fundamental para desarrollar los Presupuestos Generales del Estado, porque obligará a que, antes de diseñar esa Ley, la más importante que tramita el Congreso cada año por lo que significa, haya que saber de cuánto se dispone de Cataluña, una de las que más aporta a la caja común. 

En la práctica, supondrá la salida de Cataluña del llamado régimen común. Y desde ahí, se transformará el mecanismo de solidaridad entre comunidades. Cataluña partirá con ventaja cada año frente al resto de comunidades del régimen común. Supondría, por ejemplo, que pasa de pedir fondos para sus transportes ferroviarios a exigirlos en el acuerdo sobre cuánto envía al Estado. Y está por ver qué poder tendría ahí el Estado. Si sale adelante la investidura de Illa, implicará que en los próximos años sea un Gobierno del PSOE en la Moncloa y uno del PSC en la Generalitat el que pacte. Pero no es un escenario imposible que se sienten en una mesa, de un lado el PP, y del otro Junts. No resulta difícil adivinar que, al igual que se votó el 1 de octubre a pesar de que el Gobierno de Rajoy trataba de impedirlo, que en el futuro un partido independentista se rebele contra la cesión de fondos al Estado.

En el PSOE, el primero en rechazar esta medida es el barón díscolo Emiliano García-Page. "A estas horas de la noche, el atronador silencio ante el grave atentado a la igualdad anunciado por ERC me tiene perplejo. O es un asentimiento intolerable, o un sentimiento de estupefacción como la que tenemos la inmensa mayoría de los españoles. Los que estamos en política, desde la izquierda, para combatir la desigualdad, no podemos dedicarnos a ampararla. Y mucho menos, a protegerla". Se ha unido el secretario de los socialistas aragoneses, Javier Lambán: "El independentismo consigue todos sus objetivos y el PSOE puede entregar España a cambio de la investidura de Salvador Illa. El acuerdo con ERC es una quiebra brutal de la igualdad entre todos los españoles. Como socialista, como demócrata y como español me resulta inadmisible".

En Andalucía, el trato diferencial para Cataluña monopolizará muchos debates próximamente. Ya la Junta llevaba tiempo reclamando un nuevo modelo de financiación que considere más equitativo. Muy atrás queda aquel tiempo en que en España se debatía sobre si debía primar, para destinar fondos e inversiones a las comunidades, un criterio de población -a más ciudadanos, más recursos, como pedían comunidades de alta densidad de población, como la Valenciana-, o uno de extensión -a más dimensión, más recursos, como pedían comunidades con menor densidad de población, como las dos Castillas-. Ahora, se trata de una diferenciación basada en criterios políticos. Igualmente, Cataluña podría seguir aportando tanto o más que hasta ahora, porque a la hora de resolver las cantidades a enviar a Madrid nada cambia. Pero tiene la sartén por el mango.

Precisamente, este lunes modificaba el Gobierno andaluz Juanma Moreno para nombrar portavoz a Carolina España, titular de Economía, quien se prevé lanzará mensajes mucho más duros que Ramón Fernández-Pacheco, hasta ahora la voz de la Junta cada martes después del Consejo de Gobierno. Será la titular de Economía la que tome cada semana la palabra frente a una persona que comunicativamente ha sido siempre más moderada, como es el exalcalde de Almería. Ya sabía el PP que el acuerdo de este lunes entre PSOE y ERC fructificaría y versaría sobre este asunto. El futuro reciente, el asunto principal, será la financiación.