En el centro provincial de Canal Sur en Jaén no hay personal. Cuentan que a diario trabajadores de Sevilla o Granada se trasladan a la capital del Santo Reino para que la RTVA pueda cumplir con su función de servicio publico esencial en aquella provincia.
Hace un mes se supo que desde la Junta habían echado para atrás la contratación de 25 nuevos trabajadores para la RTVA, entre técnicos y periodistas, para cubrir las carencias más urgentes que padece el ente público en todo el territorio desde hace ya demasiado tiempo. Hablamos por tanto de una muerte lenta, dolorosa, que dura ya muchos años para los casi mil quinientos trabajadores del conglomerado mediático público andaluz.
Una lenta agonía
Una agonía lenta, esa es a día de hoy la sensación que se abre paso entre mucha gente, que se está dejando ‘caer Canal Sur’ para ‘limpiarla’ con dinero público, y que luego resulte más baratita al que se la quede desde el sector privado. A la derecha le encanta una privatización. Ya suenan rumores de posibles aspirantes.
Y en este contexto es cuando aparece el primer nombramiento del año, ‘reajustes de enero’ que el propio Rafa Porras ya había avanzado a los sindicatos sin entrar en más detalles tras su llegada a la presidencia del Consejo de la RTVA.
Pero el nombramiento de Álvaro Zancajo con el pomposo titulo de Director Contenidos Informativos, Nuevos Formatos y Transformación Digital no va a ser un mero ajuste en el staff, en realidad ha sido la primera intervención unilateral del PP en la RTVA, rompiendo la supuesta unidad institucional parlamentaria existente tras el desbloqueo de su Consejo, todo ello con la intención de hacerse el PP con el control de los contenidos y la línea editorial de la tele pública.
De la misma forma que Gaspar Zarrías se trajo en su día de Jaén a Antonio Ramírez, ejerciendo durante años el papel de ‘comisario de Gaspar’ en Canal Sur, Elías Bendodo acepta lo de Zancajo a propuesta del diputado malagueño Pablo Montesinos, hombre al que Pablo Casado ha situado como responsable de la comunicación del partido. Por esa vía parece que llega el nombramiento de Zancajo, que goza de la plena confianza de Genova 13 y que es esperado esta próxima semana en Sevilla.
El problema no es donde nació Zancajo
Se equivocan las voces que critican este nombramiento en función del nacimiento o la procedencia del nominado (Madrid, 1980), algo que en Andalucía nunca ha sido un problema para nadie. Por suerte Canal Sur no es en este aspecto la supremacista TV3; aquí por ejemplo tenemos un editor de noticias con acento catalán y no pasa nada porque hace muy bien su trabajo.
El problema de este nombramiento sorpresa es el procedimiento que se ha seguido. ¿Lo conoció previamente el Consejo de Administración de la RTVA? Hay quien dice que no (Porras tiene el telefono apagado), algo que de ser cierto añade bastante desvergüenza y gravedad política a la operación. Ya resulta raro que el vicepresidente del consejo, el susanista Antonio Prada, no haya levantado la voz para protestar, señal de que no lo sabía tal y como he podido confirmar directamente.
Pero al margen de los aspectos administrativos, están los políticos. La contradictoria y chusca imagen que proyecta el PP con la operación Zancajo, donde se pasan por el forro aquellas prédicas éticas, morales y políticas que largaban estando en la oposición sobre la transparencia, independencia y el pluralismo de Canal Sur, todo aquello se lo ha llevado de pronto el vendaval Zancajo.
De la misma forma que tras un año ha quedado al descubierto otra gran falacia de los populares andaluces ( y Ciudadanos): su supuesta lucha contra la corrupción. Dicen que han encontrado papeles, oscuridades, operaciones dignas de ser examinadas junto al Código Penal, pero aquel Juanma que parecía ‘Don limpio’, se ha transfigurado como Sánchez pero en presidente “de centro” y ha decidido que ese material le puede ser mucho más rentable si se dosifica como arma política en el Parlamento o en los medios amigos, cada día menos medios de comunicación pero más amigos del poder. Piensan que mejor usar esos papeles como escudo protector de la gestión del gobierno (ojo a la Sanidad), que formando parte de unas diligencias indagatorias de la Fiscalía Anticorrupción o en manos del juez de guardia. Bonilla pasó de puntillas sobre el tema en su último discurso analizando el estado de la comunidad, lanzando solo crípticos mensajes sobre la herencia recibida. Observen por ejemplo como ha bajado el tono antigubernamental últimamente el ex consejero Arellano desde que alguien del PP le dijo ‘algo al oído’.
El PP rompe el consenso en la RTVA
En términos políticos este nombramiento en la RTVA, que viene a romper el consenso institucional que parecía existir sobre esta nueva, delicada y trascendental etapa de la RTVA, enciende una mecha que vaticina repercusión no solo política.
Especialmente entre los trabajadores que no acaban de entender como no hay dinero para contratar un cámara y un redactor para Jaén y nombran a un nuevo altísimo cargo para unas funciones que estaban cubiertas, parece que sin discrepancias profesionales internas y, pese a la falta de medios, de forma satisfactoria. A nadie sorprenderá, por tanto, que comiencen pronto las movilizaciones de la plantilla. De momento la sección sindical de CCOO han empezado a usar twitter para mostrar su discrepancia y su malestar por el fichaje de «un directivo más». #HastaElCoñoNosTienen es el hashtag que están usando. En esa misma linea critica se ha pronunciado el Sindicato de Periodistas.
Es difícil desligar este movimiento de ficha en la línea editorial y de contenidos de Canal Sur de la guerra abierta por la derecha extrema contra los profesionales de la RTVA que les definen en sus informaciones o comentarios como la “extrema derecha”. Ellos quieren que se les llame “Vox” a secas. Les importa poco que a los del PSOE se les llame ‘socialistas’, ‘comunistas’ o ‘extrema izquierda’ a los de Adelante Andalucía, ‘liberales’ a los de Ciudadanos o ‘derecha’ a los del PP y que se sepa ninguno se cabrea. Pero a ellos, dice el diputado Alejandro Hernández, simplemente quiere que les llamen Vox.
El partido del juez Serrano, en vista de que no puede lograr prestigio en un escenario político autonómico que pretende destruir como objetivo ideológico, opta por el ruido haciendo valer su gran verdad: que ellos tienen la llave del gobierno de la derecha en Andalucía que preside Juanma Moreno. Por esa razón deciden soñar y pedir lo imposible, en este caso volver a los tiempos de la censura en los medios públicos.
«Llamadle Juanma»
Los de Vox serán de extrema derecha pero no son tontos y saben, por ejemplo, cómo se imparten actualmente consignas a la redacción. Allí está siendo muy comentada la obligatoriedad de llamar “Juanma Moreno” al presidente de la Junta – no Juan Manuel – y situarle siempre cerca la palabra “centro”. ¡Qué más da otra consigna!, pensarán los socios extremistas del PP y Cs.
La llegada de Zancajo, cuya trayectoria profesional siempre estuvo escorada a la derecha, como nuevo responsable de los informativos y contenidos de Canal Sur, está provocando una gran inquietud dentro de la redacción más numerosa y plural de las que existen en Andalucía. Allí ‘conviven’ en la actualidad profesionales pro PSOE, pro PP, algunos van de naranaja, otros travestidos (muy notable este grupo últimamente) y una gran mayoría de profesionales independientes, o sea periodistas a secas, sin adscripción ideológica conocida.
Hasta ahora el periodista Javier Domínguez, veterano conocedor de la casa y de sus profesionales, ha sabido lograr que prevalezca por encima de las ideas personales las profesionales y no se conoce en estos meses ninguna incidencia que invite a pensar en que su gestión no estaba siendo efectiva pese a las muchas limitaciones de medios que soportan.
“A cualquiera que le preguntes en la casa por lo de Domínguez te va a contestar solo con una palabra: putada” me dice un veterano profesional del ente al referirse en qué situación queda Javier Domínguez Mariscal, responsable de los servicios informativos nombrado hace solo seis meses por el consejo de administración a propuesta del presidente Rafa Porras y Juande Mellado como Director General.
Hay quien asegura que el propio Javier Domínguez es uno de los sorprendidos por este nombramiento que debe de hacer tiempo que está en la cocina malagueña de Bendodo. Zancajo ya pidió la semana pasada su excedencia en RTVE. Pues eso, Domínguez es uno de los mil y pico de trabajadores de la RTVA que no entiende lo que ha pasado con este nombramiento tan estratégico que le aparta de la dirección de informativos.
En evidencia el discurso profesional de la nueva etapa
Ha resultado también muy sorprendente y llamativo el papel público jugado en las ultimas horas, desde que se conoció el nombramiento de Zancajo, por los dos máximos responsables del ente, Porras y Mellado.
Ni un triste tuit han publicado dando una explicación a todo esto que nadie entiende. (ayer Porras opinaba sobre el nuevo logro de la Junta). Lo que no se sabe muy bien si este silencio obedece a una reflexión pausada de ambos tras haber quedado en evidencia ellos y sus discursos a favor del pluralismo y la independencia de los profesionales de la corporación. Entre otras cosas porque estas imposiciones políticas partidistas no se las debería permitir ni tolerar el primer equipo directivo de la historia de la RTVA que ha llegado por unanimidad de todo el Parlamento de Andalucía. Es más que probable que de todo esto tengan que acabar respondiendo muy pronto en la comisión parlamentaria de la RTVA. Será un dejá vu, recordar viejos pasajes de tres décadas de RTVA, ‘gatopardismo’ en estado puro, que todo cambie para que todo siga igual. La vida (en la RTVA) sigue igual o peor.
Este artículo se publicó originalmente en Confidencial Andaluz.
Comentarios