Las dos sesiones del Parlamento de Andalucía de este miércoles y jueves dejan una sensación de que el 'barro', esa idea de una política desagradable, se está instalando en el debate. No es ajena Andalucía a las exageraciones, a las acusaciones y a las frases hechas. Pero el tono de los últimos tiempos se está elevando de forma continuada.
El cara a cara que dos veces al mes protagonizan el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y el jefe de la oposición, Juan Espadas, ha acabado con la salida del pleno de la izquierda tras las acusaciones de parcialidad realizadas por los socialistas hacia Jesús Aguirre, presidente del Parlamento y exconsejero de Salud. Hacía años de la última espantá, que ha durado apenas unos minutos. Moreno se ha quedado con su grupo, el PP, y con Vox, en la cámara cuando respondía al portavoz del grupo popular, Toni Martín.
Esa interpelación del portavoz socialista ha versado sobre los contratos sospechosos del SAS, que se investigan tras una querella del PSOE y que por lo pronto dejan a tres gerentes del SAS imputados, la actual y sus dos predecesores. Espadas ha advertido de los 17 informes de la Intervención que ponen el foco sobre el proceder de la Consejería de Salud al contratar a dedo con las clínicas privadas y las centrales de compra del SAS. El relato, a día de hoy, va siempre unido a que la sanidad se encuentra en mal estado. Moreno, en la misma línea que su consejera de Salud este miércoles, ha insistido en que los contratos de emergencia venían justificados por la especial necesidad de afrontar el reto de la pandemia que dejó 15.000 muertes.
Pero el presidente quería desmontar el mensaje, además, con una referencia a la situación interna de Espadas, cuestionado por compañeros de filas. "Entiendo la delicada situación política por la que usted está pasando. La entiendo porque yo la he pasado. Entiendo perfectamente las urgencias que usted tiene. Pero no pase las líneas rojas. No traiga a Andalucía el fango de Madrid, porque no le va a dar ningún rédito". "Sobre superviviencia, probablemente, usted sabe más que yo. Sobre momentos críticos, sabe más que yo. Y mire dónde está", respondía el socialista. "Pero no vengo a hablarle de eso. Pocas explicaciones tiene usted que dar sobre lo que se investiga en un juzgado de Sevilla". "Usted necesita un show", le replicaba Moreno.
El PSOE, en estas últimas sesiones, está trabajando bajo una premisa: la sanidad está mal porque ha habido malversación, vienen a explicar. Espadas, y otros parlamentarios en otras intervenciones, insisten en esta idea. A menudo, como Beatriz Jurado este miércoles, el PP vuelve a recuperar aquello con lo que hizo eslogan durante años de oposición: el caso ERE, prostíbulos y cocaína. En otras ocasiones, los consejeros insisten en la legalidad de los contratos, como hacen Carolina España y Rocío Hernández, y subrayan que debe cambiar el sistema de financiación por parte del Estado para las comunidades autónomas porque faltan 1.500 millones de euros anuales, y culpan a Sánchez y a sus pactos con partidos independentistas.
Desde la vuelta del verano, los relatos en muchos casos apenas cambian. A Adelante Andalucía y a Por Andalucía, Moreno y el PP les acusan de ser "la copia mal hecha" del PSOE. José Ignacio García, de Adelante, ha aprovechado su turno de intervención para hablar de corrupción. "Usted está sentado ahí por dos razones. Por la corrupción y por la sanidad, porque en Andalucía hubo mucha corrupción y se gestionó muy mal la sanidad. En cinco años ha tenido la trágica habilidad de juntar las dos cosas". "Nunca le he visto a usted con los ERE y con Invercaria", le contestaba Moreno. "No debería acercarse al barro".
En la misma línea, Inmaculada Nieto, de Por Andalucía, ha medido las palabras para hablar de "corrupción política, ya veremos si otras cosas". "Le he oído decir que en política todo no vale. Yo nunca habría empezado una campaña electoral en la puerta de un local de alterne" (una referencia a Vox). Y de nuevo atacaba Moreno con el mismo argumento que en los últimos tiempos: que gobierna en coalición con el PSOE y "asume y calla lo que dicen en Madrid".
En su turno, Manuel Gavira, de Vox, volvía a emplear casi la mitad de la intervención para hablar del PSOE y de Pedro Sánchez, y de los años socialistas en la Junta, comparando la actual gestión: "Ha hecho los contratos, los conciertos, que hacían los socialistas en sus tiempos, y el modelo a dedo. Esto tiene que parar ya". "Es más interesante criticar a Sánchez", le respondía Moreno, que defendía que "combato sus políticas". En esta intervención, Juanma Moreno decía que espera que Sánchez sea presidente "poco tiempo". Desde la bancada socialista, alguien le decía "igual que a ti". "A otros les queda menos", interrumpía Moreno para contestar entre risas y aplausos de la bancada del PP.
En definitiva, un Parlamento que parece enrocado en los mismos discursos de los últimos meses. No es sino en mociones y en preguntas a consejeros, cuando los portavoces no están, el momento en el que más se habla de los problemas directos de los andaluces: atención temprana, sanidad, educación, medio ambiente... Un debate andaluz que, parece, irá centrado en las acusaciones graves y la judicialización de la política, las acusaciones de corrupción, camino hacia la desafección. Un tiempo que ya pasó Andalucía y que promete volver. Dentro de dos semanas, tocará el Debate sobre el Estado de la Comunidad, el penúltimo pleno del año, previo al que aprobará los presupuestos. Habrá que ver si diciembre trae nuevos argumentos.