Andalucía, lo primero. Podría ser una reivindicación de cualquier Donald Trump a la andaluza, pero es una frase que suele utilizar Juanma Moreno para reivindicar que las decisiones que afectan a su partido no se toman en Madrid. Para ello suele retrotraerse hasta 2018, cuando en La Moncloa se alojaba Mariano Rajoy y en San Telmo trabajaba Susana Díaz. Fue entonces cuando la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, llevó al Parlamento una reforma de financiación para Andalucía. Ningún grupo se opuso y el PP votó a favor.
Aquel episodio es el argumento permanente para un debate eterno que antes lideraban los socialistas y ahora reivindican los populares. La intensidad del tono suele depender de quien gobierne en Madrid. Lo que está claro es que el hecho de que uno de tus vecinos reciba más dinero que tú es algo que moviliza a la ciudadanía. Más incluso que la amnistía. El Partido Popular lo sabe y sus dirigentes están seguros de que el PSOE tiene ese debate "perdido". En público, además, el portavoz parlamentario Toni Martín ha pedido a la sociedad andaluza que se movilice para pedir una financiación justa para Andalucía. Una protesta que los populares comparan con el 4 de diciembre.
En el fondo, el cambio de roles en este asunto no es más que el cambio que ha vivido la política andaluza en los últimos años. Ahora las banderas andaluzas llenan los actos del PP y la Junta inaugura bustos de Manuel Clavero Arévalo y no de Rafael Escuredo.
Una semana después de que Pedro Sánchez hablara de singularidad catalana, nadie sabe exactamente qué singularidad es esa. Tampoco la andaluza con la que se responde. De hecho, Ángeles Férriz, dirigente socialista encargada de explicar la posición de su partido el pasado miércoles en el Parlamento, tuvo dificultades para poner sobre la mesa algunas de estas singularidades. La principal fue la poblacional, el criterio que siempre se ha reivindicado de Andalucía al ser la comunidad con más habitantes.
Juanma Moreno se ha aliado con el resto de comunidades del Partido Popular, que no son pocas, para pedir la convocatoria de un Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano en el que hay que discutir un nuevo sistema que sustituya el caducado desde hace una década y por el que Andalucía pierde entre 1.000 y 1.500 millones de euros al año. El presidente andaluz huye del terreno al que le quiere arrastrar la propia ministra María Jesús Montero. El Gobierno insiste en pedir a los diferentes dirigentes populares que se pongan de acuerdo entre ellos, ya que el interés de Galicia es muy diferente al de Andalucía. El PP, por su parte, insiste en que ese papel lo tiene que asumir el Gobierno.
El modelo actual está caducado, pero también lo estaba durante una parte importante de las legislaturas de Rajoy. Entonces, el PP tampoco movió un dedo. Una de las ideas que se ha mencionado durante esta semana es que la singularidad catalana hace referencia a las competencias que tiene la Generalitat. A más competencias, más dinero. Es Estatuto de Andalucía no es escaso en ese tema, pero de momento no existen avances para que la Junta se haga cargo del ferrocarril, por ejemplo. La Junta ya ha anunciado que acudirá al Constitucional si se producen nuevos favores a Cataluña
Existe una batalla real y política por lograr más recursos, pero lo de estos días tiene más que ver con el relato y la victoria pública. Moreno le ha pedido a Juan Espadas hacer un frente común para enfrentarse al sanchismo. Ya es común que los populares califiquen al PSOE andaluz como la delegación de Sánchez en Andalucía, una descripción que duele en San Vicente por lo que la bandera del PSOE andaluz ha significado durante tantos años en Andalucía.
El secretario general de los socialistas andaluces ha mostrado su hartazgo en varias ocasiones durante la semana cuando el presidente de la Junta ha acusado al PSOE de "silencio y traición". En la última respuesta, Espadas fue especialmente duro en el tono. "¿Silencio? No hay peor sordo que el que no quiere oír. Ya le dije en el Parlamento que me leyera los labios: Andalucía necesita un nuevo modelo de financiación más justo, como el que planteó el PSOE y al que usted se sumó a última hora. ¿Usted trabaja por un acuerdo o solo por alimentar la bronca? Firme una propuesta con Ayuso, presidenta de Madrid, y Rueda, presidente de Galicia, y empezaré a creerle", escribió el líder socialista.
De momento, Juanma Moreno no se acerca a sus compañeros de filas, pero sí pretende atraer a los agentes sociales para reforzar su posición e imagen. El pasado miércoles se produjo el episodio más ilustrativo. En una reunión de Salud con los sindicatos sobre las condiciones del SAS, la propuesta de la Junta fue un documento en el que pedía a las organizaciones sindicales el apoyo para pedir a Sánchez una financiación justa.
El tema no es poca cosa y, de hecho, ha competido de tú a tú con la resolución del Constitucional sobre el caso ERE. En Andalucía todos los partidos saben que el sistema actual es insuficiente, pero nadie da el paso definitivo para comenzar la negociación.