“Yo estoy pegado al móvil desde que me levanto hasta que me acuesto, paso de cero a cien en 0,2 pero yo nunca cuento los problemas en las redes sociales, cuento la parte bonita de este trabajo, que hay mucha. Yo discuto mucho en el trabajo porque son seis concejalías y hay que sacarlas todas adelante, son cuestiones técnicas. El hablar luego con la gente equilibra mi estado de ánimo. Empecé con las redes sociales porque, realmente, no tengo vida propia y no tengo amigos con los que salir, mis amigos son la gente que me ve en las redes y hablo con ellos de cualquier tontería, como le puedo hablar a mi hermana o una persona cercana a mí y digo lo que pienso o se me ocurre en ese momento”, dice Calleja.
David Calleja es teniente de alcalde de Fiestas, Cultura, Patrimonio Histórico, Comercio, Hostelería y Flamenco del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, y se ha convertido en uno de los personajes más populares del municipio gaditano. Tiene 42.000 seguidores en Instagram, otros 30.000 en Facebook y en TikTok unos 3.000, aunque empezó hace tres semanas. Pulcro, educado, locuaz hasta la desesperación, orgulloso de su condición y un auténtico torbellino para sus técnicos municipales. “Estoy infinitamente más activo en Instagram porque contesto todos los privados y me gusta más su tono relajado, aunque lo comparto todo”.
Y hay dos elementos ya imprescindibles en su vida: los bolsos y su smartphone, un Samsung que ha transformado en una herramienta de ilusión masiva. ¿Edad? “La edad no te la digo, yo no celebro ni mi cumpleaños".
"Me conservo genial, no aparento para nada la edad que tengo. Yo creo que no importa la edad que una persona tenga, importa como tú estés, hay gente que tiene 15 años menos que yo y está infinitamente peor. Yo no conozco a nadie de mi edad que esté mejor que yo, te lo digo de corazón, a menos que sea una celebrity que está multioperada pero yo no me he operado de nada. Me conservo muy bien”.
Admite que es una enorme responsabilidad asumir el control y la gestión de seis delegaciones con gran influencia en la vida social de El Puerto, pero es que esa, precisamente, es la clave de su éxito…” yo tengo tres patas de trabajo que son fundamentales, que son los niños, el comercio y la hostelería” por lo que no se pierde una de su “familia” de delegaciones fomentando una interactividad a diario. “Yo creo en que yo hago los sueños realidad porque los sueños no se consiguen estando en tu casa acostado y te llegan solos: los sueños se consiguen trabajando".
Entre la singularidad y la diversidad se inclina por la primera. “Porque en cualquier ámbito de la vida tú estás seguro de tu trabajo, tú estás seguro del cariño que te tengas tú, tú estás seguro de lo que tú puedas responder, pero por mucho que tú confíes en los demás y por mucho que tú quieras a alguien eso no te asegura de que esa persona te quiera con la misma intensidad o que vaya a trabajar al mismo nivel que tú”.
No tiene miedo a la tremenda exposición voluntaria que tiene ante las redes sociales y mucho menos a los haters que, en su caso, dice, son minoría: “Si acaso un tres o un cinco por ciento”. Y añade en la intensa conversación: “Mira, el cariño no se compra, el cariño se gana y las redes sociales mías están hechas desde mi trabajo y lo que recibo es el cariño de la gente, el cariño no se va por nada, ni se pierde en el tiempo, es decir el cariño es una cosa que lo que hacía a día y que va aumentando cada día, más no es una cosa falsa ni una cosa forzada”.
El megaconcejal habla, y no para, de sus seguidores, “personas incluso que han tenido un cáncer y que con mis historias todos los días, pues les ha servido para ver la vida de otra manera. Parece como muy fuerte contarlo pero la verdad es que me escribe cantidad de gente contándome qu he sido su terapia y lo cual me parece como superbonito una señora que se quedó viuda y me dice por la calle que yo le alegro la noche porque se encuentra muy sola. O los matrimonios que me escuchan y me ven por las noches en la cama, hay mil anécdotas. “Que yo tenga la deferencia de contestar a todo el mundo en mis redes sociales es una cuestión particular y personal”.
“Soy homosexual, evidentemente”, dice David Calleja mientras pasa revista con cariño a una infancia muy feliz y a los tiempos en los que sabía de su condición pero no podía contarla hasta que encontró un recurso, la ropa, las chaquetas elegantes que le diferenciaba por encima de todos. Y un elemento, el bolso, “que no tiene género”, que colecciona con voracidad y exhibe con orgullo tanto en las redes sociales como en su trabajo diario algo que llamó la atención de los periodistas de Madrid con motivo de la visita reciente del Rey a El Puerto de Santa María.
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