La descomposición del Partido Popular no tiene freno en esta semana. Tras varios movimientos menores, aunque relevantes, se ha producido el más trascendente de todos, la dimisión de José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, como portavoz nacional del PP. Según el propio Almeida, es para centrarse en la ciudad de Madrid. Por sus palabras hay que deducir que no estaba centrado.
Almeida estaba desaparecido desde que el pasado viernes dio una ruedad de prensa sobre las sospechas que se habían publicado en prensa de que se había utilizado dinero público del Ayuntamiento de Madrid para espiar a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso. Horas más tarde dimitió Ángel Carromero, una persona importante de su equipo.
El alcalde ha rechazado mostrar públicamente su apoyo a Pablo Casado en la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. El propio Almeida lo manifestado previamente en su cuenta de twitter, "tras mantener una conversación con Pablo Casado, acabo de anunciar que dejo la portavocía nacional del Partido Popular para dedicarme en exclusiva a mis responsabilidades como Alcalde de Madrid".
Durante el lunes, Almeida no acudió a la reunión convocada por Pablo Casado en la sede nacional del PP alegando que tenía que preparar un pleno importante. En el pleno ha insistido en que su prioridad es Madrid ante las duras acusaciones de la oposición. Almeida nunca había mostrado su incomodidad para compatibilizar ambos cargos. De hecho, en muchos ocasiones lo había aprovechado para mezclar discursos y ser muy duro con el Gobierno de España.
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