Casi 110 minutos duró el primer debate —el pasado lunes en RTVE— entre candidatos y candidatas en la campaña electoral de las autonómicas andaluzas del próximo 19 de junio y la palabra cultura no es que brillara por su ausencia, es que no se pronunció. ¿Cambiará algo en el último debate, esta vez en Canal Sur, en la semana decisiva antes de la cita con las urnas el próximo domingo?
En una comparativa entre los programas electorales de las fuerzas con mayores posibilidades, según los sondeos, de obtener escaños en el próximo Parlamento andaluz llaman la atención dos cosas: la poca concreción de las propuestas en materia cultural que esbozan en sus documentos programáticos y que todos los partidos, salvo Vox, resumen su apuesta cultural para la próxima legislatura en cinco grandes promesas. Incremento presupuestario (PP), plan de choque (PSOE), Ley del Flamenco (PP, PSOE y Por Andalucía), incentivos fiscales (PSOE, Cs y Adelante) o bono cultural para los jóvenes en iniciativas que partan de la Junta (Por Andalucía y Adelante), son algunas de las principales actuaciones en materia cultural que, sin concreción alguna, lanzan los partidos en la presente campaña electoral.
En el caso de la formación de extrema derecha la cosa demuestra que si algo va mal, solo puede empeorar. No ya es que no haga propuestas concretas, es que ni siquiera alude directamente a la creación o a las artes escénicas en su documento electoral. Su programa (por decir algo) en este punto solo habla de “defensa de las tradiciones populares, eventos religiosos y festejos taurinos” y “apoyo a la conservación del patrimonio histórico-artístico tradicional”.
¿Qué opinan de toda esta clamorosa ausencia de las necesidades y reivindicaciones del sector cultural los sufridos protagonistas de todo esto? lavozdelsur.es ha preguntado a voces destacadas del sector cultural en Andalucía y coinciden en una falta de planificación, mirada a medio y largo plazo, y por supuesto mayores recursos públicos para una base fundamental de la sociedad. Aunque muchas de las personas del sector consultadas no han querido participar en el reportaje —siempre sobrevuela el miedo al señalamiento público y a posteriores vendetas institucionales—, sí ha habido ocho voces que viven (y sufren) de la actividad cultural que han querido exponer su punto de vista.
Rafael Morales, presidente de GECA, la organización que aglutina a los gestores culturales andaluces
“El jueves 2 de junio, la asociación andaluza de profesionales de la gestión cultural, como coordinadora del grupo de rescate del sector cultural andaluz, organizó una jornada con todos los partidos con representación parlamentaria. El objetivo era triple: poner la cultura en el centro de las cuestiones importantes de la nueva legislatura, saber las líneas fuertes de cada partido en materia de cultura, y trasladarles tres propuestas consensuadas en el grupo de rescate. Un incremento importante de la inversión directa en actividades culturales y artísticas, la creación de un órgano formal de coordinación entre la Consejería y el sector, y la aprobación de un marco normativo de primer nivel que defina y garantice los derechos culturales de la ciudadanía, los territorios y el sector.
Desde entonces hemos asistido a una presencia insuficiente en campaña y prácticamente nula en el primer debate televisado, cosa que esperamos que cambie. El 2 de junio nos pusimos a disposición de todos los partidos para consensuar, conversar, informar, etc. encontramos buena recepción en general y las propuestas bien acogidas por PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía. Hasta la fecha nos han convocado solo PSOE y Por Andalucía, y en el acto del PSOE, el último al que hemos asistido, Juan Espadas expresó como medidas urgentes algunas de las propuestas que le presentamos, como el incremento presupuestario y la necesidad de una ley que garantice de forma efectiva los derechos culturales. Estamos a tiempo para que todos los grupos políticos se sumen al debate que defina de una vez por todas el papel de la cultura y las artes como bienes esenciales y actividad básica en nuestra tierra. La cultura se sumó en la pandemia a librar la batalla por la salud de las personas, entregando gratuitamente todo lo que tenía para pasar el duro trance del confinamiento y las restricciones. Los grupos políticos, ahora, han de sumarse a la batalla para que la cultura tenga el lugar que le corresponde en las políticas públicas.
Isamay Benavente, directora del Teatro Villamarta y del Festival de Jerez
“¿La cultura no da votos? ¿Por qué nadie habla de Cultura? ¿Qué es Andalucía para el mundo si no es cultura? Me temo que arrastramos viejos prejuicios, la cultura no forma parte de los temas esenciales, pareciera que cuando vienen mal dadas hablar de cultura es una frivolidad, ni siquiera relacionada con la educación. No se plantean estrategias para el sector, no se ve la cultura como industria capaz de generar empleo y riqueza. El futuro de Andalucía pasa por poner la cultura como eje fundamental de nuestro desarrollo. Y me gustaría escuchar las políticas que cada opción plantea para el sector en estos próximos cuatro años”.
Mercedes Moncada, directora de cine
“Creo que, en términos generales, los partidos políticos en todo el espectro, ni entienden para qué sirve, ni saben qué hacer con la cultura. Si miramos hacia Madrid, vemos que acaban de aprobar una Ley Audiovisual que fragiliza aún más a la televisión pública y fulmina a todo el cine que no pertenece a los grandes consorcios y a las plataformas imperantes. En Andalucía el escenario es aún más perverso, el Gobierno regional de esta legislatura aprobó una normativa para la producción cinematográfica que penaliza la libertad de contenidos y favorece a las empresas productoras dominantes en el mercado. Con este escenario, no puedo imaginar qué partido es el más adecuado para el desarrollo de la cultura, pero saber qué partidos son nocivos es muy claro: todos los involucrados en estas palizas al sector y al derecho ciudadano a una cultura plural y diversa”.
Alejandro Rojas-Marcos, músico y profesor de Conservatorio
“Hay dos aspectos especialmente dañinos para la cultura en nuestra comunidad: uno es la asimilación sistemática de la cultura como parte del turismo; valorar las iniciativas culturales en función de la repercusión turística, en lugar de hacer un análisis más profundo de lo que realmente es necesario hacer y la cantidad de medidas que supondrían una dinamización del tejido cultural en nuestra comunidad, y que, lógicamente, son iniciativas que solas no funcionan a corto plazo, sino que necesitan un compromiso más amplio. Y luego está el hecho de basar la gestión cultural en grandes eventos y en lo espectacular, que realmente no es lo que se necesita. Se necesita sobre todo una apuesta por lo inmediato, lo cotidiano, lo sostenible a largo plazo y por lo que aprovecha ese poder de la cultura en general para provocar cohesión social, reflexión sobre la sociedad y dinamización, así como lo que supone de compartir el espacio común”.
Santiago Amodeo, director de cine
“El cine, y el mundo audiovisual en general, es quizás una de las ramas de la industria cultural que mejor va, al menos aquí en Sevilla. Es curioso porque siempre se habla de que en Andalucía falta industria, y poco a poco ha ido creciendo la industria del cine, que genera mucha, mucha riqueza, y sin embargo, veo que siempre las políticas son las mismas y es como si el mundo no hubiera cambiado. Al mismo tiempo, se desaprovecha muchísimo el enorme potencial que hay. Se ve que cada euro que se mete en audiovisual se multiplica, pero siempre se está escatimando cada euro. Y al final ocurre que muchos proyectos viables acaban fuera del circuito porque no consiguen financiación. La maceta no se riega, y sin que parezca una queja, porque algo se hace, es una industria que nunca se ha entendido, que se sigue sin entender, y que no se dan cuenta de la riqueza que genera. Al final, si no hay un buen diagnóstico de la situación y qué se requiere para que las cosas mejoren, no se puede hacer nada porque será equivocado lo que hagas”.
María González, gestora cultural especializada en Danza y en las artes del movimiento en general
“La situación de la cultura en Andalucía a día de hoy no me hace ser especialmente optimista al respecto, pero sí sigo pensando que hay muchísimo talento, por lo que, mientras que haya talento, esto tiene solución. Pienso que en los últimos años se han desmantelado proyectos públicos y privados importantes que, de alguna manera, ayudaban a consolidar un tejido base sobre el que crecer. Esto se podría paliar con una mayor planificación en los proyectos, con una visión a medio y largo plazo que evitaría la cultura de fuegos artificiales que lo único que hace es sumar números, pero que realmente no tiene un resultado positivo en la ciudadanía y en el sector artístico. Planificar con visión a medio y largo plazo es clave, así como el uso de los recursos disponibles, a veces totalmente infrautilizados, como los espacios escénicos. El territorio andaluz está bastante bien dotado de espacios escénicos, de teatros, pero habría que buscar fórmulas de colaboración entre teatros y artistas, por ejemplo con residencias artísticas, con las que todo el mundo saldría ganando: el creador y la comunidad en la que se instala. Hay que trabajar también la relación de la cultura con la educación, diferenciando siempre bien qué es artístico y qué es educación, pero pensándolo siempre en paralelo. Comprobamos que hay un envejecimiento del público para las artes escénicas y este trabajo vinculado a la educación podría ser también una solución para la renovación de públicos. Talento hay y es cuestión de sacarle brillo y de poner en el centro el valor de la cultura para la sociedad
Juan Alfonso Romero, productor artístico y vicepresidente de la federación de peñas flamencas de Jerez
“Es cierto que se está hablando poco o nada de cultura en la campaña, y de la importancia que tiene. La cultura tiene suficiente importancia como para ser entendida como valor prioritario en una campaña electoral. La cultura, y especialmente el flamenco, está un poco dejada de la mano. Hemos escuchado hablar de la Ley del Flamenco, pero nada se hace. Y en la parte del tejido asociativo, poco o nada: se hacen proyectos públicos que tanto en cantidad y calidad son muy escasos, y no se pueden repartir 65.000 euros para 350 entidades flamencas en toda Andalucía que soportan, aguantan y luchan por preservar un patrimonio con sello e identidad andaluza como es el flamenco. No se puede dejar solo esto en manos de los socios, que sin ánimo de lucro y con su compromiso social, defienden cada día a estas peñas flamencas. En cuanto a la industria, igual. No somos conscientes de la capacidad que tiene la cultura y el flamenco. Y no es solo la rentabilidad económica, muy complicada de encontrar solo con la taquilla, es la rentabilidad social de todo esto. Y es por eso por lo que hay que dotar a la cultura y al flamenco de más recursos y atención. Hay que sentarse a hablar y a hablar de la dimensión que representan para esta tierra la cultura y, especialmente, el flamenco.
Alysson Maia, productor y comunicador. Promotor cultural en Eléctrica Cultura
“Desde antes de la pandemia nos sentimos abandonados por la Junta. Tiene programas y ayudas a producción que suelen salir a final de año, pero son ayudas que no ayudan al sector. La palabra industria cultural nos ha hecho mucho daño porque, aparte del cine, yo no conozco esa industria cultural. Somos prestadores de servicios y, como tales, no nos sentimos apoyados. El Centro Andaluz de Danza desapareció, con mucha gente reconocida, y hoy hay cursillos, pero los profesores ya no están, y no vemos ayudas directas.
Trabajo en una asociación cultural, Eléctrica Cultura, y no nos podemos presentar en Andalucía a las convocatorias de la Junta. Es un problema, no nos consideran profesionales, aunque somos un colectivo de apoyo y promoción de la danza, pero nos obligan a hacernos autónomos y muchas veces no hay facturación para eso, y las ayudas salen muy tarde. No puedes pedir una ayuda en octubre para un evento que organizaste en marzo.
Soy brasileño residente en Andalucía desde hace más de 20 años y siempre recuerdo que en todas las elecciones pasa lo mismo: la palabra cultura prácticamente no sale en los debates, y los programas son muy superficiales. ¿Un plan de choque para la promoción de la cultura? ¿Eso qué es? Estamos en la tierra del flamenco, pero hay otros artistas y creadores de otros géneros y disciplinas que son muy buenos, que exportan Andalucía por el mundo, pero que tienen que acabar exiliándose para trabajar”.
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