Mario Jiménez estuvo un año en un rincón del Parlamento sin tener prácticamente oportunidades de intervenir en la Cámara. Susana Díaz sacrificó sus tablas como diputado en plena pugna por el poder en el partido. La llegada de Juan Espadas supuso volver a lo que existía, un grupo socialista con el onubense como uno de sus principales activos.
El PSOE no vive su mejor momento en Andalucía y eso obliga a bajar al barro. Y ahí Jiménez tiene pocos rivales en la política andaluza. En plena campaña electoral, el grupo socialista ha registrado una Proposición No de Ley que buscaba la foto del Partido Popular con Vox. El Parlamento votaba sobre la defensa de los derechos de ciudadanía y libertades públicas ante el riesgo cierto de involución después de que el PP y la extrema derecha hayan pactado gobiernos en varios territorios con las correspondientes cesiones que ello conlleva.
El PP, de hecho, ha votado a favor de la propuesta (no así Vox) en dos de los tres puntos que contenía la iniciativa: los que hacían referencia a impulsar las leyes autonómicas de igualdad de género y de defensa de los derechos LGTBI y a la que mostraba el rechazo a cualquier iniciativa del Gobierno autonómico que suponga retroceso en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y con los colectivos LGTBI. Sin embargo, ha rechazado el tercer punto al no aceptar el PSOE las enmiendas.
La imagen de la votación era relevante. Sin embargo, el debate ha servido para palpar aún mejor la situación. Jiménez no ha dudado en utilizar su perfil más duro en la presentación de la iniciativa, algo que ha provocado el cachondeo de Manuel Gavira, portavoz de Vox, en su intervención y una tremenda bronca en el debate posterior cuando el también diputado de Vox Rafael Segovia ha tomado la palabra y ha llamado "puteros y cocainómanos" a los socialistas.
Jiménez no se ha guardado nada a apenas 10 días de que todos los andaluces acudan a las urnas a elegir la composición del Congreso de los Diputados. El diputado socialista ha acusado a Juanma Moreno de ponerse de perfil ante los pactos entre PP y Vox en otras comunidades que amenazan con la involución. El presidente de la Junta no estaba presente en este debate. Juan Espadas, por el contrario, sí se ha mantenido en su escaño, algo que da cuenta de lo que apostaba el PSOE por la iniciativa de este pleno.
No obstante, lo de ponerse de perfil es lo más suave que Mario Jiménez ha mencionado. A partir de ahí ha comenzado con una retahila de durísimas acusaciones hacia aquellos líderes del Partido Popular que han pactado con Vox. Según Jiménez, "con el diablo". "Han comprado votos a cambio de los derechos de los ciudadanos; votos a cambio de la protección de las mujeres; votos a cambio de la opresión y negación de los derechos de las personas LGTBI; votos a cambio de la desprotección de los inmigrantes; votos a cambio de volver a enterrar en el olvido a las víctimas del Franquismo".
La cosa no ha quedado ahí, Jiménez ha continuado, "votos a cambio de negar el cambio climático mientras España se muere de sed; votos a cambio de la libertad de expresión de nuestra cultura; votos a cambio de convertir nuestra Constitución en papel mojado y nuestra democracia en una democracia formal, que no real, una democracía secuestrada; votos a cambio de resucitar el Franquismo político". Esa enumeración ha sido el grueso de un discurso socialista que apelaba a la moralidad del Partido Popular. "La derecha ha mirado para otro lado y ha permitido a la extrema derecha oprimir a las minorías. Siempre ha empezado el proceso de la misma forma".
Jiménez no ha podido evitar mencionar el caso reciente de María Guardiola y su intento de evitar gobernar con Vox. La extremeña acabó aceptando a la extrema derecha dentro de su Gobierno tras recibir presiones. Juanma Moreno declaró que se había tenido que "tragar sus palabras".
El portavoz de Vox captó el mensaje y comenzó su intervención mirando a la bancada popular. "Esta PNL está hecha para ustedes así que me voy a dirigir al PP", una frase que en los escaños del Partido Popular ha provocado ciertas risas. A partir de ahí, también como consecuencia de la coyuntura electoral, Gavira ha sacado a la palestra la ley del sólo sí es sí para posteriormente señalar que "el socialismo está agonizando, démosle una buena sepultura y hagan ustedes el favor de no resucitarlo", en referencia al Partido Popular. Horas antes, Juanma Moreno había intentado marcar distancias con Vox en la sesión de control.
El PP salió a que el tiempo pasara, sin nada que ganar, pero con la tranquilidad de que poco iba a perder en el debate. "En mi formación hay muchas personas que forman parte del Colectivo LGTBI" o "Andalucía no ha dado un paso atrás en la lucha contra la violencia de género", han sido algunas de las frases deslizadas por la porotavoz del PP.
Nada de ello ha evitado que Jiménez volviera al ataque en su segunda intervención con el reproche de que PP y Vox no negociaran condiciones laborales en aquellos territorios en los que han pactado sin derechos y libertades públicos. "No está en juego la alternancia política, está en juego retroceder 40 años. Es la antesala de una dictadura. Tengan cuidado".
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