Bruno García: "Ya era como soy antes de Juanma Moreno, no me he vuelto así de repente"

El candidato a la Alcaldía de Cádiz por el Partido Popular repasa la campaña hacia el 28M y analiza sus opciones de gobernar en la capital gaditana

Bruno García, en las aceras que ocuparán las terrazas la próxima primavera. GERMÁN MESA

La sonrisa tiene colmillos

Bajo su aspecto de yerno virtuoso y vecino ideal, cruce juvenil de Tom Hanks y Henry Fonda, se oculta un vicioso de la política con determinación metálica. Están todos avisados. Siempre le atrajo el debate, la parla parlamentaria. Lo admite. De chaval, en vez de partidos de la NBA o películas manga, se ponía a ver debates de la Cámara de los Comunes con la excusa de que estudiaba Inglés. Con padre de Sanlúcar, donde creció, Bruno García de León (Jerez, 14 de julio de 1979) ha vivido en Londres, Madrid y Barcelona durante una fase de formación que le convirtió en licenciado en Derecho por la Complutense. Iba para pijo de manual, gurú de la bolsa, pero llegado a ese mundo se aburrió. Recordó que le gustaba ese embrollo de la política que a tantos espanta. Recordó que le tiraba la tierra entendida como provincia y Andalucía.

Como dicen los mesetarios, bajó a Cádiz en 2007 como el delfín de los sucesores de Teófila Martínez. Desde entonces no ha dejado de subir. Concejal primero, presidente del PP provincial después, diputado autonómico ahora, afronta el reto de recuperar la Alcaldía de Cádiz para su partido. La perdieron en 2015 tras 20 años consecutivos de la cántabra recordada en todos los sentidos. Pertenece a la estirpe de moda, triunfante y sonriente con mayoría absoluta en Andalucía. La de los Juanma y los Moreno. Incluso los Bonilla. Pero está lejos de ser una copia.

El aspirante al bastón ya era dialogante y cercano antes de que amado líder saliera de Málaga. Cuando el presidente ni siquiera proyectaba serlo. Los que le tengan por blando, se equivocan. Machaca su discurso como un afable martillo pilón, con absoluta y amable distancia de lo que le pregunten. Ha venido a decir lo suyo y lo dice. El sello de su maestra y de toda bestia política.

¿Qué hace un señor de Jerez en un sitio como Cádiz? ¿Ya no se lo preguntan tanto?
Me lo dijeron mucho al ser elegido candidato pero sólo les sirvió un tiempo. Le dedico el cien por cien de mi tiempo a una ciudad como Cádiz, en la que todo es complejo y todo es cercano. Los que repetían que era de Jerez son los mismos que presumían de apertura, de aceptar a todo el mundo al margen de que procediera de cualquier lugar. Enseguida se dieron cuenta de la contradicción. Soy nacido en Jerez pero estoy en Cádiz desde 2007 y los que decían lo de Jerez al principio lo saben, porque me han visto trabajando en Cádiz todos estos años. Hemos trabajado juntos. Estaban ahí para verlo. Así que dejaron de decirlo muy pronto. Una persona no elije donde nace, que estoy encantado con la ciudad que me tocó, pero sí donde quiere desarrollar su trabajo y su vida.

En la última visita del presidente Juanma Moreno, el primer fin de semana de campaña, fueron constantes las bromas sobre el parecido entre ambos ¿estrategia electoral para tratar de trasladar a Cádiz los resultados autonómicos del 19 de junio de 2022?
De verdad que no estaba preparado, fue improvisado. Yo dije lo de que mi madre me veía más guapo que a él y... En realidad esa broma de que nos parecemos viene de antes. En el Congreso Provincial del PP de hace un año, en el que Mercedes Colombo es elegida presidenta, hay una intervención en la que se me llama "el Juanma de Cádiz". Luego también lo dice Núñez Feijoó hace un mes en su última visita a Cádiz, poco antes de la campaña. Es un honor si se trata de decir que yo también soy dialogante y moderado, que estoy dispuesto a llegar a pactos, que me gusta hablar con todos y cerrar acuerdos. Eso sí, tengo que decir que yo ya era como soy antes de Juanma. No me he vuelto así de repente, no me he vuelto como Juanma Moreno. Como dijo el presidente en su última visita, él es él y yo soy yo. Cada uno con su personalidad. He trabajado en su equipo en los últimos dos años y estoy especialmente cómodo y orgulloso de esta etapa. 

¿Con quién hay que dialogar en Cádiz?
Estoy decidido a dialogar con todos. Y a llegar a pactos en diferentes niveles. A escala local, con la oposición. A nivel institucional con el resto de ayuntamientos de la Bahía. Con un objetivo concreto, para aplicar un plan de choque que suponga mejoras para la ciudad de Cádiz en materia de iluminación, mantenimiento del patrimonio, limpieza, seguridad. Medidas inmediatas que pongan fin a la dejadez de los últimos ocho años de Gobierno municipal y supongan un avance evidente, un desarrollo económico y social de Cádiz. Para lograrlo hay que hablar con todos. Con el Gobierno central, con la Junta, con la Universidad, con patronal, con sindicatos, con todos. El objetivo es diseñar y avanzar hacia la ciudad que queremos en el año 2050, la que vamos a dejar a nuestros hijos.

Un eje Cádiz-Sevilla-Madrid

¿Y con la Junta? Si es alcalde, sería la primera vez que coinciden presidente autonómico y regidor local del PP ¿Demasiadas expectativas?
Más que expectativas, es una oportunidad. Me comprometo a culminar todos los proyectos que tienen que ver con las dos administraciones, del nuevo hospital a Valcárcel, la Ciudad de la Justicia, que ya tiene presupuesto. Es más, a finales de año podría darse la circunstancia de que el Gobierno central también estuviera formado por el PP y son muchas las cuestiones a resolver: Castillo de San Sebastián, las murallas. Yo voy a reinvindicar todo lo que Cádiz necesita ante quien sea. Ante la Junta. Ante el Gobierno. No se trata de reivindicar y pedir con una pancarta. Busco acuerdos, progreso. No busco enfrentamientos como hace el populismo. El populismo es inflamable y se consume enseguida.

Su fama de hombre flexible y dialogante quedaría confirmada si reconociera algún acierto del Gobierno local saliente, el de Kichi.
Claro que ha tenido aciertos. Puedo decir dos: hacer visible la lucha contra la violencia machista y la eliminación de las barbacoas.

También sería un alivio para los ciudadanos imparciales que admitiera algún error del último mandato de Teófila ¿la pérgola de Santa Bárbara?
En Santa Bárbara estaba el mejor párking en superficie de Cádiz. Se hizo un vaciado y se construyó un subterráneo estupendo. En origen, la idea está bien. una vez construido era necesario proteger el Parque Genovés. Ampararlo del viento de Poniente y de la erosión del mar. No íbamos a poner otro muro, sin más. Se hizo un concurso público, con grandes profesionales en el jurado, y ganó una propuesta que tenía la firma de un profesional con mucho prestigio. A partir de ahí llegan los problemas pero había una garantía de reparación de dos años. Y el nuevo Gobierno municipal, en vez de ejecutar esa garantía, lo deja caer, deja que se deteriore para convertirlo en un símbolo. Cuando la obligación de un Ayuntamiento es proteger todo el patrimonio de la ciudad, el que te gusta y el que no, el nuevo y el antiguo, el que se construyó bajo tu mandato y el anterior. Lo dejaron caer queriendo. Esa actitud no ha sumado nada para Cádiz, no ha servido de nada dejarlo caer. Yo me comprometo a arreglarlo.

"No se trata de pedir con una pancarta. El populismo es inflamable y se consume enseguida"

¿Arreglarlo porque lo hizo un Gobierno del Partido Popular?
No. Es que me comprometo a arreglar todo lo que esté mal. Lo construyera el Partido Popular, un gobierno municipal anterior al PP o uno posterior. Todo. Es que todo será mi responsabilidad. No necesito que lo haya hecho mi partido u otro. No necesito tener la razón para intentar mejorar lo que está mal. No necesito que esté vinculado a mi idelogía.

¿Si es alcalde, se compromete a no denunciar la herencia recibida durante años, como hacen todos los gobiernos municipales que cambian de signo político?
Me comprometo a no mirar al pasado. De hecho, 7 de los 14 primeros candidatos a concejales en la lista del Partido Popular son nuevos. Miramos hacia delante.

¿Reconoce que el Ayuntamiento dirigido por Kichi ha saneado las cuentas municipales que estaban una situación difícil?
Reconozco que ha llegado a ahorrar 66 millones de euros por no gastar. Un Ayuntamiento es como una casa. Si no gastas nada, ahorras dinero. Pero no gastar nada supone ignorar el mantenimiento más básico: no atender una rotura en el cuarto de baño, algo que se estropea en la cocina. El Gobierno municipal que ahora termina ha insistido en que endeudarse es malo pero, al final, el último día, lo ha hecho. Ha querido gastar en los últimos momentos lo que tendría que haber invertido de forma gradual en ocho años. Por eso propongo un pacto inmediato para terminar con la dejadez que se ha apoderado de Cádiz. Los socios del PSOE la permitieron. Esos mismos socios, después de ocho años de apoyo, reconocen ahora que la ciudad no funciona. Al portavoz de mi partido, Juancho Ortiz, le han dado mucho por denunciarlo, por señalar que la ciudad no funcionaba cuando ahora todos lo dicen.

Cádiz ha brillado mucho en los últimos meses de este mandato: Congreso de la Lengua Española, Premios Max, incluso la Casa del Carnaval...
El Congreso de la Lengua Española ha sido un éxito que celebramos y así se lo dije al alcalde. Desde una esquinita hemos contribuido en lo que hemos podido. Como los Premios Max. Pero que Cádiz sea escenario de grandes eventos no lo ha inventado el Gobierno municipal actual. Es algo que ya ha sucedido antes y que tenemos obligación de repetir. Cádiz tiene la obligación de tener protagonismo cultural en este tipo de actos. No solo hacerlo una vez, un año.

Bruno García, durante la entrevista.    GERMÁN MESA

¿Que el Partido Popular pase de 6 a 14 concejales, mayoría absoluta, en Cádiz no es demasiada subida? ¿Que Adelante Izquierda Gaditana baje de 13 concejales a 6 ó 7 no es demasiada bajada?
Creo que estas elecciones municipales en Cádiz son especiales. No se trata de partidos políticos. Se trata de modelos distintos y hay un clima de cambio muy importante. Hay gente con sensibilidad de izquierdas, que ha votado izquierdas, que puede votar al Partido Popular porque sabe que no vamos a gobernar sólo para una parte de la ciudad. Vamos a gobernar para todos. Hay un gran clima de cambio y voy en serio cuando lo digo. Durante los últimos ocho años ha quedado clara una sensación de que el Gobierno municipal ha tenido falta de dedicación y esa es la clave.

¿La masificación turística, en forma de apartamentos, expulsión de vecinos o dificultades en la convivencia se ha convertido en un conflicto para los ciudadanos? ¿Ha llegado el momento de admitir que negar esas consecuencias negativas pudo ser un error?
Mi prioridad es que las plazas estén llenas de niños y niñas jugando. Ese es el reto y la ilusión. Para conseguirlo es necesario crear vivienda. Si es necesario, con la expropiación de fincas vacías y abandonadas en el centro, con todas las garantías legales, por supuesto. Ese es el objetivo. Si los apartamentos turísticos suponen un problema, habrá que afrontarlo. Donde haya saturación de apartamentos turísticos, habrá regulación. Pero donde la haya. Hay que analizar bien la situación de cada zona porque señalar a los apartamentos turísticos en general no ha dado resultado. Por ejemplo, no ha servido para bajar el precio del alquiler de la vivienda, que ha subido más de un 9% desde que comenzó la regulación.