La amable perseverancia del vecino común
A 24 horas del inicio formal de la campaña electoral, esa que es eterna, elige quedar a dos metros de la puerta del Ayuntamiento. Simbólico. Está en forma, aún no acusa el desgaste de la hiperactividad. Aspecto saludable, cuidado, contento, más fino. Cuando se le pregunta por la causa, responde como Alonso Quijano cuando le interrogaban sobre su gesto serio: “Es que no como”. En este caso, con una sonrisa cómplice. “Ya comeré”.
Óscar Torres (Cádiz, 1973) es el candidato a la Alcaldía de Cádiz por el PSOE. Tiene un muro por escalar. Los socialistas han encadenado derrota tras derrota desde 1995. Y cada vez más gruesa excepto alguna una efímera e insuficiente remontada en votos, allá por la primera década del siglo.
Los críticos achacan a este partido un colaboracionismo infructuoso con Kichi tras traicionar a su último alcalde, Carlos Díaz. Los simpatizantes, un ingrato ejercicio de responsabilidad política que nunca tuvo reconocimiento. Ahora se mide a una nueva prueba ante el electorado. Con sus armas: la amabilidad y la cercanía de un hombre formado en el sector turístico —agencias de viaje— combinada con la honesta disciplina de un apasionado del deporte de los pies y el balón.
Su partido ha lanzado algunas de las propuestas más llamativas en la precampaña, como el autobús gratuito para jóvenes y mayores de 65 años o separar las concejalías de Cultura y Fiestas. Dice tener una mirada larga para la ciudad pero le obsesionan el trabajo diario y la pérdida aguda de población. En apenas dos semanas llega la resolución: podrá trabajar por fin desde dentro del gobierno municipal para tratar de cambiar las cosas o tendrá que protagonizar el octavo mandato —ocho, uno detrás de otro— del PSOE local en la oposición municipal.
El PSOE favoreció con su abstención que el actual alcalde de Cádiz se hiciera con el bastón de mando en 2015 y en 2019. ¿Cómo explica esa posición ahora, con la perspectiva de los años?
Los momentos son diferentes. En 2015, sobre todo, el PSOE tenía una visión muy concreta. Estaba gobernando la derecha y por la deriva venía tomando, en los últimos años, los socialistas nos vimos en la situación de aprovechar la posición. Los votantes nos habían mandado, claramente, a la oposición. Se trataba de aceptar los resultados. Evidentemente, en aquel momento se hizo lo que se tenía que hacer: posibilitar un cambio de gobierno. En 2019, la situación era absolutamente diferente. El equipo de gobierno se queda solamente a 400 votos de una mayoría absoluta. La ciudadanía manda el mensaje claro: quiere que siga gobernado quien estaba gobernando. Se le daba esa oportunidad, no el Partido Socialista, la ciudadanía.
"Con aciertos y con errores, como en cualquier tipo de gestión, se han dejado de hacer muchas cosas"
¿Qué ha hecho José María González Santos con esa oportunidad? ¿Qué balance hace el PSOE de esos ocho años?
Con aciertos y con errores, como en cualquier tipo de gestión, se han dejado de hacer muchas cosas, se han dejado atrás muchas cosas. Se han perdido muchísimas oportunidades. El Partido Socialista, principalmente en la etapa en que yo soy el portavoz, ha tenido muy claro que quería ser parte de la solución de los problemas de la ciudad. A través del diálogo, del consenso. Pero eso hemos llegado a aprobar un presupuesto municipal. Entendíamos que era imprescindible para la ciudad. También cuando llega el momento de aprobar un nuevo pliego de limpieza viaria. Por coherencia, por sensatez. Y por responsabilidad. Si ese nuevo pliego viene a solucionar parte de lo que nosotros venimos años denunciando, es lógico que lo apoyemos.Todo lo contrario que hace el Partido Popular, que vota en contra de un nuevo pliego cuando se han llevado años criticando la situación.
"Los votos de los concejales del Partido Socialista solo servirán para que el Partido Socialista esté en el gobierno"
Con esa experiencia, repetirían voto en un pleno de investidura. ¿Volverían a abstenerse para facilitar que Adelante Cádiz gobierne?
Los votos de los concejales del Partido Socialista solo servirán para que el Partido Socialista esté en el gobierno de la ciudad. No hay otro escenario posible. El Partido Socialista votará al Partido Socialista, a favor de los intereses del Partido Socialista.
Esos intereses pueden ser distintos según el reparto de concejales y las circunstancias tras el 28 de mayo
Por eso, cuando me preguntan sobre pactos, desde la prudencia tengo que decirles señores, vamos a esperar al 28 de mayo. Escenarios: todos los del mundo. Cábalas: todas las que queramos. Posibilidades infinitas porque se presentan 11 formaciones políticas en Cádiz, más que nunca. Vamos a dejar que los gaditanos hablen. El día 28 por la noche, o mejor, con más serenidad, el 29 de mayo tendremos que empezar a tomar decisiones. Pero cuando hayamos dado a los protagonistas, los gaditanos, la palabra, y hayan tomado su decisión. A ver qué mensaje nos han mandado. Y responder de una manera objetiva. Así es como va a terminar ese apartado de los pactos y de las posibles alianzas que sean necesarias.
¿Las dos decisiones del 2015 y de 2019, que ha explicado, cree que han podido perjudicar al PSOE en la ciudad de Cádiz?
Depende a quién se le pregunte. El votante progresista, en el más amplio espectro de la izquierda, no creo que lo piense. Incluso el votante moderado de centro-derecha reconoce que la última etapa del mandato que Teófila Martínez cayó en una deriva complicada. Luego, existe un votante muy de derechas que no va a compartir esas acciones. Creo que, en general, la gente comprendió las decisiones, las entendió. Igual que la gente hoy nos pide de una manera clara que pasemos a ser protagonistas de la gestión. Se hizo lo que se tenía que hacer.
Estamos en otro momento, en otro escenario. Nada parece indicar que vaya a haber mayorías de ningún signo. Por lo tanto, el PSOE tiene que tomar un papel protagonista. Si hay algo en Cádiz es una profunda desilusión, desencanto, decepción por parte del ciudadano que en aquel momento, en aquellos dos momentos, dio su confianza al actual equipo de Gobierno. Es evidente que ha faltado gestión. De una forma tremenda, en el día a día. Ha faltado estar más encima, con más previsión política. Ha faltado estar en la gestión corta con la mirada larga.
"El cambio climático nos ha llegado ya. Podemos y debemos adaptar la ciudad"
Explique ese doble concepto: día a día y mirada larga.
Estar en el día a día, centrarse en dar solución a los problemas como limpieza, mantenimiento urbano, arbolado, transporte público, que la ciudad funcione, pero también pensar en qué ciudad queremos, en cómo damos solución a los problemas estructurales que tenemos hace décadas. Que no son imputables en exclusividad a este equipo de Gobierno, ni son imputables al Partido Popular ni antes al PSOE. Problemas de empleo, de vivienda, o el que yo considero una obsesión: la despoblación tan enorme. Cádiz pierde población al ritmo de la España vaciada. Cómo adaptamos, cómo preparar la ciudad para lo que viene.
¿Qué es lo que viene?
El cambio climático nos ha llegado ya. Podemos y debemos adaptar la ciudad. Vamos a tener una temporada de verano que empieza en marzo y acaba en octubre. Tenemos que adaptarnos. Tiene que haber más sombra en las calles, más sitios donde se pueda descansar porque las caminatas no pueden ser tan largas. El 35% de la población de Cádiz tiene más de 65 años. Y ese porcentaje va creciendo. Cada vez tenemos una población más envejecida por la despoblación. Se van los más jóvenes y la gente mayor tiene una esperanza de vida, afortunadamente, cada vez mayor. Tenemos que adaptar la ciudad desde un punto de vista medioambiental, que sea más sostenible, accesible, asequible. Por eso nuestra propuesta de autobús urbano gratuito en diversas épocas del año. Y para sectores como los estudiantes menores de 25 años y mayores de 65, todo el año gratuito. Para convencer a la ciudadanía -para persuadirla, no para obligarla- de que es mejor opción el autobús que coger el coche particular. Más que de ciudad amable, me gusta el concepto de ciudad cómoda para vivir.
Cómo evitar una crisis turística
Esa ciudad cómoda debe adaptarse a una especie de invasión turística crónica
Cuando llego en enero de 2022 a la portavocía, mi partido venía de una política en la que no estaba muy de acuerdo con la regulación de apartamentos turísticos. Y yo entendí que la política debía ser otra. Yo creo que en este momento hay un problema con los pisos que es controlable pero si no se aplican medidas contundentes, el problema pasará a ser incontrolable. Por eso, cuando yo hablo de pisos turísticos me gusta ser muy didáctico.
Yo estoy hablando de una regulación para ponerle freno a lo nuevo. Desgraciadamente, la normativa no puede tener carácter retroactivo. Vamos a centrarnos en que no haya más. Vamos a centrarnos en que esa comunidad de vecinos, independientemente del barrio que sea, no se vea amenazada, estresada, en su día a día. Porque hay determinadas viviendas de ese bloque que se están destinando a pisos turísticos. Yo estoy seguro de que la gente no viene con ganas de molestar, pero evidentemente es una molestia. Gente que sale por la noche, llega de madrugada... Tú no cuidas un piso turístico igual que cuidas tu casa. Ha llegado el momento de decir basta a ese tipo de turismo. Cádiz se puede permitir el lujo de decir que no necesitamos más turismo. Que tenemos tenemos suficiente. Cuidar el que tenemos para que venga uno con mayor poder adquisitivo, que su gasto en la ciudad sea mayor, en cultura, en ocio, en hostelería… Quiero que venga un turista con poder adquisitivo medio-alto. Hay que darle una oferta musical, de convivencia, en una ciudad limpia. Aspirar a igual cantidad con más calidad. Vamos a dejar de contar cabezas. Vamos a dejar de crecer cada año un dos por ciento. No lo comparto y yo vengo del sector turístico. Por mi trabajo he podido visitar muchas ciudades que ya son parques temáticos. No quiero eso para Cádiz.
¿Cómo se logra?
Vámonos a esa finca, a ese solar abandonado desde hace 15, 20 ó 25 años. Nadie le mete mano porque además tiene una protección patrimonial. Hacer vivienda ahí es inviable. Viene una empresa hotelera dispuesta a poner un hotel de cuatro estrellas de 50 habitaciones y decenas de puestos de trabajo, a crear dinamización económica. Ese modelo, sí. Ahora, echar a una comunidad de vecinos, no. Derecho a la vivienda. Ese propietario de la finca abandonada hace 30 años, vacía, está esperando que le venga un maná del cielo para dar un pelotazo. Pues le voy a dar seis meses para que dinamice ese solar, esa finca. Si no, debe aparecer el liderazgo del Ayuntamiento, incluso con la expropiación. Sin demonizar el turismo. Es una de las principales industrias de la ciudad.
Otro de los sectores económicos y laborales de la ciudad, puede que el primero, es el funcionariado. ¿Cómo recibe el acuerdo con la plantilla municipal, hace apenas unos días, tras más de 13 años de espera y negociación? ¿Ayuda o peaje para el próximo alcalde?
Votamos a favor y no hago ese análisis. Si nosotros hubiéramos estado con una calculadora electoral desde que yo llegué hace un año y medio, a la portavocía, si hubiéramos estado con eso de que si votamos esto a favor me da cuatro votos y si voto en contra me resta tres… Si hubiera actuado así habría incumplido lo primero que dije cuando llegué a la portavocía. Dije que por encima de intereses partidistas, personales, me movía el beneficio de la ciudad. En este caso eran los trabajadores del Ayuntamiento.
Me parece absolutamente vergonzoso que desde 2010, que expiró el último acuerdo regulador, ni el Partido Popular hasta 2015 ni el actual equipo de gobierno hasta 2023 hayan sido capaces de firmar otro. Si es sobre la bocina, si llega a 20 días de las elecciones... A mí me da igual. Yo soy concejal del Ayuntamiento de Cádiz hasta el último día. Me reúno con los sindicatos, con los representantes de la mesa de negociación y un 80% me dice que ha votado a favor del acuerdo regulador. Lo defendemos y creemos que es bueno. Ni mil palabras más. Respetar la voluntad de los trabajadores. Apoyar lo que nos están pidiendo. Hay algún artículo que será más fácil de aplicar, otro más difícil. Alguno depende de la situación presupuestaria, alguno se implantará de manera progresiva pero barbaridades no hay ninguna. Ni una. Así que yo me pongo a favor de lo que le piden los trabajadores, como hemos hecho siempre.
¿28 años después, aún no le ha perdonado el votante al PSOE que apartara a Carlos Díaz de la lista para aspirar a la reelección en 1995? ¿No ha pasado demasiado tiempo para creer que aún tiene tanta influencia aquel episodio?
El recuerdo de aquello acabará cuando se pierda la memoria colectiva. Cádiz tiene una población envejecida y, por eso, lo vivieron. Y la gente recuerda con un extraordinario cariño, cada vez más, la figura de Carlos Díaz. Era un alcalde querido, respetado. Si se me permite la expresión, y no quiero exagerar, hasta idolatrado. Un hombre austero, honesto, con una imagen familiar. La gente todavía te lo dice. Y mientras la gente lo diga...
Sin embargo, en elecciones distintas a las municipales, el PSOE sí ha ganado en Cádiz en estos 28 años.
En las generales, en europeas, en elecciones autonómicas. Y de una manera clarísima. Yo creo que la gente en su momento dejó de ver al PSOE como una herramienta útil para el Ayuntamiento de Cádiz. Nuestro reto es que eso se acabe. Mi política es que estemos en la solución de los problemas. La sensación es que ese mensaje ha calado y las previsiones son magníficas.
"No me van a ver en grandes estridencias ni en gestos extravagantes. Es como soy"
El otoño pasado se extendía la sensación de una crisis económica inminente, una inflación desbocada, incluso se llegó a mencionar el desabastecimiento. Apenas medio año después los datos positivos se acumulan: el número de parados más bajo en 15 años, máxima cifra de inscritos en la Seguridad Social, acuerdo entre sindicatos y patronal para subir salarios, llenos crónicos en fiestas, espectáculos y destinos turísticos. ¿Le beneficia esa situación a un candidato socialista de ciudad pequeña o también ahora toca distinguir entre política nacional, regional y municipal?
La realidad económica y social de este Gobierno, que ya prácticamente ha agotado la legislatura, se estudiará en los libros de historia dentro de unos años. Estoy seguro. Somos ejemplo de gestión económica en el mundo. La derecha y los medios de comunicación, vinculados a la derecha, han ido anunciando las siete plagas de Egipto, el fin del mundo, cada 15 días. Ahora ya no les queda más remedio que levantar el pie porque la realidad es tozuda y dice todo lo contrario. Pero es verdad que las elecciones municipales tienen un componente claramente personal. La historia lo demuestra. Si yo no dijera que, como candidato a la Alcaldía, me beneficia el hecho de que a los jubilados les haya subido un 8,5% la pensión hace cuatro meses estaría mintiendo. O el acuerdo de hace unos días de patronal y sindicatos para subir los salarios un 10%. Las sensaciones son positivas, ayudan, pero la política municipal tiene un componente personal muy importante, desde el grado de conocimiento de la persona hasta el grado de empatía que se tiene o, si se me permite, hasta la trayectoria.
Yo fui el primero de los tres en ser elegido candidato, así que al PSOE no le pueden acusar de ir a rebufo o de seguir una moda. Yo no puedo defender al que denigra a otra persona por tener diferencias políticas. Soy así. No me van a ver en grandes estridencias ni en gestos extravagantes. Es como soy. No puedo vender algo que no soy. Porque además yo tengo 50 años. La gente me conoce. Creo que hay que normalizar la discrepancia política y que no trascienda a la enemistad personal ni a la crispación mediática. La discrepancia política es legítima. Hasta necesaria. Si otros candidatos tienen un perfil de cercanía, me parece positivo. Incluso lógico. Y no les conozco de forma muy estrecha, salvo de algún encuentro.
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