Todo ritual tiene su música y Pedro Sánchez ha convertido en ritual pasar por Jerez en cada campaña electoral. Una especie de ciudad talismán al sur del sur para hacer que pase; y, como ha deseado Juan Carlos Ruiz Boix, de nuevo las urnas se llenen de papeletas con puños y rosas este próximo domingo.
Si el ritual se ha alargado más de lo previsto —"hay que reducir las intervenciones o no llegamos a los telediarios", ha recordado Juan Espadas—, la música ha durado casi una hora de espera en el salón de los Espejos del Club Nazaret. La playlist mientras aterrizaba el Falcon presidencial en La Parra ha sido de lo más ecléctica: aires canallitas, rollo verbena de Las Tablas, un poquito de año de Lola Flores… De The Killers a Macaco, de La Faraona y El Pescaílla a El Canijo de Jerez.
Enorme expectación, tarareo permanente, especulaciones electorales con porras incluidas, agitar de banderas, corrillos, mealegrovertes por doquier… Los simpatizantes, militantes, altos cargos y candidatos venidos desde todos los puntos de la provincia de Cádiz no parecían tener nada mejor que hacer a media mañana de un martes laborable que aguardar sin prisas al amado líder.
Fuera llovía a cántaros. Al fin. Solo la nutrida presencia de agentes policiales —lecheras por todo el perímetro— para controlar al grupito de funcionarios de justicia que protestaba a las puertas del recinto alteraba el ambiente de euforia y fiesta de los socialistas, más tensionados que en la última convocatoria del año pasado, esas andaluzas donde se perdió todo lo perdible.
Bajo la versión más rockera del himno del PSOE, 12.55 horas, el presidente del Gobierno y líder socialista, con su look mitinero, ha irrumpido en el salón repartiendo besos, apretones y selfies. Ovación cerrada. “¡Presidente, presidente!”. Gente sobre las sillas, teléfonos móviles grabando el paseíllo… locura desatada entre un público con una media de edad generosa, que ha llegado a gritar al presidente: "¿Y de las pensiones qué...?" A lo que Pedro Sánchez, con respuestas para todo, ha recordado que con él han subido y "volveremos a llenar la hucha que destrozó Rajoy".
De los dos actos en Andalucía en esta antesala del 28M, uno fue en Sevilla, casi recién llegado de despachar con Joe Biden en la Casa Blanca, y este martes ha tocado el turno a Jerez, donde no falla desde las municipales de 2015, como así se lo ha recordado Mamen Sánchez, exultante candidata socialista a revalidar su tercer mandato consecutivo en una pieza clave del tablero político, tanto para mantener el poder en la Diputación de Cádiz como para que Juan Espadas respire aliviado tras el domingo y se relajen ciertas presiones internas que, como ya se rumorea, hablan de un pasaporte a Bruselas (hay Europeas) en 2024.
Aun así, la presencia de Pedro Sánchez en Jerez, ciudad más poblada de Cádiz y quinta de Andalucía, no se ha quedado solo en arropar a Mamen, sino que ha tenido gestos con Óscar Torres, “el próximo alcalde de Cádiz, no me cabe ninguna duda”, o para los 43 candidatos y candidatas restantes en la provincia el próximo domingo. “No tengo ninguna duda. El PSOE va a ganar en Jerez, en la provincia de Cádiz, en Andalucía, y en España. A votar y a ganar”, ha exclamado, en una arenga final casi inaudible por el aluvión de aplausos.
"Moreno Bonilla es la marca blanca de Aznar"
Antes que Sánchez, han intervenido Juan Carlos Ruiz Boix, secretario general de los socialistas gaditanos y presidente de Diputación de Cádiz; Juan Espadas, líder del PSOE de Andalucía; y Mamen Sánchez, anfitriona y candidata a la reelección por tercer mandato consecutivo. Los dos primeros han coincidido en ensalzar la gestión de la actual regidora jerezana —"ha conseguido estabilizar un ayuntamiento clave"– y en atizar al presidente de la Junta, Juanma Moreno, "es la marca blanca de Aznar, pero al igual que Aznar nos metió en la guerra de Irak, Moreno Bonilla está destrozando la sanidad pública y Doñana; ya ha empezado a enseñar la patita", ha dicho Ruiz Boix.
Espadas, siguiendo el hilo autonómico, ha mantenido: "Llevamos cinco años retrocediendo en dependencia, educación pública, sanidad pública y empleo”, por lo que ha pedido a los alcaldes y alcaldesas socialistas que salgan de las urnas el próximo domingo que le exijan a la Junta de Andalucía que cumpla con la sanidad pública, la educación pública o la dependencia, “aquello que le importa a los vecinos y vecinas en su día a día”.
Mamen Sánchez, por su parte, ha lamentado la división en la izquierda, que "beneficia a la derecha", por lo que ha pedido un voto para el PSOE que haga de Jerez "una ciudad imparable". "Nos jugamos reelegir entre el futuro o ese pasado negro que fue la ciudad", ha advertido en alusión a la candidata del PP, María José García-Pelayo, que ya fue alcaldesa entre 2003 y 2005, y entre 2011 y 2015.
Un abrazo tan sanchista como socialista. Comparten apellido y carné. Celebran su ritual de cada cuatro años y hasta ahora les ha ido bien
Sánchez no ha querido olvidarse —esta vez sí, a diferencia del debate de la noche antes— de la candidatura de Jerez a Capital Europea de la Cultura en 2031, algo que "lo vamos a conseguir, lo siento por quien se ponga por delante", que contará con Lola Flores como "abanderada de lujo". Y ha pedido al presidente del Gobierno y al Gobierno de la Junta que "traigan recursos" a la ciudad aunque no gane el 28 de mayo: "Me da igual quien gobierne, se lo merecen los jerezanos". Acto seguido, Pedro Sánchez y Mamen Sánchez se han fundido en un abrazo. Un abrazo tan sanchista como socialista. Comparten apellido y carné. Celebran su ritual de cada cuatro años y hasta ahora les ha ido bien.
"Con Felipe querían acabar con el felipismo; con Zapatero, la derecha quería acabar con el zapaterismo; ahora, dicen que tengo rabo y cuernos, y que quieren acabar con el sanchismo; pero no es ni felipismo, ni zapaterismo, ni sanchismo, es socialismo (...) La gran diferencia entre avanzar y retroceder es el voto al PSOE", ha zanjado Sánchez, Pedro, en un último arreón para dejar atrás el 28M e ir pensando en su propia reválida.
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