Juan Espadas ha anunciado este martes que da un paso al lado y no se presentará para ser reelegido como secretario general del PSOE andaluz, en proceso de primarias que empieza oficialmente este 7 de enero. "En la vida hay días importantes, y hoy es uno de esos días". Así comenzaba su intervención un Espadas emocionado que ha repasado su trayectoria, cuando acabó dejando la Alcaldía de Sevilla para plantar cara a Juanma Moreno en las elecciones de 2022.
Con la voz entrecortada, ha reconocido que "no hemos conseguido, no he conseguido" insuflar el ánimo que necesitaba el PSOE tras el desgaste de 40 años en el poder y verse de repente en la oposición. Eso sí, "nunca he perdido la esperanza en recuperar con nuestro trabajo, con compromiso y con mucha responsabilidad la confianza de los andaluces".
"Hoy quiero comunicarles que no voy a concurrir en este proceso de primarias, sino que voy a apoyar otro proyecto", que renueve el partido y pueda "ganar". "Después de un proceso largo de reflexión", ha cambiado su decisión personal previamente anunciada de concurrir a las primarias. "Necesitamos un revulsivo para tener opciones de ganar y gobernar", ha reconocido. "Solo una opción podía llevarme a cambiar la opción de continuar".
Espadas no ha querido dar oficialmente el nombre de la persona que en horas o, como mucho, días, tendrá que oficializar su candidatura. Pero esa persona es María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, que previsiblemente dará a conocer su decisión -empujada por Pedro Sánchez- a lo largo de este martes o a mucho tardar el miércoles.
"Opto por unir mis fuerzas, y las de aquellos que consideraban que debía continuar, a una opción ganadora". Guiado, ha dicho Espadas, por "la lealtad" y por "unir" frente a quienes han estado en el ruido, en referencia a los críticos que públicamente han pedido su relevo.
"Fue una decisión madurada, decidida en el momento que tocaba. Son decisiones complejas que no se toman en un día". En las últimas semanas, Espadas no ha recibido los apoyos que necesitaba. Principalmente, el de Pedro Sánchez, con quien ha hablado, pero no ha querido desvelar nada de esa conversación.
Tras el congreso regional de Armilla, en febrero, dejará de ser secretario general y, salvo sorpresa, también dejará de ser portavoz en el Parlamento andaluz. Habrá, entonces, una portavocía de transición elegida entre los parlamentarios electos, ya que Montero no podrá responder en la cámara a Moreno Bonilla. Todo apunta, de hecho, a que seguirá siendo vicepresidenta y ministra de Hacienda por el momento.
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