Las candidaturas a presidir el Gobierno ante el Congreso de los Diputados tienen, habitualmente, un aire positivo. Es decir, de proyectos, de explicación, de fórmulas... una visión de futuro. Sin embargo, la investidura que se presume fallida de Alberto Núñez Feijóo este martes ha estado impregnado de un aire de oposición. O de estrategia preelectoral. Porque el líder del PP ha mandado un claro mensaje contra Pedro Sánchez, en lugar de un mensaje sobre la España que propone su presidencia.
"No voy a defender la amnistía, tengo principios, límite y palabra", ha dicho el gallego para subrayar que no está dispuesto al pacto con partidos independentistas, especialmente si ese pacto pasa por forzar los límites de la legalidad. Es decir, nada de amnistiar a políticos catalanes a cambio de apoyos para la presidencia. "Esto parece una moción de censura", dijo Aitor Esteban, del PNV.
Feijóo habló para su grada y su público, que no es ni más ni menos que el de millones de votantes que confiaron en él en julio... pero también, le habló a muchos votantes socialistas o de otras formaciones que no quieren que Puigdemont vuelva a España sin pasar antes por los tribunales. "No renunciaré a la igualdad de los españoles ni pasaré por el aro para ser presidente", prosiguió el popular.
La gran apuesta del PP, por el momento, pasa por una repetición electoral. Solo así se explica que cualquier acercamiento al PNV quedara en puro globo sonda, muy tímido, sin recorrido, como el presunto interés del PP de sentarse con Junts. Todo quedó en nada apenas horas después de las elecciones, por lo que Feijóo sabe desde hace semanas que no tenía números pero que, igualmente, quería enfrentar a Sánchez en la tribuna.
Tras su discurso, el líder popular afeó a Sánchez que la réplica la tomase el exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, en lugar del presidente en funciones, en calidad de líder de los socialistas. "Y luego quería seis debates", ironizó en los pasillos del Congreso tras conocerse que sería Puente quien respondiese.
Tras la palabra que irán tomando todos los grupos del Congreso -no se sabe al inicio de la tarde si Sumar repartirá tiempos con Podemos para que Ione Belarra también se dirija al hemiciclo-, Feijóo intervendrá por última vez para afrontar una votación que contará seguramente con la afirmativa de Vox... o no. Porque será solo simbólica y sin capacidad de alcanzaar apoyos suficientes.
En primera ronda, un candidato necesita alcanzar más de 175 síes, lo que otorga mayoría absoluta entre los diputados. Si no lo logra, está la segunda votación donde solo hacen falta más síes que noes -es decir, se necesita pactar abstenciones-. Si tampoco lo consigue, se dará por terminada la candidatura y el rey podrá, bajo propuesta de la presidencia del Congreso, o bien dar oportunidad a Pedro Sánchez para que se presente, o bien llamar a nuevas elecciones.
En este primer 'round' parlamentario, todo sigue igual. En ninguna parte.
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