Germán Beardo Caro cumplirá 35 años el mes que viene. A pesar de su juventud, el 16 de junio no solo será su cumpleaños, sino que también cumplirá un año desde que tomó posesión como alcalde de El Puerto de Santa María. El PP, partido que lidera y preside en esta gran ciudad de la Bahía gaditana —décimo quinta en población de Andalucía, con casi 90.000 habitantes—, obtuvo nueve concejales, y necesitó el apoyo de Cs, con dos, para sumar la mayoría suficiente que descabalgara al PSOE de la Alcaldía. Aun así, como sucede en la Junta de Andalucía, requerirá en el mandato de los apoyos puntuales de Vox, con otros dos ediles, para sacar adelante cuestiones clave como el presupuesto municipal.
Beardo, licenciado en Historia y graduado en Derecho, fue presidente de Nuevas Generaciones del PP de Cádiz entre 2012 y 2014, y coordinador general del PP gaditano. En su biografía también aparece un pasado truncado por una lesión, justo cuando marchó a la cantera del Benfica de Portugal a probar suerte en su carrera como delantero centro. Casado y con tres hijos, muy activo en redes sociales, nos recibe a media mañana en su despacho del Consistorio portuense. Una entrevista presencial después de dos meses de confinamiento es algo extraña. Sin saber sin estrechar la mano en el saludo, sin saber muy dónde colocarnos en torno a una mesa con un gran mapa de El Puerto. Estamos en la gran ciudad andaluza con menor tasa de fallecidos por coronavirus y la incidencia en este municipio se reduce a 63 casos confirmados (7 contagios en los últimos 14 días) y dos fallecidos.
¿Qué recuerda antes de empezar todo esto, qué es lo último que tenía entre manos?
Nada que veamos imposible de cumplir en el largo plazo. Planteábamos una hoja de ruta para devolver a El Puerto de Santa María a las ciudades top, de referencia, de la provincia, y para ello teníamos unas líneas de trabajo a desarrollar. Hay una serie de inversiones que no se han caído, se han aplazado. En los últimos días hemos retomado la obra pública y queremos dotar a la ciudad de los recursos necesarios. La clave de todo es que el proyecto de ciudad tiende, por un lado, a la habilitación y comercialización los espacios industriales para afianzar la industria logística y aeronáutica; y para, definitivamente, convertir a El Puerto en una ciudad turística todo el año, y no solo de veraneo o segunda residencia. Ese es el esquema que tenemos formulado.
Llamamos al confinamiento incluso con anterioridad al decreto del estado de alarma
Ante la emergencia social y económica inminente, ¿este esquema queda en un segundo plano?
Sigo muy pocos axiomas, pero uno de los que sigo fielmente es el de caminante no hay camino, se hace camino al andar. Como entiendo la vida y la política, creo que nunca se llega a una meta. La meta es el camino. Cuando hice el programa con mi equipo, que trabajamos durante dos años, nadie pensaba nunca que podíamos enfrentarnos a esta pandemia.
¿Deberían preparar a los políticos para enfrentarse a este tipo de situaciones?
Bueno, realmente este tipo de situaciones se atajan con sentido común y aplicando las recomendaciones de los expertos. Y por supuesto, actuando con un poco de astucia y perspicacia. Al fin y al cabo, en política como en la vida, se trata de resolver problemas uno detrás de otro y nunca se llega a la solución final. Siempre hay una familia que atender como tampoco pensábamos encarar el mandato municipal cayéndosenos la norma urbanística —el TSJA tumbó el nuevo PGOU de la ciudad, pero se ha presentado casación al Supremo—, pero problema que viene, problema que hay que resolver. Aunque nos enfrentemos a una crisis sanitaria con estas consecuencias sociales y económicas, nos reunimos y vimos que, por un lado, había que establecer medidas de control, seguridad y vigilancia que no permitieran la entrada del coronavirus en la ciudad, llamamos al confinamiento incluso con anterioridad al decreto del estado de alarma, izamos la bandera roja en las playas o clausuramos instalaciones y parques antes de eso, y eso ha generado que encaremos unos datos tremendamente positivos en cuanto a la afección del coronavirus en El Puerto.
"En política como en la vida, se trata de resolver problemas uno detrás de otro y nunca se llega a la solución final"
¿No hay un factor casual en esos datos de resistencia al contagio?
No, generalmente nada en la vida es casual. Aparte de las medidas de protección y seguridad, que han llevado a esos datos con los que uno puede estar orgulloso, ha habido otras dos líneas por la situación de cierre y de demolición de la economía durante casi dos meses que iban a traer consecuencias directas sobre la población en los ámbitos más primarios, como el techo y la comida. Planteamos que en El Puerto nadie se quedaba atrás y aprobamos una serie de soluciones de cobertura gradual de la asistencia social. Creamos la oficina de emergencia social para centralizarlo todo en un cuerpo de trabajadores sociales que supiera diagnosticar rápidamente las necesidades de las familias —se empezaron a generar recursos de ayudas económicas y ya vamos por unos 170.000 euros para más de 500 familias—, después planteamos un centro de emergencia social en La Florida para la gente que estaba en la calle, y creamos el servicio de alimentación y suministro municipal para que ningún portuense se quedara sin nada que llevarse a la boca en este confinamiento. Hubo un momento en que nos dimos cuenta de que los recursos eran insuficientes porque había una capa superior de personas que nunca habían necesitado servicios sociales, que vivían al día, con ingresos mínimos, y que, claro, en este periodo no eran ya capaces de valerse por sí mismos. Hablamos con Ángel León, con la Fundación del cocinero José Andrés y Makro, y abordamos otro perfil para estas personas para las que puede ser vergonzoso acudir a un comedor social y diariamente, a través de Cruz Roja, llevan comida a 231 familias de El Puerto. También vimos que empezaba a haber una brecha digital, por lo que a través de colaboraciones planteamos un wifi gratuito para 300 familias, se han donado equipos informáticos… que ningún niño perdiera la comba del colegio o que gente que estuviera sola pudiera relacionarse. En el ámbito de la cobertura social nunca antes en este municipio se ha llegado a unos objetivos tan ambiciosos, y de eso me siento profundamente orgulloso.
En el ámbito de la cobertura social nunca antes en este municipio se ha llegado a unos objetivos tan ambiciosos, y de eso me siento profundamente orgulloso
Y después, el tercer eje de trabajo paralelo fue ver que había un problema social que viene de un problema económico por la paralización de la economía. Hemos intentado paliar en la medida de lo posible, porque somos una administración muy pequeñita, la caída del tejido económico, aportando nuestro grano de arena para que nuestras pymes, autónomos, comerciantes y hosteleros sintieran al menos nuestra ayuda. Planteamos una oficina de ayuda directa al autónomo con 186.000 euros en primera convocatoria para el pago del 50% del alquiler, y ahora estamos viendo cómo ayudar a SL, comunidades de bienes y otras fórmulas jurídicas. Esos han sido los tres esquemas de trabajo que hemos venido gestando en esta crisis.
Nadie entendería que los ayuntamientos amortizaran anticipadamente los créditos a los bancos en lugar de ponerlos en la economía real
Al final, una vez más se demuestra que los ayuntamientos, como administración más cercana al ciudadano, son los que están ahí en primera línea, pero los que siguen siendo los grandes olvidados en cuanto a financiación, ¿no cree?
Yo creo que la experiencia democrática de los últimos 40 años nos dice que todavía queda una revolución administrativa que abordar, que es la de dotar a los ayuntamientos de mayor oportunidad de recursos. Fueron los grandes patrocinadores del rescate o de sacar de la crisis al Estado de 2008, aparte evidentemente de la sociedad, pero administrativamente la mayor carga de recortes fueron para la gestión de los recursos públicos municipales, y eso no se ha devuelto. Por otra parte, tenemos suficientes recursos mientras nos dejen usarlos. Porque un ayuntamiento como el de El Puerto con aproximadamente 91 millones de euros de presupuesto, en la liquidación del ejercicio anterior tiene un remanente de tesorería positivo de entre 11 y 16 millones de euros. Lo que sigo solicitando a quien me quiera escuchar en las instituciones es que yo, antes que amortizar anticipadamente la deuda con los bancos, los quiero poner en la calle para la gente, ya sean con medidas sociales o de reactivación económica. Eso es fácil de entender. Nosotros no es que pidamos no pagarle a los bancos, eso sería irreal y demagógico, pero si resuelvo con superávit el ejercicio, en una situación tan especial como ésta, nadie entendería que los ayuntamientos amortizaran anticipadamente los créditos a los bancos en lugar de ponerlos en la economía real. Eso lo entiende una persona de izquierda, de derecha, de centro y medio pensionista. Sí echo en falta que, definitivamente, impere el sentido común y nos dejen, como los más cumplidores que somos en cuanto a los objetivos de déficit, invertir con nuestros remanentes de tesorería.
Un retrato del presidente de la Junta, dedicado, que visitó recientemente el Ayuntamiento portuense. FOTO: MANU GARCÍA
¿Ser alcalde al final está por encima de ideologías, de posicionamientos partidistas? Hace poco era muy crítico con ciertos bancos que cobraban intereses al transferir las ayudas sociales del Ayuntamiento…
Si nos vamos al fondo de la cuestión, no es que el cargo te haga estar por encima del mundo de las ideas, sino que me considero una persona lo suficientemente moderada, y con el suficiente sentido común, para que cuando uno ve una injusticia social tan grande ponerla sobre la mesa con toda la convicción del mundo. Mi ideología o el mundo de las ideas, o en este caso la filosofía del pensamiento, no me impone un criterio, todo lo contrario.
Ni su afiliación política.
Ni la afiliación, ni mucho menos. Me considero profundamente libre como para opinar y ejecutar cuantas políticas creo. Muchos políticos hablan así, pero yo rehuyo de eso: yo no invierto nada, son los ciudadanos los que invertimos con nuestros impuestos.
El alcalde portuense, en un momento de la conversación con este medio. FOTO: MANU GARCÍA
¿Eso que es obvio no hay forma de cambiarlo, no?
Bueno, yo lo tengo muy claro. El dinero que gestiona este Ayuntamiento o este alcalde no es dinero suyo, es dinero de todos, incluso mío, que pagamos un montón de impuestos y muy altos. Si yo en este caso he decidido volcar una serie de recursos públicos a ayudar a los que menos tienen, no puede ser que un agente meramente intermediario de esa ayuda efectúe una quita de esa ayuda, de 269 o de 309 euros, de 15 o 20 euros al usuario beneficiario de esa ayuda de subsistencia. Eso no solo es usura, sino que es profundamente inmoral, y algo desleal con la sociedad y con el Ayuntamiento. No es dinero del Ayuntamiento, es dinero de la sociedad que va para que gente que no tiene qué comer pueda comprar alimento. Lo hablé con los directores, evidentemente ellos siguen instrucciones de sus aparatos jerárquicos, pero como responsable máximo de esta ciudad, les dije de manera educada que, igual que ellos pueden hacer negocio con los depósitos bancarios de los habitantes de esa ciudad, o me cambiaban ese criterio, o me buscaría otro banco en el que depositar las nóminas de los empleados de este Ayuntamiento. Las cosas cuando se explican fácil parece que son convincentes.
Al final hay que desafiar al poder…
Al final es convencer de una situación que le sería bastante más lesiva que ganarse esa comisión de 15 o 20 euros con 200 familias.
Decía antes que se considera moderado, ¿falta moderación en la política actual?
Por supuesto.
¿Hay demasiado ruido, demasiado oposición que solo destruye?
Y demasiada inmediatez. Por no hablar de un caso concreto que se tilde de partidista, si coges un caso de un error manifiesto grave hoy en día que cometa un político, por acción u omisión, eso hace 15 o 20 años seguramente le habría costado la dimisión o el cese. Hoy en día, la vorágine de información, desinformación y de ese ruido que comentas, hace que todo quede en el olvido tras 150 tuits. Cuando pasan esos 150 tuits primeros ya parece que nada ha pasado, o al menos no queda tan socialmente grave como para provocar un cese o una dimisión. Eso es una nueva circunstancia a la que evidentemente nos tenemos que adaptar, pero es profundamente peligrosa. Porque ya nada tiene consecuencias tan serias por muy grave que sea la acción o la omisión cometida. Eso es verdaderamente peligroso, pero esos son los tiempos que corren.
Y al mismo tiempo, esa rueda de insulto, de difamación, también provoca que todo se permita.
Sí claro, todo vale.
¿El debate no es siempre de trazo grueso, de ver quién dice la barbaridad más grande?
Sí, de grandes titulares. Y por eso coges los discursos parlamentarios de hace años y coges los de ahora y llama mucho la atención el fondo de la cuestión, no solo las formas. Realmente ahora vamos a la política del tuit de 240 caracteres y no a la solución del problema real. Nos preocupamos mucho más del titular que del cuerpo de la noticia, y en eso tenemos todos parte de culpa, no solo nos tenemos que autofustigar los políticos, sino la sociedad en general. A mí me preocupa mucho cuando leo algunas noticias y verdaderamente lo sustancial está en lo casi anecdótico, y se da pábulo mucho más a lo que proporciona click o a eso que llaman viralización. Pero bueno, es la sociedad que nos ha tocado vivir. Yo sí echo mucho en falta volver a posiciones más centradas, más moderadas y de mayorías.
Realmente ahora vamos a la política del tuit de 240 caracteres y no a la solución del problema real. Nos preocupamos mucho más del titular que del cuerpo de la noticia
Mesura.
Sí, claro, eso es un problema de todos. En el momento en el que damos mayor pábulo mediático a los discursos moderados, que quizás ahora vendan menos, ganaremos todos a la larga. Siempre he puesto de ejemplo una anécdota que me marcó mucho. Vino el entonces ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, a El Puerto, y estuvimos tomando un café, hablamos de agosto de 2013, y se planteaba por aquel entonces el tema de la gran coalición. Él dijo que le preguntó a su homólogo alemán cómo lo habían hecho allí, la formulación de distintos gobiernos de coalición SPD y CDU, y hablaba del pacto de la pizza. Por el miedo a los extremos con la caída del muro, las nuevas generaciones y las juventudes socialistas nos juntábamos los viernes por la noche en torno a una pizza para hablar del futuro de Alemania. Esos somos hoy compañeros de gobierno y nos hemos puesto cara muchas veces en la vida, con lo cual aquí falta también eso. Falta mucha política de cercanía al centro, y menos tiros desde los extremos.
Su partido ha anunciado que votará en contra. ¿Está preocupado por la prórroga, o no prórroga, del estado de alarma, teme que se le llene de gente de fuera una ciudad de tantas segundas residencias?
No tiene por qué haber libertad de movimientos. He estado debatiendo conmigo mismo qué pienso acerca de la prórroga o no del estado de alarma, y aunque no tenga una firme convicción sobre qué es la verdad, porque realmente nunca la tengo, sí que es verdad que hay que distinguir una cosa: el estado de alarma no debe ser un vehículo para hacer lo que te dé la gana. Tengas o no mayoría absoluta, que no la tienes, siempre creo que las grandes cuestiones en las grandes crisis tienen que ser pactadas y acordadas por los dos grandes partidos. Claro, en el momento en el que el presidente del Gobierno no trata con la dignidad que tiene que tratar al principal partido de la oposición, no haciéndole partícipe de las grandes decisiones, e invirtiendo la acción de gobierno. Dicho esto, ¿estado de alarma sí o no? La ley de Seguridad Ciudadana permite la cualificación de distintos medios de protección y permisividad de la movilidad, con lo cual ahí podría acogerse el Estado para establecer distintos modelos de control de desescalada asimétrica. ¿Es más efectivo el estado de alarma? ¿Quién lo sabe…? ¿Después de 25.000 muertos en 50 días ha sido efectivo? Parece que por lo menos la cosa va a menos. ¿Habría un repunte? No lo sabemos, pero no por nada, porque dentro del propio estado de alarma ya estamos desescalando, y aún no conocemos si quiera las consecuencias del grado de aperturismo del pasado fin de semana. Sin tener una posición firme de convicción propia y exigiéndole una serie de condiciones al Gobierno, quizás habría que permitir una prórroga del estado de alarma, y si los datos de contagios y fallecimientos siguen en la misma caída nadie entendería que esto se retrasase otros quince días más.
Beardo, en otro momento de la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, abogaba precisamente por mantener la prórroga hasta final de mayo, y el consejero de Salud, Jesus Aguirre, pedía disculpas por errores en su gestión, advirtiendo de que nadie estaba preparado para esto. ¿Qué discurso en Andalucía tan ponderado frente al discurso de su partido a nivel nacional, no?
Esto no es una cuestión de territorios, supongo que será algo casi personal.
Hablábamos de esa moderación.
Algunos interpretan esa moderación con no tener una posición definida, pero no es eso, mi posición definida es precisamente la moderada. Mi definición es la moderación. Y eso es algo propio, no por cuestiones de territorios. Pero tiene que ser muy difícil ponerse en la posición del líder de la oposición y del partido a nivel nacional cuando tienes a un presidente del Gobierno y a su partido insultándote. Los que le votaron sí a su investidura ya le han dicho que no a la prórroga, pero acusan al PP de que si no prorrogan, los muertos subsiguientes serán su responsabilidad. Algo tan grave como decir que todos los muertos que ha habido es por responsabilidad del Gobierno. Eso es una dinámica perversa. Pero por encima de todo, están siempre los intereses generales de los ciudadanos. Eso es lo que no se puede perder de vista.
Si no me engaña Wikipedia, usted hizo carrera futbolística…
Corta (ríe).
¿Estará acostumbrado a trabajar en equipo?
Sí, claro. Lo que pasa que yo era delantero y, con lo cual, el equipo trabajaba para mí (risas).
Cuando empecé a hacer la candidatura no me fijaba en el carné de afiliación política, sino en las soluciones que podía plantear a la ciudad desde su conocimiento, experiencia y prestigio en su ámbito
¿Y cómo es la relación con Cs, su socio de gobierno?
Fuera de bromas, trabajamos todos en una posición bien definida y con la mayor de las armonías posibles al funcionar. Cada uno sabe bien cuál es su tarea, sus objetivos y sus procedimientos a seguir para alcanzarlos. Construimos un equipo que todos reconocen que fue un acierto. Cuando empecé a hacer la candidatura no me fijaba en el carné de afiliación política, sino en las soluciones que podía plantear a la ciudad desde su conocimiento, experiencia y prestigio en su ámbito. Y eso provocó que se generará en torno a la candidatura una reilusión de la gente con el futuro de El Puerto. Y eso ha provocado que las áreas de gestión tengan autoridad y los propios técnicos reconocen al político como una persona de su ámbito y que, además, sabe. Por regla general, les hacen caso, eso que en la administración es tan difícil, y eso está pasando. Al estar pasando se encauzan problemas endémicos de la ciudad. Por tanto, orgulloso de este equipo conformado.
A la vista de que el turismo está en cuestión tras esta crisis, ¿tiene plan b? ¿estábamos viviendo esa turismodependencia por encima de nuestras posibilidades?
Hemos vivido por debajo de nuestras posibilidades en Andalucía. Creo que Andalucía tiene potencialidad suficiente como para ser líder, por recursos sociales y por recursos naturales. El andaluz es valiente en épocas oscuras, es capaz de emigrar y retornar, es capaz de generar recursos turísticos suficientes en interior o en zonas costeras… por tanto, creo que ha sido una comunidad que ha vivido siempre por debajo de sus posibilidades; y estoy convencido de que El Puerto puede ser, no solo referente en Andalucía, que lo va a volver a ser, sino punta de lanza de una España de tecnología puntera con respecto a la aeronáutica, y de capacidad logística para unir dos continentes como Europa y África, en un punto de unión muy sensible con el resto de España, con los aeropuertos de Gibraltar y Jerez, y con las salidas al mar. Persistiendo la marca, El Puerto es capaz de volver a ser líder en España, sin duda.
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