La tregua en el Partido Popular se ha terminado tras los mediocres resultados en las elecciones de Castilla y León. El alto al fuego entre Isabel Díaz Ayuso y la dirección nacional del Partido Popular es historia. Según avanzó El Confidencial y posteriormente han ido completando otros medios de tirada nacional, la cúpula del PP contrató a un detective para investigar si la adjudicación de un contrato por parte de la Comunidad de Madrid tenía irregularidades.
El motivo del espionaje es la adjudicación a dedo de una compra de 1,5 millones de euros en mascarillas a un amigo de los hermanos Díaz Ayuso. Este hecho lo publicó eldiario.es en noviembre, sin embargo, todo ha salido a la luz a mitad de febrero. Casualmente tras unos resultados electorales que debilitan a Pablo Casado.
Describe el El Confidencial en su noticia que el encargo de Génova – sede nacional del PP – fue concretamente a Ángel Carromero, un conocido miembro del partido que actualmente es director general de Coordinación del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para encontrar información comprometedora sobre el hermano de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad se enteró en diciembre del espionaje a través de un exministro de Mariano Rajoy y pidió explicaciones, ha publicado El Mundo. Dos meses después, el caso se ha filtrado a la prensa.
El Partido Popular, cuando saltó la noticia, emitió un breve comunicado en el que desmentía "tajantemente las informaciones publicadas en relación a una supuesta investigación sobre los contratos sanitarios adjudicados por la Comunidad de Madrid y tomará las medidas judiciales oportunas ante estas falsedades". Sin embargo, tras defender esto, cargos orgánicos de relevancia en el PP como la portavoz del Congreso, Cuca Gamarra, el secretario general, Teodoro García Egea, y el portavoz nacional y alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, han modificado su agenda con los medios este jueves cancelando intervenciones.
El único que se ha pronunciado hasta ahora de forma oficial ha sido, precisamente, el alcalde de Madrid, con una rueda de prensa a las 9 de la mañana desde el ayuntamiento de la capital. Y la ha dado como alcalde de Madrid, no como portavoz nacional del PP. En muchas ocasiones ha sido difícil diferenciar los cargos de Almeida, sin embargo, en esta ocasión, no ha admitido preguntas sobre su partido.
El alcalde de Madrid lo ha negado todo, "una vez hechas las averiguaciones, concluimos que el detective niega la reunión, que el trabajador niega la reunión, que no hay ningún contrato y no se ha podido producir ningún encargo ni ningún pago con dinero público del Ayuntamiento para obtener información de esa naturaleza". Las investigaciones, ha descrito el propio Almeida, han consistido en preguntar a los implicados. Nada más.
"Carromero me ha negado que haya hecho cualquier tipo de gestión contra Ayuso o sus familiares", ha continuado el alcalde, que, posteriormente, ha asegurado que si aparecen pruebas apartará a cualquier implicado para mantener la honorabilidad del Ayuntamiento de Madrid.
El PP guarda silencio, salvo Cayetana Álvarez de Toledo, diputada enfrentada públicamente a la dirección nacional, que se ha puesto del lado de Ayuso, "todo el mundo sospecha de operaciones para echar a la líder política más popular del PP". Álvarez de Toledo ha añadido que "si yo no hubiera leído y escrito lo que he leído y escrito, hoy estaría en estado de shock". Precisamente, este jueves presenta su libro en Sevilla. La diputada ha pedido explicaciones "pormenorizadas" de Casado y "que se aparte a quien haya cometido esas prácticas". "Lo decente y razonable, si se tiene indicios de que el entorno de un compañero ha cometido algo que no es correcto, lo razonable hubiera sido ponerlo en manos de la justicia y no utilizar métodos sucios", ha concluido.
Ayuso ha convocado una rueda de prensa al final de la mañana.
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