La crisis del PP de Sevilla no ha hecho más que empezar, y se ha ampliado al ámbito autonómico. El partido está en llamas en los últimos días, pero la batalla interna ha trascendido durante años. ¿Por qué se ha activado ahora?
El dibujo amplio es el siguiente. El número dos del PP en Sevilla, José Ricardo García, acudió a un notario para sacar las cuentas del partido en años anteriores. Cuentas que han aflorado en las páginas de Diario de Sevilla, un periódico que adelantó informaciones como que Juan Bueno y Asunción Fley cobraron sobresueldos en su época de concejales en los tiempos de Juan Ignacio Zoido, a cargo del presupuesto del grupo popular en la Diputación de Sevilla.
Además, se fletaron autobuses con dinero procedente de arcas públicas para un mitin del partido. El propio Zoido ya había recibido emolumentos de su formación al menos hasta ser proclamado alcalde de Sevilla, pero el asunto no fue a más porque un informe del secretario municipal le dio cobertura legal. Todo esto, en años de crisis económica, cuando el PP barrió en las elecciones del ciclo de 2011, y antes en el caso de Zoido.
Esas cuentas tan sensibles fueron llevadas por la dirección del PP sevillano en 2018. Virginia Pérez, presidenta del PP, y Juan de la Rosa, su secretario general, hoy delegado de Urbanismo en el gobierno de José Luis Sanz, las guardaron allí. ¿Pensando que había irregularidades en el empleo de subvenciones públicas? Como poco, que era una bomba políticamente, que apuntaba contra el PP que representaban José Luis Sanz o Juan Bueno. Y quizás para cubrirse las espaldas.
El leñazo ha llegado siete años después. ¿Qué ha cambiado en estos últimos días? Acaba de conocerse que el actual presidente del PP de Sevilla, Ricardo Sánchez, acudirá a declarar como investigado -lo que antes se conocía como imputado- el próximo 3 de marzo por el caso del tanatorio de Mairena. Su número dos, el secretario general, el joven José Ricardo García, ha acudido a la notaría de la calle Tetuán en la que estaban depositadas las cuentas del PP y las ha retirado, como ha adelantado El Correo. Al poco, estaban en la prensa y la bomba ha estallado.
A García le leyeron la cartilla en la tarde de este miércoles por ese movimiento. Estuvo en la sede regional y no aparecía por el Parlamento, donde había sesión. Ya en el mediodía, Toni Martín, responsable del grupo del PP en el Parlamento andaluz, anunció que el partido "activará los mecanismos internos para depurar responsabilidades". "El PP andaluz no va a entrar en valorar la actuación interna de esta persona, ni permitirá que dañe al partido".
Así, la reprimenda se hizo pública y el desconcierto reina internamente. El PP andaluz, ahora mismo, es incapaz de mantener el orden. Porque las dos corrientes representan a una parte importantísima del poder que atesoran. De un lado, Ricardo Sánchez, delegado del Gobierno andaluz en Sevilla y presidente provincial; del otro, José Luis Sanz, alcalde de la capital. Ambos salpicados mutuamente por los escándalos.
Porque la filtración masiva afecta directamente a José Luis Sanz, que contempla cómo le han sacado a sus concejales sus trapos sucios. Pero afectan directamente a él, pues en aquella época era secretario general del PP andaluz. Y de la otra parte, hay quien tiene claro que las cuentas filtradas son la respuesta a otras realizadas también para dañar al propio Ricardo Sánchez y que le va a llevar a declarar el próximo 3 de marzo por el asunto del tanatorio de Mairena en su etapa como alcalde.
El momento para el PP andaluz no es bueno. Porque falta un año para las elecciones autonómicas. O menos. El PP se planteaba adelantar elecciones para cerrar el año en lugar de esperar a los cuatro años naturales, que las llevarían a junio de 2026. El riesgo de división interna llega ya al grupo parlamentario. Y las presuntas corruptelas no pueden más que dañar a menos de un año. Juanma Moreno, que está en Bruselas, va teledirigiendo los movimientos. A su vuelta, se va a encontrar un partido en llamas.
En el corto plazo, José Ricardo García, todo un número dos en Sevilla, se juega ser apartado del partido y hasta expulsado. Juan de la Rosa sigue en el gobierno de José Luis Sanz. Ricardo Sánchez irá a declarar pero la complejidad del caso apunta a un largo recorrido. Antes o después habrá cambios dictados por Juanma Moreno, que tendrá que resolver cómo apagar el fuego.