Una serie de revelaciones a través de los informes de la UCO (Guardia Civil) o las declaraciones en el Supremo, dejan meridianamente claro que Jéssica, expareja del ministro José Luis Ábalos, había sido enchufada y no tenía ni idea de qué se suponía que hacía en las empresas públicas donde había sido enchufada, Ineco y Tragastec.
En unos audios dentro de la causa, Jéssica reconoce que no tiene "ni puta idea" de lo que se hace allí. "Pasan olímpicamente de llamarme; entonces, yo te lo digo: a mí me la suda porque yo no me voy a comer ningún marrón ni... Me da igual. ¿Sabes lo que te quiero decir? Yo lo digo más que nada por vosotros", le dice en un audio a Koldo, asesor de Ábalos y su supuesta mano derecha en los tejemanejes del exministro.
En noviembre de 2020, un cargo de Adif le envía un correo electrónico pidiéndole remitir el currículum actualizado. Para entonces ya figuraba dentro de Ineco.
Además, Jéssica se quejó ante Koldo de que la iban a echar del piso de lujo que le pagaba la trama en la plaza de España de Madrid. "No quiero ni creo que me merezca ni necesito que nadie me esté llamando para decirme que me vaya de la casa, ¿sabes? Es lo único que pido, o sea, por favor, ya bastante incertidumbre es el no tener un puñetero sitio donde poder plantar el culo, como para encima que eso dependa de otras personas que no me cuentan ni la mitad", dice en un audio a Koldo, recogido por El País. "Es que no es ninguna presión, es que es lo que te vuelvo a decir: lo que no puede ser es que a mí me llevan tres meses llamándome para decirme que no se están pagando las cosas".
Este lunes, Jéssica acudirá al Senado, donde comparecerá a petición del PP. El partido incide en que "ha recibido contraprestaciones de una trama de corrupción, un empleo público y el alquiler de un piso de 2.700 euros mensuales. A los contribuyentes que pagan sus impuestos les interesa saber que se ha usado el dinero público para pagar un servicio que no tiene nada que ver con el servicio público".