"Mi carrera política llega hasta aquí, no quiero otro cargo, otra casa ni otro coche"
Sus mensajes directos sorprenden poco nueve años después de su llegada a la primera línea institucional. Tiene fama en los medios de ser 'una metralleta de titulares'. Rara vez defrauda. "A lo mejor la solución es legalizar el hachís", afirmó tras al última crisis trágica del narcotráfico endémico en la provincia. Da lo que promete: una sinceridad cercana a la brusquedad con una oratoria que casi nadie más puede permitirse. Quizás porque carece de más ambición política después de la Alcaldía de La Línea: "Mi carrera política llega hasta aquí, no hay nada después, ni voy a tener otro cargo, ni quiero otro coche, ni otra casa, ni más estudios para mis hijos de los que ya puedo pagar. No tengo otra ambición, que en mi pueblo estén orgullosos de mí".
Ese mensaje le convierte en una excepción. Una muy influyente. José Juan Franco Rodríguez (La Línea de la Concepción, 1975) no sólo es el responsable municipal de la ciudad fronteriza más difícil de Europa. Licenciado en Derecho e Historia, máster del Instituto de Estudios Fiscales del Ministerio de Hacienda, fue funcionario antes que fraile. Y en el Ayuntamiento de La Línea de la Concepción. En 2015, junto a un grupo de vecinos, funda La Línea 100×100. Obtiene la Alcaldía ese año, a la primera, en coalición con el Partido Popular. En 2019 ya arrasa y gobierna en solitario.
Hace un año comenzó la tercera etapa. Ahora como el alcalde más votado de España (75,2% de todas las papeletas, 22 de 25 concejales). Ese apoyo le hizo renovar su papel como líder del partido que sostiene el gobierno de la Diputación de Cádiz, en esta segunda ocasión con el PP. Con socialistas y populares empatados en la práctica, sus diputados deciden quién gobierna. También, quizás, cómo gobierna la corporación provincial.
En este segundo mandato provincial se muestra más experto y optimista pero igualmente transparente. Deja abierta la opción de otros cuatro años como alcalde, 2027-2031. Si renovase su abrumador apoyo popular en las próximas municipales, esa cuarta etapa la viviría ya sin frontera con Gibraltar, en un contexto histórico desconocido para su ciudad, con un aeropuerto "más de uso que compartido", en una convivencia inédita con una colonia a la que van a trabajar a diario más de 12.000 de sus vecinos.
Estos días cumple su primer año el pacto entre La Línea 100x100 y Partido Popular, el segundo acuerdo de gobierno tras el que tuvo con el PSOE entre 2019 y 2023 ¿Qué balance le sale de este primer curso completo?
Positivo. Netamente positivo. Ya tenemos una inercia como dirigentes públicos tras los cuatro años anteriores. No es lo mismo trabajar cuando ya tienes ese rodaje que cuando empiezas y hay un punto de inexperiencia. Recuerdo, cuando fui elegido alcalde la primera vez, en 2015, o cuando llegamos a Diputación, en 2019, que el primer mes me lo pasaba saludando a gente. Presentándome. Lógico. Era lo normal. Ahora ya no hace falta eso. Podemos seguir trabajando sin pausas, seguir con los proyectos en los que ya estábamos. Es distinto pero, insisto, muy positivo para La Línea.
La Línea 100x100 es un proyecto ya consolidado, que ha llegado a la política provincial para permanecer...
De los 22 concejales de La Línea 100x100 en este nuevo mandato, unos 15 ya venían trabajando, ya formaban parte del gobierno municipal, del equipo. Sólo cinco han tenido que pasar por un aterrizaje, son muy pocos los que pueden tener la sensación de estar montándose en un tren en marcha. Así es más fácil que se adapten a un nivel de trabajo que es muy fuerte, muy alto. Sólo hemos tenido que reconfigurar este gobierno municipal con una persona, con un compañero que tuvo un problema familiar grave y con el que mantenemos una relación excelente. No es la misma situación la de ahora que la que vivimos cuando llegamos. Tenemos un equipo de trabajo muy potente con la gente que ha llegado y los que ya veníamos. Seguimos sin tener cargos de confianza y, sobre todo, hemos conseguido ilusionar a la plantilla municipal, a los trabajadores de todas las áreas del Ayuntamiento. Sin no consigues eso, no puedes hacer nada. Hay muchos proyectos que teníamos al empezar nuestra etapa que están terminados, o casi.
El papel protagonista de su partido y de usted tiene tres partes: Ayuntamiento de La Línea, Diputación Provincial y Mancomunidad del Campo de Gibraltar.
Asumimos las responsabilidades de la Mancomunidad de Municipios con los problemas que supone, porque es una entidad fuertemente endeudada. Sin embargo, debe asumir funciones esenciales para muchos vecinos de la comarca, de la recogida de residuos al abastecimiento de agua. Partíamos de una situación complicada y creo que esos servicios se están prestando de forma adecuada, que evolucionan bien.
Su papel, como partido fundamental de gobierno, en Diputación es lo que marca la diferencia en esta nueva etapa.
Las mayores alegrías económicas, las mayores ayudas, nos llegan de la Diputación Provincial. Esa es la realidad.
¿Teme la mala imagen pública, política, que puede tener esa actitud de extraer recursos de la Diputación Provincial para su ciudad, para La Línea?
¿Por qué iba a dar mala imagen? Es un recurso político legítimo y justo. Lo hacen Navarra, Cataluña, País Vasco. También consiguen más fondos, más financiación, del Estado y son los territorios más ricos de España. La Línea es uno de los más pobres, así que podemos decir que actuamos como Robin Hood. Puede decirse que voy atracando para La Línea, sí. Utilizamos el recurso, repito, legítimo, de ser imprescindibles en la Diputación para conseguir lo que nos corresponde. Si no, seríamos irrelevantes.
"Utilizamos el recurso legítimo de ser imprescindibles en la Diputación para conseguir lo que nos corresponde. Si no, seríamos irrelevantes"
Las críticas por una presunta insolidaridad, por tanto, le resbalan...
Me importa un pimiento lo que digan en Cádiz, en Sevilla y en Madrid. Yo trabajo para mi pueblo. Yo soy una prostituta de la política, me vendo por dinero, me voy con el que más le de a La Línea para obras y proyectos. No me importa nada lo que puedan decir otros partidos.
Con esa postura, el resto de municipios gaditanos puede ver a La Línea como un territorio insolidario que aspira a tener privilegios.
Tienen dos problemas: mosquearse y desmosquearse. Que nadie olvide que La Línea tiene una inversión media de 750 euros por habitante y hay municipios vecinos, en el Campo de Gibraltar, que llegan a los 2.800 euros de gasto por residente. Ni hablemos de otras zonas de la provincia, de Andalucía y España. Somos nosotros los que no tenemos industrias ni grandes centros de trabajo, somos nosotros los que tenemos que sostener servicios públicos con esa infrafinanciación, los que sufrimos un 32% de paro. Así que nadie vaya a decir que nos aprovechamos de ninguna situación porque siempre fuimos los perjudicados. Estamos tratando de equilibrar nuestra relación con las instituciones.
Podría entenderse que propugna una utilización local de una institución provincial como Diputación ¿Qué hay del resto de la provincia?
Estamos consiguiendo que todos los ayuntamientos de la provincia tengan más fondos. Este primer año de mandato es el periodo en el que más dinero se ha repartido en la provincia de Cádiz y somos nosotros los que estamos al frente de la Vicepresidencia de Servicios. Hay muchos ayuntamientos que reciben 500.000 euros y hacen la voltereta. Hemos contribuido a mejorar la financiación en todos los municipios. La Línea 100x100 es un partido sensibilizado, no vamos a caer en la insolidaridad.
"Me importa un pimiento lo que digan en Cádiz, en Sevilla y en Madrid. Yo trabajo para mi pueblo"
Hace un año declaró usted que La Línea era el vertedero de la provincia, de Andalucía, porque así lo permitían las administraciones públicas ¿Mantiene esas palabras?
Estamos trabajando para que deje de serlo y, poco a poco, lo vamos consiguiendo. Llevo nueve años trabajando para revetir esa situación. Nueve años pidiendo planes, proyectos, actuaciones a la Junta de Andalucía y al Gobierno. Planes de empleo, de formación, de acción social. Lo único que hemos recibido es el Eracis que no sé ni qué significa, un plan que igual se aplica en Écija que en Sanlúcar cuando en La Línea tenemos unos problemas, unas dificultades, sin paragón en toda Europa. Si hubiera voluntad política, dejaría de ser ese vertedero de Europa.
¿Qué fue de la declaración de ciudad autónoma? ¿Fue una llamada de atención? ¿Es un proyecto que sigue adelante?
La declaración de ciudad autónoma persigue tres objetivos principales. El primero es equiparar las pensiones de los miles de vecinos de La Línea que trabajan en Gibraltar. El segundo era lograr una mayor tasa de permanencia de funcionarios que apenas aguantan un año en La Línea, profesores, sanitarios, de seguridad. La tercera es un régimen fiscal especial para una zona con una problemática incomparable con cualquier otra de España y Europa. El presidente Juanma Moreno es una persona seria y apoya ese régimen fiscal especial. Los objetivos siguen donde estaban. La petición de ciudad autónoma no tiene un carácter identitario. Eso lo sabe todo el mundo. Es una fórmula para equilibrar una situación social y económica sin parangón en la Europa Continental. Una situación histórica.
Esa situación histórica se refiere a la frontera con Gibraltar, la única con Reino Unido en el continente europeo ¿Está tan cerca el acuerdo como se anunció en primavera?
Eso esperamos. Unas veces parece que está cerca y otras que ni es tan posible ni está tan próxima. Depende del día. Necesitamos un régimen fiscal especial, concreto, para que algunas empresas afincadas en Gibraltar no se vayan a Bulgaria cuando llegue el acuerdo, que se vayan a La Línea, que se consiga ese espacio de prosperidad compartida que tanto se comenta. Anteayer [por el lunes 24 de junio] se cumplieron ocho años del Brexit y seguimos sin tratado internacional.
¿Tan revolucionario espera ese pacto? ¿Por primera vez sin frontera La Línea-Gibraltar? ¿Con un aeropuerto a cien metros de la ciudad?
Si no hay acuerdo, Gibraltar pasaría a ser un país tercero para la Unión Europea. Como Turquía, como Marruecos o Australia. Eso supondría establecer un control de pasaportes. Por esta frontera pasan unas 12.000 personas al día. Algunos días, más de 18.000. La mayoría van a trabajar y vuelven, a un país extranjero, en la misma jornada. Si fuera un país tercero y se estableciera un control de pasaportes, por rápido que fuera, calculemos diez segundos por persona, la cola, cada día, tardaría 18 horas en acabarse. Multipliquen 10.000 pasaportes por diez segundos cada uno. Eso es inasumible. Una persona tardaría lo mismo en ir de La Línea a Gibraltar que en volar desde España a Bangladesh. Es una locura cuando tenemos un aeropuerto a diez minutos ¡andando! desde el centro de La Línea. Por cierto, un aeropuerto que también supone servidumbres porque no sabemos qué mercancías hay en un avión que está a 300 metros de un edificio de viviendas de La Línea. Todas esas cuestiones tienen que quedar resueltas. El acuerdo debe suponer que se desmantela la aduana, la frontera, y que se da un uso compartido al aeropuerto. Son dos palabras, yo prefiero más la primera, "uso", que la segunda, "compartido". Es una situación incomparable a otros territorios que La Línea de la Concepción sufre desde el año 1704.
¿No es optimista con el acuerdo pese a las visitas del ministro Albares, pese a las constantes reuniones en la primera mitad de año?
Parece que hay avances, que esta vez hay interés pero la visita de un ministro es un medio y no un fin. Muchos alcaldes pueden ver la visita de un ministro como un objetivo, como un fin en sí mismo. Yo prefiero una publicación en el Boletín Oficial del Estado a la visita de un ministro. Ojo, que se agradece, claro, pero prefiero ver un acuerdo publicado en el BOE.
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