El Oratorio de San Felipe Neri de la ciudad de Cádiz vuelve a recibir este viernes al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, después de que hace unas semanas celebrase en este mismo enclave uno de los últimos Consejos de Gobierno. El jefe del Ejecutivo andaluz, en plena guerra civil en su partido, acude a un encuentro de carácter político e ideológico, aunque revestido de interés cultural, bajo la denominación de I Jornadas Andaluzas Letras para la Concordia.
Organizadas por el ala PP de la Junta de Andalucía, parten de la polémica por la retirada de la placa de la casa natal del poeta franquista José María Pemán en la capital gaditana, el pasado verano. Una actuación de suprimir vestigios públicos que honrasen la memoria del escritor que no se quedó ahí. En cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, además, el gobierno local de Cádiz, presidido por el alcalde José María González, aprobó la retirada del título de Hijo Predilecto otorgado por el Ayuntamiento gaditano en agosto de 1955 al autor de El Ángel y la bestia.
A raíz de que Pemán de nuevo fuese colocado en el disparadero, los conservadores han ido promoviendo actos de desagravio, como un encuentro que ya tuvo lugar en el mismo escenario gaditano, la inauguración de un parque dedicado a su memoria en El Puerto —gobernado por PP y Cs—, o las jornadas que se abren este fin de semana bajo el concepto que más gusta a Vox para no hablar de justicia y reparación: Concordia.
De hecho, es Vox quien aprieta para derogar a nivel andaluz la Ley de Memoria Democrática, y su sustitución por una futura Ley de Concordia, y es Vox quien ha forzado incluso la creación con alto cargo de un Comisionado de Concordia en la Junta de Andalucía. Este viernes estará precisamente en Cádiz Javier Arroyo Navarro, comisionado para la Concordia en la Consejería de Cultura y Patrimonio, y moderador de una de las mesas de debate previstas: Escritores en pie de paz.
Entretanto, la Junta ha preparado unas jornadas que gracias a la anecdótica foto del fotoperiodista gaditano Joaquín Hernández Kiki, usa la figura del poeta portuense Rafael Alberti, viejo poeta comunista retornado a España en ese momento desde el exilio forzado por el franquismo, saludando a Pemán, el "cantor excelso a la raza hispana", como decía la propia placa que se retiró de su casa natal. Un mérito que se suma a otros, apuntan historiadores, como son los de "apoyar en el propio frente el Golpe de Estado, pedir que se limpiara de rojos a España, por pedir que se depurara esta tierra".