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El Partido Popular español es uno de los partidos estatales con más representación en el Parlamento europeo. Dentro de su grupo, el Partido Popular Europeo, tan solo Francia y Polonia aportan más escaños. En estos días, Bruselas acoge las negociaciones para que el proyecto de Comisión Europea salga adelante con los votos favorables de los grandes partidos, las grandes corrientes que unifican a las familias políticas. El Gobierno europeo es diferente a los gobiernos nacionales: la presidencia recae sobre el partido con mayor representación, en este caso el PPE, pero para lograr cierta unidad, históricamente la oposición (socialistas y liberales) han contado con comisarios (ministros) de cada corriente.
El proyecto de Ursula Von der Leyen para la décima legislatura del Europarlamento cuenta con Teresa Ribera como próxima comisaria de Competencia y una vicepresidencia 'verde' del órgano. Viene de serlo ya Josep Borrel. Fueron comisarios políticos como Miguel Arias Cañete, Joaquín Almunia, Loyola de Palacio, Abel Matute o Manuel Marín. Desde la salida del Reino Unido de Europa, y a pesar de la gran ampliación de la UE hace 20 años, España tiene un gran peso en Europa como uno de los países veteranos y con más habitantes.
Ahora, el PP está torpedeando la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión. Sánchez y Von der Leyen están en contacto para abordar la situación. En los últimos días, trascendía esa oposición del PP en la clave de que los populares españoles estaban llevando a Bruselas una problemática interna, algo que no es habitual en Europa. Recientemente, el desbloqueo del CGPJ también se consideraba y desbloqueaba gracias a la intermediación europea.
Pero hay otro desacuerdo de fondo de orgien casi local que no rema a favor de la candidatura de Teresa Ribera. Y es el enfrentamiento entre dos alemanes: Manfred Weber y Von der Leyen. Weber es el líder del grupo del PP Europeo, procedente de la CDU, el partido de Angela Merkel, en 2019 sonaba como candidato a presidir la Comisión. Sin embargo, perdió la batalla con su compañera de partido y de país, la que ahora quiere revalidar su Gobierno.
Por eso, hábilmente, el PP ha encontrado en Weber un aliado para torpedear la lista de comisarías y vicepresidencias que Von der Leyen somete estos días a escrutinio. Génova ha fiado al poder del político alemán buena parte de su capital político en esta batalla. Por el momento, los populares proponen que Teresa Ribera deje su cargo en Europa si es condenada por un juzgado español en relación con la tragedia de la DANA de Valencia, sobre si la Confederación Hidrográfica del Júcar comunicó bien el peligro que acechaba aquella tarde. Si Weber es finalmente censurado por la propia CDU.
Los socialistas europeos confían en esta posición de poder para Ribera. No solo por la presencia de una socialista en la vicepresidencia, que abandonaría su cargo en el poder estatal para afrontar cinco años en Europa, sino también por el peso que tiene la cartera de Competencia. La competencia es uno de los pilares de la Unión Europea, estudia el comportamiento de cada estado con las empresas en su territorio, con el objetivo de no favorecer lo nacional frente al proyecto europeo. Desde Competencia se estudian cuestiones como el tratamiento fiscal a las industrias, los sistemas de ayudas, los impedimentos para las empresas de fuera del país... y Teresa Ribera es la elegida.
La X legislatura europea será la primera en cuya Comisión entre la ultraderecha. Y hay una vicepresidencia de menor peso que la de Ribera pendiente del escrutinio y el acuerdo europeos. Raffaele Fitto es el candidato pactado con Giorgia Meloni por Hermanos de Italia. Los socialistas están dispuestos a dar su sí a Fitto a cambio de que estos rompan con la estrategia contra Ribera. Eso pondrá en un brete, también, a Vox y a Santiago Abascal, electo presidente de la corriente de los autoproclamados 'Patriotas'.
Mientras tanto, desde Andalucía, la Junta recuerda positivamente la capacidad de Ribera para negociar un acuerdo histórico por Doñana. Cuando el Ejecutivo de Juanma Moreno 'amenazaba' con permitir el empleo de agua y seguir drenando el Parque Nacional, muchos millones de euros, 700 del Gobierno y 700 de la Junta, pusieron fin a un problema enquistado. Alabanzas mutuas, respeto, imágenes de unidad, que en otras comunidades parecerían imposible entre los dos grandes partidos de un escenario polarizado.
Además, hay una segunda lectura andaluza de la batalla de Ribera en Bruselas. Y es que Juan Espadas lleva tiempo 'sonando' como sucesor de Ribera para cuando abandone el Gobierno. La razón es que el socialista andaluz está ahora mismo a punto de afrontar un proceso interno y Pedro Sánchez no termina de pronunciarse sobre ello. Y el área de especialización de Espadas es el medio ambiente. Eso, sumado a que su aventura en Madrid ya comenzó cuando fue nombrado portavoz socialista en el Senado, no le alejaría de la posibilidad de tomar esta cartera. Ya sonó cuando Ribera fue nombrada candidata socialista en las europeas, aunque no tomó el escaño en vista de que su aventura europea pasaba por integrarse en el Ejecutivo europeo. El día que sea nombrada vicepresidenta -si llega ese día-, entonces sí abandonaría el Gobierno de Sánchez.
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