Luis 'Alvise' Pérez Fernández, líder de Se Acabó la Fiesta (SALF), ha reconocido haber solicitado explicaciones a los eurodiputados de su formación, Nora Junco y Diego Solier, por no haber votado de la misma manera que él en las últimas sesiones del Parlamento Europeo. Pérez Fernández expresó su preocupación por las diferencias en las votaciones, especialmente porque en los comicios anteriores, los tres miembros de la formación coincidían en sus decisiones. El líder de SALF, que sigue sin estar formalmente adscrito a ningún grupo europeo, sugirió incluso que los otros dos eurodiputados podrían haber sido influenciados por algún "lobby" y les acusó de votar de manera contraria a sus principios.
Junco y Solier, por su parte, se han adherido al Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, que agrupa a fuerzas políticas como el partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni. La incorporación de Pérez Fernández a este grupo no se llegó a formalizar, lo que mantiene su estatus como no adscrito dentro de la Eurocámara. Esta división interna ha generado tensiones, ya que los votos discrepantes han sido motivo de cuestionamiento por parte de su propio líder.
Alvise comentó en un podcast de 'Eclécticos Worldwide' que las últimas diferencias de votación entre él y los otros dos eurodiputados le sorprendieron, ya que antes mantenían una línea común. En particular, destacó que Junco y Solier habían votado en contra en casi todas las ocasiones, pero en las últimas votaciones optaron por respaldar la postura de la mayoría, lo que llevó al líder de SALF a pedirles explicaciones. Esta actitud fue vista por Alvise como una posible traición a los principios que él había defendido durante la campaña electoral.
El líder de SALF planteó la posibilidad de que un "lobby", particularmente de la industria armamentística, pudiera haber influido en los votos de sus compañeros. En sus declaraciones, indicó que es relativamente fácil para estos grupos de presión acercarse a un eurodiputado, insinuando que podrían haber utilizado métodos poco claros para cambiar el voto de los otros dos miembros de SALF. Sin embargo, no aportó pruebas concretas que respalden esta acusación.
La petición a sus seguidores
Ante esta situación, Alvise instó a sus seguidores a que pidieran explicaciones directamente a los eurodiputados Junco y Solier. Afirmó que, en caso de confirmarse una posible traición a los intereses de los votantes de SALF, era responsabilidad de la gente señalar y exigir cuentas a los implicados. En sus palabras, este tipo de situaciones debían ser cuestionadas por los ciudadanos y no solo por él, ya que él no podía hacer todo el trabajo de la denuncia.
Finalmente, Alvise recalcó que, en su opinión, el hecho de votar a favor de propuestas contrarias a los principios por los que SALF se presentó a las elecciones podría considerarse una forma de traición a los 800.000 ciudadanos que lo apoyaron. Hizo un llamado a sus simpatizantes para que, si fuera necesario, se manifestaran públicamente contra los eurodiputados que, según él, habrían actuado en contra de los intereses del electorado.