Llegan los días de los fontaneros al PSOE andaluz: "Los críticos somos ya mayoría"

"Si no nos movemos, habrá PP para 30 años", dicen los críticos, que lamentan la falta de perspectivas tras barómetros como el del Centra

Juan Espadas, en un acto del PSOE.

El PSOE andaluz no deja de agitarse. El último golpe ha sido el barómetro del Centra, el llamado CIS andaluz, que sitúa a los socialistas a 15 puntos del PP. Aunque el análisis va más allá, porque si Juanma Moreno perdiera la mayoría absoluta, Vox sería su muleta. Las tres formaciones de izquierdas que tendría el Parlamento si se celebrasen hoy elecciones, PSOE, Sumar (con Podemos) y Adelante, sacarían entre 37 y 41 escaños; el PP tendría entre 56 y 58. Y si necesitara a Vox, las dos derechas sumarían entre 68 y 71 asientos. O sea, que la izquierda debería recortar, como poco, 27 diputados. Y quedan menos de dos años para las elecciones.

El PSOE-A es un partido acostumbrado a ganar. Sus líderes han confesado en repetidas ocasiones, pública y privadamente, que la derrota en 2018 no la esperaban y les estaba costando adaptarse. Un golpe de los que duelen, el de perder la hegemonía. Desde entonces, el único consuelo socialista ha sido la victoria de Pedro Sánchez y mantener ciertos ayuntamientos grandes, además de dos diputaciones. Es decir, que el golpe no fuera total, se paró parcialmente y el PP no ha desarrollado aún su propia hegemonía como la tuvo el PSOE en el pasado. Pero atendiendo a capitales y grandes ciudades, casi todo está teñido de azul. Y la perspectiva es que esa tendencia no cambiará.

Por eso, los críticos han pasado de la resignación a la acción. De tratar de influir internamente a proponer el reemplazo de Juan Espadas como líder. El movimiento es sostenido y tiene ya fechas en el horizonte. En noviembre se celebrará en Sevilla el Congreso Federal, a nivel estatal, para que Pedro Sánchez sea reelecto como secretario general y decida, si lo cree conveniente, aplicar cambios internos en el partido, hoy en manos de Santos Cerdán. Después llegará el momento de los congresos regionales. Y uno de los más importantes será el de Andalucía, que con más de 40.000 afiliados sigue siendo absolutamente relevante dentro del partido. 

De cara a ese congreso regional, ha comenzado el tiempo de los encuentros entre líderes, las llamadas de los fontaneros, el sondeo de voluntades. Estos críticos ven que puede haber PP para rato si no toman partido pronto. "Los andaluces están perdiendo calidad de vida, están saqueando los servicios públicos, la gente joven no tiene expectativas, no hay vivienda... Eso es lo que está en juego, porque si no nos movemos, el PP se quedará 30 años". Los críticos sienten que la actual dirección no está queriendo hacer una lectura crítica del sondeo del Centra. "Es infantil decir que has recortado un poco, sigues a 15 puntos".

Los críticos están estudiando los escenarios. Pero hay mucho por hacer. Porque están obligados a poner de acuerdo a líderes, corrientes históricas o agrupaciones incompatibles entre sí. Están construyendo para que se sitúen en favor de la renovación de la dirección. Las respuestas son de todo tipo. Los que dicen que aún no es el momento, que eso no toca. Los que no se quieren ensuciar, en vista de lo ocurrido cada vez que el PSOE ha entrado en guerra interna. 

Pero todo se enfoca para que, sea como sea, en un momento dado, haya solo dos opciones: los que quieran que continúe Espadas y los que quieran que se marche. ¿Cómo lograr encontrar a una persona concreta que ponga de acuerdo a tantas familias socialistas en las ocho provincias, y que a la vez sea verdaderamente un activo electoral frente al PP?

No hay respuesta sencilla, pero mientras se acerca el congreso regional, previsto para comienzos de 2025, tocará mirar a Madrid. Dentro de los críticos, los hay que esperan que sea Pedro Sánchez el que finalmente decida un nombre. Otros se reafirman en mantener la autonomía que dictan los estatutos. Pedro Sánchez es un dirigente interno de hierro: cuando decide, va con todo. Ha pasado en Castilla y León. Ferraz vetó el calendario de primarias cuando ya estaban anunciadas, lo que ha acabado en que el líder, Luis Tudanca, pase de ser 'sanchista' a desafiar al presidente. 

Sea como sea, los críticos parecen encaminados a que, si Sánchez no les escucha, acaben repitiendo el desafío. Esperan que antes de que llegue el día de presentar una lista alternativa, Sánchez sea quien rompa con Espadas. De hecho, podrían ser proclives a cualquier nombre que ofrezca Ferraz, a modo de consenso, de lista única. Pero si hay que plantar batalla, la plantarán. Y no solo eso. Es que están convencidos de que van a ganar: "Hoy los críticos somos mayoría en el PSOE andaluz". Es una respuesta a lo que pidió Manuel Chaves esta semana, esperar a los procesos internos para saber cuántos apoyos tenían.

El partido, entonces, está revuelto, pero no dividido, vienen a decir. No es un camino fácil el de poner en pie el sentir crítico. Por lo ya mencionado de que están obligados a que corrientes y familias opuestas lleguen a un acuerdo. Porque podría darse el caso de que se obligara a esos líderes a enfrentarse al aparato, a retratarse frente a Ferraz públicamente, con el coste que tiene siempre un órdago. "El día de unirse llegará", advierten varias fuentes. Aún sin un nombre claro que dé el paso, que quiera intentarlo, y que sea capaz de vencer a Juanma Moreno.