Con las negociaciones rotas para una confluencia en la izquierda —como ha podido confirmar lavozdelsur.es— y con Adelante Andalucía confirmando a Carlos Fernández como cabeza de lista, como por cierto también adelantó este periódico para cabreo gordo en la formación de Teresa Rodríguez, el PSOE de Mamen Sánchez vela armas ante la batalla para reeditar por tercer mandato consecutivo el gobierno de Jerez, ciudad clave en el contexto andaluz, pero también clave para Juan Carlos Ruiz Boix, actual jefe de los socialistas gaditanos y presidente de la Diputación de Cádiz.
Todos los analistas coinciden en la máxima igualdad que se respira entre las fuerzas políticas dominantes. En 2019, el PSOE de Mamen Sánchez creció en tres concejales desde un suelo de 7 ediles: 10 concejales y 27.883 votos. Pero el PP estuvo a punto de recuperar la Alcaldía: 9 ediles y 24.614 votos. Las previsiones para el 28 de mayo se manejan muy similares, aunque tratándose de unas municipales puede ocurrir cualquier cosa.
A la vista de la abrumadora fragmentación que se presupone a la izquierda del PSOE a cuatro meses y medio de los comicios locales —IU quiere imponer su supremacía histórica frente a Podemos Jerez y Ganemos—, la única noticia positiva para la candidata socialista a la reelección en los movimientos del tablero político jerezano es la irrupción de Jerezanos en Acción, el partido local que lidera Álvaro de la Calle —se rumoreaba en los mentideros políticos de la ciudad que iría en la lista del PP jerezano—, que no estaba muerto, estaba en stand by, y promete ir aún más en serio que en 2019, donde impidió, con unos 2.600 votos, que a Antonio Saldaña le salieran las cuentas a favor del PP.
¿Restará votos a María José García-Pelayo en su empeño por reconquistar la calle Consistorio? Está por ver. En la banda derecha las cosas pintan raras. Ciudadanos está en desintegración y en desbandada —sus dos grandes valores en Jerez se vuelven a sus profesiones, Estefanía Brazo y Manuel Méndez—, pero no está claro que esos votos vuelven hacia el PP tan fácil como lo hicieron en las pasadas autonómicas. Con la victoria en las primarias de la lista de Arrimadas, Mari Carmen Martínez —compañera en la lista de Edmundo Bal— queda casi descartada como alcaldable. A la extrema derecha, Vox no da señales, más allá de su mesa de playa en el Gallo Azul.
La marca a nivel nacional está de capa caída, el bluf de Macarena Olona como paracaidista en Andalucía aún escuece y el candidato a la Alcaldía en Jerez no está claro. Aun así, que Vox no tenga representación en el pleno de Jerez es una anomalía (feliz para algunos y algunas) a la vista del panorama provincial, regional y nacional que probablemente acabe tras el próximo 28 de mayo.
Con este panorama, ¿qué prepara el PSOE a partir de ya? Apelar voto útil y transversal, al más puro estilo Juanma Moreno, pero en versión socialdemócrata. "Mamen necesita una mayoría suficiente, arrastrar a ese votante de la izquierda desencantado o incluso a un votante conservador moderado que ha visto que en estos años la ciudad avanza, hay paz social y el paro baja; que la calidad de vida ha aumentado en Jerez es innegable", sostienen fuentes del gobierno socialista a lavozdelsur.es.
La consigna es clara: "El gobierno de Mamen es bueno para Jerez, es lo útil y lo que desde el último trabajador del Ayuntamiento al primer jerezano que ve cómo sus calles están más limpias está visualizando". "Las cosas no caen del cielo y las inversiones y las mejoras en todos los indicadores son palpables", defienden las mismas fuentes.
¿Será suficiente? ¿Se ve todo eso por el ciudadano de a pie o el ruido contamina esta gestión? Ahí está la duda. Ahí y en lo que depare los movimientos a la izquierda, claves para poder sumar e impedir la vuelta de García-Pelayo a la Alcaldía, que ya está confeccionando una lista con sorpresas, coordinado todo por una pieza clave Agustín Muñoz, y empujado desde el quehacer y la pelea diaria por Jaime Espinar desde la portavocía municipal.
A todo esto, el exalcalde Pedro Pacheco sigue esperando un beneficio por la modificación del delito de malversación o, en el mejor de los casos, un indulto que acabe con su inhabilitación para ostentar cargo público. Con alguna medida especial in extremis, no dudaría en entrar en juego y reventar el escenario electoral a unos meses de que los jerezanos y las jerezanas vuelvan a las urnas para votar a sus representantes públicos más cercanos.
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