Pasaban las once y veinte minutos en el interior de un abarrotado salón noble del Cabildo Viejo, con 24 grados de temperatura en el exterior y bastantes más entre las apretadas filas de público, cuando Mamen Sánchez Díaz (Jerez, 1968) fue reelegida alcaldesa de la ciudad. La inédita atomización de la política española ha querido que, al más puro estilo de 1979, con la primera corporación tras la restauración democrática, vuelva a gobernar, en el Ayuntamiento jerezano más plural de la historia, la lista más votada en las pasadas elecciones municipales del 26 de mayo. No ha habido demasiado suspense en ese sentido, salvo algún mal pensado que fantaseara con un tamayazo de última hora. La posibilidad, por rocambolesca que fuese, cabía.
Con menos votos que en 2015 en la sesión de investidura —11 sobre los 14 que obtuvo hace cuatro años— y con prácticamente la mitad del censo electoral sin haber tomado partido en el tablero político local, la dirigente del PSOE ha obtenido un nuevo crédito para los próximos cuatro años que tendrá que administrar con más concejales propios (10) y un abanico más amplio de apoyos políticos en sus decisiones más trascendentales para el devenir del municipio.
Salían a relucir los abanicos, los anacrónicos maceros sudaban la gota gorda, y entonces la presidenta de la mesa de edad, Carmen Collado, como edil más veterana —el también socialista portaleño Jesús Alba es el más joven—, proclamaba a su compañera de partido como alcaldesa reelecta de Jerez. Lo peleó hasta el final el líder de la oposición, Antonio Saldaña (PP), con el corazón partío tras quedarse a las puertas, y quiso defender su proyecto para la ciudad hasta el extremo de evitar —como pidió en campaña— que gobernara la candidatura con más apoyos, pero la inhibición de Ciudadanos y Adelante Jerez (Podemos, IU, Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza) han hecho posible que Mamen Sánchez pronunciara, cuatro años después, un renovado discurso de toma de posesión como regidora jerezana.
Poco se habla ya de la valentía-temeridad de asumir el encargo en junio de 2015 de gobernar con una minoría mínima, donde en aquel momento sí la respaldaron todas las fuerzas a su izquierda, pero tras cuatro años duros, pero relativamente pacíficos, Mamen Sánchez ha insistido en un discurso similar al de entonces, aunque más curtido y menos nervioso: “Diálogo, participación y trabajo”. “Somos servidoras y servidores de la ciudadanía, no lo olvidemos. Trabajar por la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía es lo único que justifica nuestra presencia en el Ayuntamiento”, ha enfatizado tras ser investida alcaldesa. Una vez constituida la corporación municipal, después del habitual proceso en el que cada edil ha tomado posesión prometiendo o jurando el cargo, se ha producido el momento de la votación, donde el PSOE solo ha obtenido el respaldo de Ganemos, que ha firmado un acuerdo de investidura momentos antes y donde, entre otras cuestiones, se ha garantizado seguir presidiendo la comisión de Auditoría y Transparencia.
"Le tiraremos del brazo hacia la izquierda"
“Estaremos muy encima del gobierno, le tiraremos del brazo hacia la izquierda”, ha dicho Kika González. Tanto PP como Ciudadanos y Adelante, en cambio, han optado por votar a sus propios candidatos, lo que en la práctica dejaba el camino expedito a que gobierne la ciudad la lista más votada. “Seremos una oposición dura y útil que el gobierno va a tener que escuchar sí o sí”, ha dicho Carlos Pérez, senador y portavoz en la ciudad de la formación naranja. Mamen Sánchez ha encajado esta exigencia con la necesaria generosidad que requiere una fragmentación municipal en la que indispensablemente habrá que volver a armar grandes consensos. “Siempre habrá diferencias y críticas, es normal, pero propongo que siempre busquemos ese espacio para construir juntos con la ciudadanía. Buscar el entendimiento y el diálogo está por encima de los intereses partidistas”, ha defendido, después de resistir estoicamente a dos discursos especialmente duros de Raúl Ruiz-Berdejo, portavoz de Adelante —“aquí ya no se fía”—, y de Antonio Saldaña —“no es lo mismo apostar por personas y equipos que pueden mejorar tu trabajo que refugiar tu mala conciencia en políticos mediocres; no es lo mismo amar a Jerez que quererse uno mucho hasta la autodestrucción”—.
“No es lo mismo ser que estar”, ha parafraseado Saldaña a Alejandro Sanz, hilando con lo que antes precisamente había advertido a los socialistas Ruiz-Berdejo: “No se conformen con estar, Jerez no puede permitirse ese lujo”. Aun así, sin perder la sonrisa y la compostura, después del momento tenso de la votación y de las andanadas de parte de la oposición, no hubo réplica y sí la otra mejilla en forma de obligatoria mano tendida. “Esta legislatura va a ser también fruto del acuerdo, del diálogo y del entendimiento”, incidió Sánchez, para animar a los miembros del nuevo arco político municipal a empezar “a buscar a esos jerezanos y jerezanas que más nos necesitan, y a avanzar en esos proyectos que están pendientes de iniciarse o en los nuevos que hemos soñado y diseñado para los jerezanos, y que están plasmados en nuestro programa electoral, en el nuestro, pero también llevaremos cualquier iniciativa de cualquier programa de cualquier grupo municipal que sea buena para la ciudad”.
"Mi carácter no es el de la pancarta y el ruido, es el del diálogo, el de intentar convencer"
“Valor, convicción y compromiso”, le ha pedido a los miembros de su equipos de gobierno, antes de afirmar que “mi carácter no es el de la pancarta y el ruido, es el del diálogo, el de intentar convencer, y por eso buscaré siempre, en primer lugar, el consenso y el entendimiento con otras administraciones, y cuando no sea posible, defenderé con toda la legitimidad que me dan los jerezanos y las jerezanas las cosas que sean beneficiosas para la ciudad”. “Esta alcaldesa va a ser garante de que los intereses de la ciudad estén por encima de cualquier otra cosa”, ha remarcado mucho más alcaldesa que hace cuatro años.
En el cierre de su intervención, en la que ha expuesto algunos de sus objetivos de mandato —micropolítica en los barrios y en el mundo rural, presupuestos participativos, defender proyectos de ciudad pendientes, y más financiación local— la regidora socialista ha recordado a su “añorado amigo y profesor” Alfredo Pérez Rubalcaba, recientemente fallecido, con aquella frase de “no tendremos la solución para todos los problemas, pero no hay que arrugarse, no hay que echarse atrás, hay que dar la cara, hay que actuar, lo que toca es trabajar, trabajar, y después, trabajar”. “Porque esta ciudad, os lo aseguro, merece mucho la pena”, ha remachado entre aplausos. Hora y media después del arranque, con sofoco en el ambiente y justo antes de agarrar de nuevo el bastón de mando, ha levantado la sesión extraordinaria.