“Estoy destrozado, cómo voy a estar… Soy el gran perjudicado en esto porque he invertido y adelantado dinero en un proyecto en el que llevo trabajando desde hace mucho”, asegura, en conversación con lavozdelsur.es, el coreógrafo y bailaor granadino Manuel Liñán.
El Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de Andalucía, dependiente de la Consejería de Hacienda, da la razón a la distribuidora madrileña SEDA en su reclamación y ha obligado a anular la adjudicación a Danza Liñán SLU del ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife 2022, que sacó a concurso público a mediados de marzo pasado la Agencia de Instituciones Culturales de la Junta, dependiente de la Consejería de Cultura.
Lo rocambolesco de la historia es que, apenas cuatro meses antes del estreno —previsto para el 19 de julio y con 30 funciones por delante—, la Junta resolvió a favor del proyecto de Liñán, pero un mes después, tras un recurso de la empresa SEDA, la propia Junta, a través del referido órgano, lo ha anulado por unas cuestiones que contradicen la propia licitación que puso en marcha la Agencia dependiente de Cultura. Dicha empresa sostenía que la adjudicataria, Danza Liñán, había incurrido en varios errores en la presentación de la oferta por los que debía haber sido descalificada del proceso, tales como haber incluido en el sobre 2 información que se incluía en el sobre 3, o no haber justificado correctamente poseer la solvencia económica y financiera necesaria para poder concurrir a dicho concurso público.
Liñán, en cambio, sostiene que “he pasado por un tribunal de expertos y he demostrado todo lo que tenía que demostrar y todo lo que me han pedido desde la Agencia”. Ninguno de los dos extremos recurridos por SEDA y a los que el Tribunal le da la razón son interpretables de acuerdo a la licitación de la Consejería de Cultura, “ya que se habla ahora de una solvencia económica demostrable de 720.000 euros más IVA, cuando en el concurso se hablaba de 240.000 más IVA. Nosotros demostramos con creces esa solvencia, pero no de la que hablan ahora, ya que entonces no solo nosotros no nos presentaríamos, sino ninguna pequeña y mediana empresa del mundo del flamenco”. En la licitación, de hecho, se habla de un valor total del contrato, IVA incluido, de 390.400 euros, mientras que la solvencia que ahora se exige a la adjudicataria es de casi el doble del valor de dicho contrato.
“Dudo mucho —abunda el artista granadino— que esa solvencia se haya pedido en anteriores ocasiones o que el resto de licitadores, salvo SEDA, podamos acreditar una cantidad tan desorbitada. Me parece, en mi opinión, una patada en la barriga al sector cultural y de la danza que se pida esta solvencia económica para un proyecto artístico; esto da de lado a todas las medianas y pequeñas empresas que estamos luchando por nuestra cultura. Es una gran contradicción entre el organismo que adjudica y este tribunal que resuelve el recurso”.
Del mismo modo, y en cuanto al supuesto sobre contaminado en la licitación, Liñán explica que “se dice que no se puede hablar del concurso de cante jondo de Granada —cuyo centenario se celebra este año— en la propuesta artística, pero la licitación te dice que desarrolles la propuesta artística. Otra contradicción. El comité de adjudicación asegura que Danza Liñán no tiene sobre contaminado y que en el sobre número 2 habla del concurso de cante jondo de 1922 como hablan todos los demás licitadores en ese sobre. ¿Todos están entonces excluidos, incluido SEDA Producciones, cuyo espectáculo que presenta se llama Jondo? Todos tendrían que estar excluidos, pero como el recurso se refiere al adjudicatario, el Tribunal, en cambio, resuelve que mi sobre está contaminado por ese motivo”. “¿Ha habido un fallo del comité organizador de la licitación, al que le han desmontado todo desde un propio tribunal de la Junta de Andalucía?”, pregunta el bailaor.
El hecho de que la licitación prácticamente haya salido tres meses más tarde de la fecha en la que habitualmente se publicaba da ya una idea, a juicio de Liñán, “del poco valor, casi ninguno, que se le da desde lo público a la creación, a la producción y al desarrollo que necesita un espectáculo artístico de estas características”. El artista, consagrado y en un momento de su carrera muy dulce —reconocido por público y crítica a nivel internacional—, lamenta además el perjuicio que le provoca esta situación, no ya solo en lo económico. “Las instituciones dan muy poco valor a nuestros proyectos culturales sacando esto en el último momento. Esto se resuelve el 11 de abril, cuando me adjudican el proyecto habiendo presentado lo que tengo que presentar y habiendo pasado por un comité de expertos. Entonces pongo en marcha todo un programa de producción, con adelanto de escenografías, propuestas de ensayos, fechas bloqueadas en pleno verano de todos los artistas que están en el proyecto —más del 50% granadinos—, diseño de vestuarios, adelantos musicales… una inversión económica bastante importante”.
En cambio, el 3 de mayo recibe el recurso de SEDA, alegando que “no tenemos solvencia económica y que hay un sobre contaminado. ¿No se entera el comité organizador de la licitación de la licitación que ha hecho?”. “¿Qué espectáculo quieres que se monte en tres meses y con un pliego en el que parece que vamos a asfaltar carreteras?”, insiste en cuestionar. Y zanja: “Lo que más me indigna es que alguien piense que esto se ha hecho a dedo, cuando llevo muchísimos años en esta profesión y a mí nadie me ha regalado nada”.