Parece hipervitaminada, pero el efecto Montero se diluye entre sus quehaceres al frente del Ministerio de Hacienda, tratando de contentar a los socios prioritarios de Cataluña, y las andanadas de fuego amigo. La condonación de deuda a las Comunidades Autónomas y la salida de Felipe González han marcado el post cónclave en Armilla donde María Jesús Montero parecía ya rumbo a San Telmo. Nada más lejos de la realidad: va a pasar un quinario entre unos y otros.
Este mismo viernes 28 de febrero, Día de Andalucía, ha tenido que responder a González mientras en el mismo espacio y casi a la misma hora Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía y rival político en las autonómicas del año próximo, la atacaba por aquello de donde dijo digo, ahora dice Diego, en alusión a su época pasada de consejera andaluza de Hacienda.
Moreno ha urgido este viernes a la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda a abordar la reforma del sistema de financiación autonómica en lugar de plantear la quita de la deuda y ha subrayado que su Gobierno quiere "lo que dijo la propia Montero cuando era consejera" del Ejecutivo andaluz. Se ha pronunciado de este modo en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Parlamento andaluz tras asistir a los actos institucionales celebrados en la Cámara con motivo del 28F, Día de Andalucía, en los que ha coincidido con la nueva secretaria general del PSOE-A.
Preguntado por si tiene previsto reunirse durante la jornada con Montero, el jefe del Ejecutivo andaluz ha asegurado que "no toca" porque el 28-F es un "día fiesta, reivindicación y sensatez". A continuación se le ha cuestionado si terminará aceptando la quita de la deuda como augura la ministra de Hacienda y Moreno ha señalado que "la Junta hará lo que ha hecho siempre, que es defender los intereses de los andaluces".

"Nosotros queremos lo que la señora Montero dijo cuando era consejera, que era algo muy razonable, dijo que la quita en ese momento no era oportuno y que tenía que venir acompañada de la financiación. Eso es lo que ella dijo en este mismo Parlamento y es lo que nosotros siempre mantenemos", ha concluido.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha querido entrar a valorar las críticas del expresidente del Gobierno, Felipe González, en torno a su doble ocupación como ministra y secretaria general del PSOE-A, para asegurar que respeta "al compañero".
"Mi paisana no debería ser ministra para ser candidata"
En declaraciones a los periodistas en el Parlamento de Andalucía, con motivo de la celebración del día de la comunidad autónoma, Montero ha sido preguntada por las declaraciones de González, que en un acto en Valencia, sin citarla, aseguró que, por sentido común, "quien está sentado en la caja no puede estar repartiendo lo que tiene en la caja y ser candidato de tal o de cual cosa".
"Mi paisana no debería ser ministra para ser candidata", señalaba durante la Asamblea General de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE).
"Lo respeto", ha contestado Montero, que ha sido preguntada de nuevo por este asunto para repetir su respuesta, mientras que preguntada sobre por qué desde el Partido Socialista no se contesta a Felipe González ha dicho: "Yo respeto al compañero y, por tanto, tiene su opinión y la respeto".
Cuestionada por si espera hablar sobre la condonación de la deuda con el presidente de la Junta, Juanma Moreno, la también secretaria general del PSOE-A ha asegurado que "siempre hay ocasión de hablar si uno no se levanta de la mesa, el problema es cuando se convoca para una reunión y en vez de dialogar, te levantas de la mesa porque eres incapaz de defender los intereses de Andalucía y prefieres defender los intereses de la calle Génova —sede nacional del PP—, que está dando instrucciones a los consejeros autonómicos contra sus territorios".
No obstante, Montero ha asegurado no "tener dudas de que, más allá de esta pataleta y de esta actitud tan irresponsable e infantil, terminarán firmando los convenios porque son buenos para las comunidades autónomas", ya que suponen "83.000 millones menos de deuda que se queda el Estado y un ahorro de intereses de casi 7.000 millones de euros que incluso que se pueden superar". "Así que estoy convencida de que lo que es bueno al final se termina aceptando, si no es ya por una posición política indefendible", ha recalcado.