En un mandato nada fácil, el de 2019, que era el primero de un cambio de Gobierno tras casi 40 años, y marcado especialmente por la crisis sanitaria, logró Patricia del Pozo (Sevilla, 1969) que las cosas funcionaran con cierta normalidad. En sus tres años largos como consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, fue un frente sereno, en una cartera que tiene muchas complicaciones. Porque si el sector se revela, resuena.
La oposición y muchos profesionales del sector llevaban dos años señalando que tras las últimas elecciones autonómicas, Juanma Moreno había cometido un error: unir las áreas de Turismo y de Cultura. El presidente quiso ofrecerle a Patricia del Pozo una plaza aún más compleja, la de Educación, la segunda con más presupuesto solo por detrás de Sanidad, y uno de los pilares para el Gobierno autonómico porque la ciudadanía sabe, más que en otras competencias, que lo que pase en Educación tiene que ver con su Gobierno autonómico.
Ahora, retira Moreno a Patricia del Pozo de Educación y le vuelve a dar Cultura. Pero es difícil interpretar que sea un paso atrás para la sevillana. Porque es indudable que, en ciertos aspectos, Cultura era ya un continuo goteo parlamentario que seguía calando y calando. Especialmente dura la oposición desde el PSOE, que siempre desembocaba en la misma reflexión: 'esto pasa porque la cultura es parte de la estrategia turística, porque se ha subyugado a ella, porque hoy la cultura es reclamo para el visitante', venían a decir.
Cultura pasa a ser un área propia, lo que la oposición reclamaba. Del Pozo conoce la casa, pero se la encontrará cambiada, con algunas direcciones removidas. La dirigente del PP mantuvo en muchos cargos a personal que venía de la época socialista, con los que se ha convivido hasta ahora. Proyectos donde deberá involucrarse y coordinarse: por delante, aquel incendio del CAAC de Sevilla, la destitución en el Arqueológico de Córdoba, o la dotación profunda del Museo del Flamenco de Jerez. Y tendrá que distinguirse si la política de grandes eventos es Cultura o es Turismo, como el caso de los Grammy o el ciclo de Paco de Lucía en Nueva York, y cómo se desarrolla la oferta, desde qué áreas, con qué enfoques. Deberá apoyar certámenes municipales, entenderse con el Gobierno central sobre algunos espacios...
Manda, así, el presidente un mensaje que va a gustar al sector. Y, además, sin dar pie a la oposición a que pueda morder los tobillos con ningún cese. Porque Arturo Bernal continuará siendo el referente del Turismo, que además asume las competencias de la denominada Andalucía Global, con una materia que parece más enfocada a ciertas políticas de difusión y desarrollo económico.
Dice la oposición que Juanma Moreno se ha enmendado a sí mismo. En el caso de la Cultura es así, y posiblemente lo habría reconocido el presidente si la convocatoria de anuncio de modificaciones del Gobierno este lunes hubiese contado con preguntas de los periodistas. En septiembre empezará a notarse, a la vuelta de las vacaciones, la mano de Patricia del Pozo.
Comentarios