El presente 2025 no es año electoral en España a ningún nivel. Ni autonomías ni el país tienen elecciones a la vista. Pero el clima político puede hacer cambiar más de una postura. Y Andalucía no es ajena a ello.
El presidente andaluz, Juanma Moreno, tiene legalmente el derecho a convocar elecciones cuando lo considere necesario. Una prerrogativa de todos sus homólogos autonómicos y del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
Y en los cálculos de los partidos de la oposición en el Parlamento andaluz ya entra un posible adelanto electoral. El PP tiene mayoría absoluta en Andalucía. Es de los pocos gobiernos que no necesitan pactos en la actualidad. Moreno tiene, así, una posición que envidiarían muchos barones regionales. Porque no necesita a Vox ni a ningún otro partido para sacar adelante su proyecto político o aprobar los presupuestos.
Juanma Moreno anticipó que no quería adelantos, "salvo catástrofe", aunque eso puede cambiar
Según los barómetros de los últimos meses, Juanma Moreno seguiría en esa primera posición, en una situación predominante, una nueva hegemonía en Andalucía tras la del PSOE de 40 años. Pero, en política, las cosas cambian rápido y a veces el pulso ciudadano no es lo que parece.
Moreno, en 2022, ya adelantó unos meses las elecciones. La jugada le salió perfecta. Ciudadanos, su socio en el Gobierno, desapareció y el PP supo sacarle todos los apoyos para firmar una mayoría absoluta, aprovechando también la mala campaña electoral que realizó Vox con Macarena Olona como candidata.
Sin embargo, si entonces el PP cambió un Gobierno de coalición con apoyos de la ultraderecha por una mayoría absoluta, ¿qué premio alcanzaría Juanma Moreno si adelanta elecciones? El primero es que, de momento, parece que el PP podría repetir apoyos y abrochar una nueva mayoría absoluta que cuanto más tiempo pase más incertidumbre genera. El segundo es que cogería a la oposición casi desprevenida, con una María Jesús Montero como gran contrincante, pero que aún permanece en el Gobierno de España y no ha centrado su tarea hacia Andalucía al completo.
Ante eso, el PSOE está adelantando los congresos provinciales para llegar lo más fuerte posible al posible escenario de adelanto electoral. La advertencia es entender que si Juanma Moreno percibiera que le viene bien no esperar mucho para asegurarse otros cuatro años, hay que estar preparados cuanto antes, con la casa 'ordenada' en las ocho provincias.
El resto de formaciones no tienen todo cerrado. Sumar está lejos de definirse en una papeleta, y aunque Podemos convive en Andalucía, aún deberán decidirse sobre quién lleva la voz cantante en esa papeleta a la izquierda del PSOE. Lo más natural es que, de hecho, Podemos concurriera en solitario, si bien no hay decisiones tomadas públicamente y de forma contundente. Las malas relaciones a nivel estatal presagian esa ruptura. En ese arco ideológico está también Adelante, que las encuestas vuelven a dar representación por poco.
Vox, en cambio, parece que confiará en Manuel Gavira, su voz en el Parlamento y que ya apuntó a ser candidato hasta el aterrizaje de Olona. Santiago Abascal le vino en un acto a pedir disculpas por no haberle dado su sitio y confiar en el trabajo que había estado realizando. A la vez, en el fenómeno Se Acabó la Fiesta ha visto decrecer la presencia en muchas redes sociales desde que Alvise Pérez tomara el acta de eurodiputado y se fueran filtrando investigaciones a su financiación. Pero los últimos barómetros siguen dando posibilidades de presencia en los parlamentos, incluido el andaluz, a poco que se repitan los resultados de las pasadas europeas. Eso sí, SALF no está ni cerca de tener un candidato en Andalucía, ni mucho menos que sea reconocido por los andaluces. Con esas derechas puede vérselas de nuevo el PP para gobernar si no alcanza la absoluta.
El PP se preguntará si ganaría, claro, pero también si necesitaría a Vox
Si Juanma Moreno adelantase los comicios en Andalucía, cogería a muchos partidos con la casa sin barrer. Hay varias opciones: a final de este año 2025 o a principios del 2026 son las que guardan más sentido.
Hay quien en Andalucía desearía que volviera la concurrencia de elecciones autonómicas y estatales, pero es difícil que ocurra porque la fragmentación de Madrid antoja difícil que se cumplan los ciclos de cuatro años con frecuencia en el futuro.
Por eso, también, Juanma Moreno tendrá que tomar sus decisiones. A nivel de proyecto, el PP ha desarrollado buena parte de lo que pretendía en esta legislatura. Manda el mensaje de que en Andalucía hay una isla de estabilidad respecto al resto de España. El enfrentamiento con Pedro Sánchez es constante, y empapa casi cualquier declaración de cualquier consejero o consejera.
Tendrá que ver también en la decisión de Juanma la percepción sobre si la mayor piedra en el zapato de la Junta sigue siéndolo en los próximos meses: la sanidad. Es verdad que el peor momento, el de mayor colapso, suele ser cuando se producen las infecciones respiratorias, entre diciembre y febrero, los meses de invierno. El nuevo sistema de citas en 72 horas es clave para ver qué decide Moreno, que presume del mayor presupuesto de la historia del SAS, pero que no se traslada en una atención envidiable, o al menos así lo perciben los andaluces.
Tras el penúltimo barómetro del Centra, el PP se encerró a estudiar punto por punto qué pensaban los andaluces sobre la sanidad. Es la mayor preocupación del PP porque es la mayor preocupación de los andaluces. Y de esas pocas que, parece, podrían retirarle votos a Juanma Moreno. El propio presidente negó este enero que desee el adelanto, "salvo causa mayor, salvo cataclismo". Tendrá que calcular si le sale mejor esperar o no. Susana Díaz también hizo esos cálculos en 2018, tratando de ganar cuatro años más aprovechando la ola socialista que llegaba y que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa. El adelanto no fue acertado para sus intereses. Es el gran precedente de adelantos a destiempo.