Y de repente, en Andalucía, no existe ni el bloqueo, ni la pinza, ni los andaluces pierden el tiempo. Eran los tres argumentos que, hasta hace unas horas, el Partido Popular andaluz no paraba de mencionar. El objetivo era preparar el terreno y el debate público para un adelanto electoral que les propiciara una mayoría suficiente para gobernar sin socios. Ahora ni siquiera el PP dice aquello de “aspiramos a gobernar en solitario”. Ahora, el PP da cariño a Ciudadanos.
Obviamente nada de esto estaría sucediendo si los populares no hubiesen fracasado en la operación adelanto electoral de Castilla y León. La subida de Alfonso Fernández Mañueco es prácticamente irrelevante y, sin embargo, el número de escaños que tenía Ciudadanos ahora lo tiene Vox, un socio de gobierno mucho más complicado de manejar.
El riesgo de que en Andalucía ocurra lo mismo es evidente. Con una candidata de la ultraderecha con mucho más apoyo y carisma, como es Macarena Olona. Una bomba de relojería en el Consejo de Gobierno. Algo por lo que Vox ya ha dicho que va a pelear a partir de ahora.
Unos días atrás, la oposición bloqueaba. Hoy, el Gobierno habla con todos y ha sacado leyes “hasta con Unidas Podemos”, ha defendido el vicepresidente, Juan Marín. Unos días atrás, la oposición bloqueaba. Ahora, “este Gobierno apuesta por el diálogo”. Unos días atrás, el Partido Popular se veía gobernando en solitario. Ahora, el pánico ha entrado por las puertas de San Telmo.
En una coalición, el pez grande se come al pez chico. Hay múltiples ejemplos, aunque los más recientes están en los gobiernos de PP y Cs. El de Andalucía incluido. Moreno y Bendodo acaparaban todos los éxitos del “Gobierno del cambio”. El papel de Ciudadanos quedaba desplazado al rincón. “Tenemos que aprender a comunicar los logros de Ciudadanos”, han repetido varias veces en la formación naranja. Juan Marín se reivindicaba de vez en cuando como podía.
El día de los enamorados fue el lunes, pero en San Telmo lo han celebrado este martes. En el Gobierno andaluz, de repente, Ciudadanos no puede vivir sin el PP y el PP no puede vivir sin Ciudadanos. 24 horas antes, Marín acusaba al líder del PP nacional de cambiar el centro “por la ultraderecha”. Nada de eso es relevante porque el propio vicepresidente ha asegurado que su socio es “Juanma Moreno y el PP andaluz”. Como si se tratara de una escisión.
El bloqueo fue un espejismo y que los andaluces no perderían el tiempo, una broma. Nada de eso está en el horizonte porque “todavía queda el 25% de la legislatura”, en palabras del portavoz, Elías Bendodo. En realidad, queda algo menos. La fecha límite para las elecciones es el 27 de noviembre. La disolución del Parlamento, 54 días antes.
Porque sí. El Gobierno andaluz se ha autoproclamado “el Gobierno de coalición más estable de la democracia”. No hay declaración de amor más bonita. Marín, por su parte, ha defendido que no van a “malgastar el tiempo en el Consejo de Gobierno en otra cuestión que no sea aislarnos del ruido y de las tácticas mediáticas de otras formaciones sobre el adelanto electoral”. Como si esa puerta no la hubiese abierto el presidente, Juan Manuel Moreno, en una entrevista hace ya meses.
Por si hubiera alguna duda, Marín también ha dejado claro que para el PP es más fácil gobernar con Cs que hacerlo con Vox. Que eso deje en buen lugar a los naranjas ya queda a interpretación de los electores.
El sueño de gobernar en solitario se ha esfumado para Elías Bendodo. El portavoz ha asegurado que en la próxima legislatura “los actores tienen que ser los mismos”, en referencia a los miembros de la coalición para que el “Gobierno del cambio” se transforme en el “Gobierno del impulso”.
Para ello dan igual los sondeos y las encuestas porque, para Marín, las únicas encuestas válidas son “las que yo veo a pie de calle”. El vicepresidente ha asegurado que los andaluces quieren que el Gobierno de Partido Popular y Ciudadanos continúe en Andalucía. Ya sólo falta que lo refleje el barómetro del Centro de Estudios Andaluces.