Hay un vídeo que cada verano recorre internet en el que un niño declara para la televisión desde una piscina que "la tranquilidad, la tranquilidad es lo que más se busca". El resto de la frase era racista, "llegas a otras piscinas de aquí de Teruel y hay un montón de panchitos, cubanos y todo eso…". Obviando la segunda mitad de la oración podemos afirmar que después de 40 años de autonomía, el Partido Popular ha encontrado en la comunidad lo que más se busca: la tranquilidad.
En el Hospital de las Cinco Llagas había más movimiento del habitual con coches entrando y saliendo y personas enseñando un DNI, "¿por qué partido viene invitado?", preguntaban los trabajadores. "Por el PP", respondía uno tras otro. Pero en el fondo reinaba la calma. Allí, presentes, también había representantes de la sociedad civil. Las secretarias generales de los sindicatos más representativo no han faltado. Mucha gente y poco ambiente, ni una mala mirada, ni una palabra por encima de la otra. Hasta la carta de presentación de Macarena Olona ha sido presumiendo de sonrisa y tendiendo la mano.
Pero para sonrisa la de los diputados del Partido Popular. Por primera vez en democracia los populares tienen la mayoría absoluta en el Parlamento de Andalucía. Recientemente ha sido rebautizada por Juanma Moreno como "mayoría amplia", pero eso es secundario. Lo relevante es que el PP ocupa más de la mitad de los asientos de la capilla en la que se celebran los plenos de Andalucía.
Había tan poca tensión que algunos niños de los invitados hasta se han permitido corretear por alguno de los patios y jugar al famoso, aunque ya menos común, de tirar la botella hasta que caiga de pie. Seguramente haya sido lo más emocionante de un día sin sorpresas y con el guion perfectamente estructurado y encorsetado. Por no haber, no ha habido ni fórmulas imaginativas del juramento del cargo. El PP juraba, el PSOE prometía, Vox añadía "por España" aunque acatando el Estatuto de Autonomía de Andalucía y las izquierdas hablaban de desigualdades y gente trabajadora. Tan sólo Teresa Rodríguez ha acatado la Constitución "porque lo exige la ley". Poco más.
Ni siquiera Moreno ha querido que los focos apuntaran a él. Era el día de Jesús Aguirre y ha sido el día de Jesús Aguirre, nuevo presidente del Parlamento de Andalucía. Las casualidades de la vida han provocado que también presidiera la Mesa de Edad que daba el pistoletazo de salida a la legislatura. Otra de las casualidades es que tanto él, el mayor, como los dos más jóvenes que la conformaban eran cordobeses. Marta Bosquet miraba con anhelo un sillón que ya no volverá.
Ciudadanos no estará durante la legislatura, pero sí estaban allí sus consejeros y algún suspiro ha escapado. Juan Marín posiblemente haya sido la persona más risueña de la sesión mientras apuraba sus últimos minutos en el cargo. Ya dijo tras las elecciones que, a pesar de los resultados, él se lo había pasado bien durante la campaña. Si no nos reímos qué vamos a hacer, habrá pensado durante toda la mañana. Entre tanto ha aprovechado una de las votaciones para darle la bienvenida a su paisana Irene García.
La Presidencia de la Mesa apenas estuvo desierta unos minutos. Ningún grupo propuso candidato, salvo el Partido Popular. Aguirre consiguió los 58 votos de su partido. No hubo díscolos, pero tampoco votos prestados del resto de formaciones. Al anunciar su propio nombre como ganador de la primera votación sonreía y se encogía de hombros como diciendo ‘qué le hacemos, es lo que hay’. Y así será, cuatro años como segunda autoridad de Andalucía. Hasta que cumpla los 70. Poco tendrá que ver su exposición futura con la que ha tenido como consejero de Salud en plena pandemia. Los conflictos que tuvieron que ocurrir en el Parlamento ya ocurrieron durante la anterior legislatura. Aunque nunca se puede descartar que algún grupo de izquierdas se vuelva a romper.
En cualquier caso, al fondo de la sala, Teresa Rodríguez bromeaba con el diputado de Por Andalucía y miembro de Podemos Juan Antonio Delgado. El guardia civil, con experiencia en el Congreso pero novato en el Parlamento andaluz no terminaba de aclararse con la silla. También participaba Esperanza Gómez. Ambos estaban por detrás de Inma Nieto, que no parecía muy interesada en participar en la conversación con su excompañera.
Faltaban dos votaciones que eran como ver un partido conociendo ya el resultado. Durante unos minutos se suspendió la sesión porque no se cumplía la paridad. Falsa alarma. Junto a Aguirre habrá dos gaditanas, Ana Mestre e Irene García como vicepresidentas de la Mesa. El resto, lo ya sabido: otra vicepresidenta para Vox, dos secretarías para el PP y una para el PSOE.
La felicidad del que fuera consejero de Salud sobresalía. En los juramentos no eran suficiente dos besos o la mano, Aguirre quería abrazos. Necesitaba abrazos. Daba igual que jurase o prometiese un diputado del PP, del PSOE, de Vox, de Por Andalucía o de Adelante Andalucía. el que ha sido consejero de Salud, con su nuevo cargo, repartía abrazos y sonrisas. De momento faltan los chascarrillos que llegarán a lo largo de la legislatura. Se ha despedido prometiendo buena dicción y recitando palabras de Juan Manuel Moreno. Un gesto anecdótico que deja claro que la legislatura va a ser monocolor. Al salir ha presumido de diálogo para resolver los conflictos que se le planteen a la Mesa. En cualquier caso, la inauguración de la legislatura ha sido sin sobresaltos porque una mayoría absoluta da tranquilidad y la tranquilidad es lo que más se busca.
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