Durante todo el jueves, en vísperas del Congreso Nacional del Partido Popular que se celebrará en Sevilla, se ha vuelto a rumorear por los mentideros de la política andaluza la posibilidad de un adelanto electoral. La idea estaba totalmente muerta desde que el PP fracasó en su intento de lograr la mayoría absoluta en Castilla y León y, posteriormente, el partido estalló por los aires con la crisis entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso.
Ahora es el turno de Alberto Núñez Feijóo y parece que en las nuevas mentes pensantes del PP surge la necesidad de que el nombramiento del gallego vaya acompañado de una victoria electoral que consolide su llegada de forma triunfal. Y la victoria más factible, por la posición electoral y por los tiempos de la legislatura, es la de Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía.
El rumor podría ser eso, un simple rumor que sitúa las elecciones andaluzas a mitad de junio y no en noviembre, como está previsto. Desde Hacienda siempre ha sido una fecha deseada porque permitiría realizar un presupuesto en tiempo y forma. El mensaje oficial, tanto desde el Partido Popular como de su socio de Gobierno, Ciudadanos, ha sido que había voluntad de acabar la legislatura y que para ello era suficiente con completar el primer periodo de sesiones, que finaliza en la primera quincena de julio.
Sin embargo, hay comentarios y movimientos que hacen pensar que el rumor no sólo es un simple rumor. El principal ha sido el de Marta Bosquet, presidenta del Parlamento de Andalucía y, por lo tanto, segunda autoridad de la comunidad autónoma. Sólo Moreno Bonilla está por encima de ella. Bosquet pertenece a Ciudadanos, una formación que no ha escondido su intención de alargar la legislatura al máximo, hasta cuando el adelanto sonaba con más fuerza. Obviamente, la situación actual de Ciudadanos es de debilidad y las elecciones de Castilla y León así lo han ejemplificado.
El movimiento de la presidenta de la Cámara legislativa andaluza no se puede tachar de discreto. A la vista de todos, desde su cuenta de Twitter, sólo le ha faltado mencionar al presidente de la Junta de Andalucía para que se dé por aludido. De forma muy tajante, Bosquet ha señalado todos los problemas actuales de la sociedad andaluza: el IPC, el precio de la luz y los carburantes, la situación geopolítica, la pandemia. Tras la enumeración ha lanzado una pregunta al aire que, en realidad, tiene claros destinatarios, "¿es el momento de elecciones?".
👎El IPC más alto en 3 décadas.
— Marta Bosquet🇪🇦🖤 (@martabosquet) March 31, 2022
👎La luz y el combustible por las nubes.
😥Una guerra en Europa con millones de refugiados.
👎La Covid19 aún sin superar...
✅ ... y estabilidad legislativa en el Parlamento de Andalucía.
🤔 ¿Es momento de elecciones?https://t.co/neN7eoCQYi
Durante este miércoles, el portavoz popular, José Antonio Nieto, fue de los primeros en dar pie a estas hipótesis. Nieto manifestó en una rueda de prensa en el Parlamento de Andalucía que el objetivo de acabar la legislatura ya se había cumplido y calificaba la fecha de las elecciones como una cuestión técnica. Hace un mes, cuando los populares salieron mal parados en Castilla y León, el portavoz del Gobierno, Elías Bendodo dedicó una hora en San Telmo a repetir que a la legislatura le quedaba todavía el 25%.
Con estos hechos, se entiende todavía mejor el paso adelante que ha dado el Partido Socialista durante la mañana del jueves solicitando una comisión de investigación para analizar en sede parlamentaria los procedimientos utilizados por la Junta durante los últimos tres años para adjudicar los contratos a dedo. La disolución de la Cámara a finales de abril – cuando tocaría para celebrar las elecciones en junio – haría caer una comisión que ya ha recibido el apoyo de Vox. También caerían otras leyes que están desgastando tremendamente al Gobierno andaluz, como la que tiene que ver con la ampliación de regadíos en Doñana. Lo socialistas, además, llevan ya varios meses de precampaña y dando a conocer a su candidato, Juan Espadas.
Precisamente, este rumor ha vuelto una vez que Vox ha dejado de solicitar semana sí, semana también, la celebración de elecciones en Andalucía. Desde la moción de censura en Murcia ha sido una constante en la formación que lidera Santiago Abascal. En los últimos meses de 2021 esto se intensificó. Y la presencia de Macarena Olona aumentaba la presión sobre el Ejecutivo andaluz. Hace algunos plenos, Manuel Gavira, portavoz de la formación, pareció tirar la toalla señalando que el Gobierno no parecía por la labor del adelanto electoral. Lo mismo hasta se precipitó.
No es la primera vez que la cuestión del adelanto electoral está encima de la mesa del Gobierno de PP y Cs, aunque todos sus miembros siempre se han remitido a la decisión del presidente. La primera vez fue con la no aprobación del Presupuesto de 2022. Aquello fue un jarro de agua fría para la coalición, pero finalmente se optó por la prórroga presupuestaria.
Poco después de aquella situación, Moreno Bonilla era el que levantaba la voz en una entrevista en El Mundo y abría un debate que se prolongó entre noviembre y febrero. La idea del presidente estaba clara: si había bloqueo en el Parlamento de Andalucía al retomarse las sesiones después de las vacaciones de Navidad, apretaría el botón. En Fitur, presentando el pabellón de Andalucía, llegó a situarlas antes de Semana Santa. La posibilidad era – y fue – real. Luego ocurrió lo que ocurrió en Castilla y León. Un resultado cercano a la mayoría absoluta por parte del PP hubiera significado la disolución del Parlamento de Andalucía. La mayoría absoluta quedó lejos.
Ahora, con un Congreso Extraordinario que tiene como sede la ciudad de Sevilla, donde el PP parece que va a salir fortalecido y el PP andaluz va a ganar fuerza e influencia dentro de la formación, la posibilidad del adelanto vuelve a estar presente.
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