La oposición ha salido en bloque a criticar a Pedro Sánchez después de anunciar que no renuncia a la Presidencia del Gobierno, en una rueda de prensa muy esperada y precedida de una carta donde amagó con hacerlo a cuenta del "acoso por tierra, mar y aire" de medios "de ultraderecha" que lanzaron acusaciones contra su pareja, Begoña Gómez, y llevadas a un juzgado por el sindicato ultra Manos Limpias.
Una de las comparecencias más esperadas era la de Alberto Núñez Feijóo, en calidad de líder de la oposición. Desde la sala de prensa de Génova, sede del PP, el dirigente ha cerrado la puerta a una posible moción de censura. No la habrá, al igual que Pedro Sánchez tampoco se someterá a una cuestión de confianza en el Congreso, que es una herramienta similar a la moción en la que es el propio presidente quien pregunta al Congreso si tiene los apoyos. Por tanto, esta crisis, al menos de momento, no va a suponer ningún movimiento parlamentario.
Feijóo ha dicho que lo protagonizado por Sánchez ha sido un proceso "ridículo" protagonizado por Sánchez. "España no tiene un presidente a la altura de sus ciudadanos". Y ha subrayado que este asunto no es de ahora, que todo se retrotrae a una forma de hacer política de Pedro Sánchez: "Estos cinco días han sido una semana más de varios años de bochorno".
"El PSOE se muestra a estas horas aliviado por la continuidad de su líder, me imagino que los independentistas también, pero hay una España indignada. Han tomado el pelo a una nación. El presidente ha dimitido durante cinco por pura estrategia electoral, estrategia judicial o ambas, pero los problemas de los españoles, no. Ni acierta en el qué ni el cómo, condenando nuestro país al bochorno y a la incertidumbre. Ha preferido huir hacia delante que dimitir", señalaba Feijóo. El dirigente gallego ha criticado que "ser imprevisibles no son atributos a valorar" en la política".
Y ha ido a más. Porque, para Feijóo, las acusaciones de Sánchez sobre los bulos a su esposa esconden un quehacer antidemocrático. "Su discurso de hoy es el más peligroso de todos los que ha entonado. No acepta la discrepancia. Quiere un país a su medida y a su servicio. No quiere oposición, no quiere Justicia, no quiere medios de comunicación. Solo se quiere a sí mismo. Lo que le ha movido estos días ha sido el miedo. Ha sido capaz de usar su intimidad para intentar ganar tiempo". En eso, "ha llegado a usar a su majestad el Rey como actor secundario en su última película".
Lo que ronda en la oposición y en el PP es una idea, durante mucho tiempo enterrada, de que Sánchez es un populista al estilo venezolano, y de vender a España a los independentistas. En ese tono se muestra el expresidente José María Aznar, que desde la Fundación FAES que dirige ha hablado de "caudillismo lacrimógeno". "Hemos visto a todo un presidente europeo usar las redes sociales para anunciar un retiro. Se ha chantajeado a la sociedad. Hemos visto vaciarse la presidencia del Gobierno de contenido institucional para ser suplantada por un caudillismo lacrimógeno por la mera apertura de unas diligencias judiciales".
Aznar ha sacado a colación asuntos que poco o nada tienen que ver con la agenda actual: "Llevamos años de ocupación sistemática de las instituciones. Se pueden enumerar, por ejemplo, dos estados de alarma inconstitucionales, la promulgación de los decretos ley como fuente de legislación, o el vaciamiento de competencias del Consejo del Poder Judicial".
"El sanchismo va contra el espíritu de la Transición"
Apunta también el expresidente que "el sanchismo va en contra del espíritu de la Transición. Sánchez quiere dividir porque solo así puede vencer", y que busca "el enfrentamiento entre españoles", "dinamitando" al PSOE y entregándolo a "minorías radicales". "Su operación no tendrá éxito. Se ha perdido el respeto a sí mismo, y no puede exigirlo a los demás. Desprecian el sentido crítico y las ganas de convivir de la ciudadanía española, al amparo de unas leyes, una Constitución que no puede ser deformada. Tenemos el deber de aportar cada uno. La roca que empujamos no es mayor que otras del pasado. Cada uno tiene el deber de empujar".
En líneas similares se ha mostrado Isabel Díaz Ayuso. Ha calificado a Sánchez como "una persona que está utilizando todas las herramientas a su alcance para atacar a periodistas, adversarios políticos, jueces... es el mundo al revés". "Es la desvergüenza absoluta".
El temor, dice el PP, es lo que viene ahora: "Ahora empezamos una etapa mucho más dura si cabe para todo aquello que sea un contrapeso para este gobierno que no conoce los límites". "Funciona con la máxima de conmigo o contra mí. Debería dar menos discursos sin periodistas y más ruedas de prensa con preguntas para dar explicaciones". Y un apunte más: "Lo único que pretende es el poder sin control, sin contrapesos".
Casi tres horas después, aún no se habían pronunciado desde el PP personalidades como Juanma Moreno, que sí fue crítico días atrás con Sánchez: El ataque a jueces y periodistas no tiene un pase. Sánchez no puede convertir un problema suyo en un problema de España. Nada bueno trae al país la incertidumbre ni sembrar dudas sobre la democracia. El futuro que nos tiene que ocupar a los políticos es el de los españoles".
División entre los socios del PSOE
El principal aliado para la legislatura de Pedro Sánchez es Sumar, partido con el que forma Gobierno. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha mostrado su "respeto" a Sánchez: "Los intentos de desestabilización se responde solo con dos herramientas. Más democracia y más derechos". En unas horas, Díaz se sentará con Sánchez en la Moncloa, donde le pedirá un esfuerzo para avanzar en agenda social. "Hoy más que nunca el pueblo necesita serenidad, seriedad y un horizonte de país. Porque no nos han votado para convertir nuestros problemas en los suyos". Y porque "hay que cumplir íntegramente el acuerdo de investidura e ir mas allá. Profundizar en las transformaciones de este país".
El vicepresidente del Congreso, Alfonso Gómez de Celis, lanzaba un mensaje en sus redes que es el de buena parte del partido: "¡Merece la pena, presidente! Con más fuerza si cabe. Con más respeto, lealtad y dignidad".
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se refrendaba que en que la decisión de Sánchez es "buena para España, buena para las políticas progresistas que él lidera y encarna y buena para la posición de liderazgo de España en Europa y en el mundo".
"El presidente demuestra su compromiso con España"
"Ha demostrado una vez más su compromiso con España y con una forma de hacer política que es voluntad de servicio y, sobre todo, decencia democrática", señalaba por su parte la ministra Margarita Robles, de Defensa. "No se podía ir, porque eso hubiera sido el triunfo de los que consideran que la política es lodo y eso no lo podíamos aceptar".
Pero en otros partidos, si bien hay cierta tolerancia hacia lo ocurrido en el país en los últimos cinco días, se mantiene cierta distancia. Es el caso de Aitor Esteban, del PNV: "Hemos asistido a un hecho insólito. Lo mejor que podemos decir es que el episodio se ha acabado y ahora lo mejor es todos volvamos a nuestro trabajo y a terminar los asuntos que tenemos pendientes. Y para hacer esta declaración no era necesario lo que ha pasado en estos cinco días".
Esta comparecencia llega en pleno inicio de la campaña electoral en Catalunya, que por el momento ha sido eclipsada por Sánchez. "Es una grave irresponsabilidad usar las emociones sobre el sufrimiento que supone un asedio mediático indigno para hacer tacticismo electoral", han dicho en Junts, un partido clave en la investidura de Sánchez y en la ley de amnistía.
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