Este 16 de noviembre España va a poner fin a varios meses de inestabilidad y un Gobierno en funciones. Pedro Sánchez será presidente aunque durante el primer día de debate de investidura se temió de que su nombramiento se hiciera finalmente efectivo. La legislatura se prevé larga y ardua con compañeros de viaje que son imprevisibles.
Desde las 9 de la mañana el tramo final del debate está en marcha. Si el miércoles le tocó cerrar la jornada a las formaciones independentistas catalanas, el jueves el turno de apertura es para las nacionalistas vascas. EH Bildu y PNV van a respaldar al candidato del PSOE, aunque con advertencias y líneas rojas. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ya dejó clara la postura de su partido. "No hay alternativa".
Junts intentó poner nervioso a Sánchez durante la primera jornada al mostrar su malestar con la condescendencia usada por el candidato a la investidura hacia la formación de Carles Puigdemont. Hubo, incluso, una reunión urgente entre los equipos de trabajo. No obstante, por la mañana Miriam Nogueras ha confirmado que su partido votará sí a Pedro Sánchez.
Con los independentistas entregados a la causa, no existe incertidumbre alguna para la votación. El actual presidente del Gobierno en funciones seguirá en La Moncloa otros cuatro años si es capaz de encajar día a día el puzzle parlamentario que ha conformado. Porque Sánchez será nombrado con un respaldo muy mayoritario. Pese a las críticas, todos los partidos con representación en el Congreso salvo PP, Vox y UPN respaldarán al socialista.
Está previsto que España tenga nuevo presidente del Gobierno poco después del mediodía. Con 179 votos, España recuperará cierta normalidad institucional y tan sólo quedará por conocer los nuevos nombres del Ejecutivo. Después, habrá que gestionar la fractura social que el país ha experimentado a partir de todo este proceso.
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