Pedro Sánchez ha acudido este sábado al congreso federal que se celebra en Sevilla. Este domingo será reelegido secretario general y mantendrá a su secretario de organización, Santos Cerdán, como su hombre fuerte dentro del partido. María Jesús Montero, además, apunta a repetir como vicesecretaria. Pero Sánchez no ha dicho ni una palabra públicamente. Se ha limitado a acudir, a estar en la tribuna frente a más de un millar de delegados procedentes de toda España, y a marcharse.
La estrategia de Sánchez es la de guardar silencio respecto a todos los frentes abiertos. Deja todo para su discurso de reelección el domingo. Y la expectación es enorme. Porque la próxima cita de relevancia para el PSOE serán los congresos regionales, y de entre ellos, destaca el de la mayor federación, Andalucía, donde Juan Espadas irá a la reelección como secretario general con un posible candidato delante apoyado por una corriente de críticos.
Sánchez ha almorzado este sábado con Espadas. Y no ha sido explícito respecto al futuro próximo del PSOE andaluz. A lo largo de la tarde, ha ido reuniéndose con las direcciones en cada comunidad autónoma para palpar su sentir respecto a la ejecutiva federal, el órgano de dirección interna, donde cada cual trata de aumentar su cuota para ganar peso en Ferraz.
En el terreno andaluz, comidilla en los pasillos de este congreso por obvias razones, por ser en Sevilla, y porque Espadas ya ha dicho que el lunes anunciará la fecha del congreso regional, este sábado se han producido muchas conversaciones, muchos encuentros. Y parece, según pasaban las horas, que Espadas ha ido ganando fuerza.
Los críticos con el secretario general le achacan la dificultad para hacer mella en Juanma Moreno. Es muy difícil recuperar la Junta de Andalucía, según los sondeos. Aún falta tiempo para las elecciones de 2026. La pregunta es quién será el cabeza de cartel. Si las expectativas no son buenas, por qué no cambiar. Pero el asunto es mucho más complejo que eso.
Ahora mismo, en el PSOE andaluz afronta dos batallas: una, la de la secretaría general; y otra, las secretarías provinciales. Lo uno está cosido a lo otro. Juan Carlos Ruiz Boix está cuestionado en la provincia de Cádiz, más aún después de ser el primer líder provincial que habló de dar salida a Juan Espadas. Apenas un par de días después, varios líderes municipales rechazaban sus declaraciones. Lo hizo así el alcalde de Chiclana, José María Román, o el de Rota, José Javier Ruiz Arana. Tomar postura tan rápido ha retratado la contestación interna que tiene en Cádiz.
Además, los llamados críticos, que públicamente han dicho que se están moviendo, no son capaces de concretar si entre ellos hay alguien que dé el perfil para derrotar a Espadas en unas primarias, que además sea capaz de convencer a la militancia de que puede ganar a Juanma Moreno. Lo ideal en un relevo de estas características es que sea alguien que pueda hacer cara a cara frente al presidente de la Junta dentro del Parlamento. Por lo tanto, debería salir del grupo parlamentario socialista, donde Espadas tiene buena cantidad de apoyos.
Por ello, un delegado de esa llamada corriente de críticos aseguraba que hay mucho camino rodado, que habrá primarias frente a Espadas pero que no era nada fácil. Es una corriente heterogénea, que podrá recabar apoyos contra Espadas en las provincias donde haya contestación a los secretarios provinciales que se alineen con él. Y eso no es fácil, porque deberá consensuar un nombre entre familias de muchas comarcas con arraigo en toda Andalucía. A eso se suma el propio balance numérico, porque no está nada claro que a ese sector que desea renovación le den los números.
En cualquier caso, ni el entorno de Espadas ni los críticos tienen claro el futuro cercano. Este domingo, en el discurso de Sánchez, habrá que ver si el presidente da un guiño público, un gesto, una mirada, hasta una foto, que sirva para bendecir a Espadas. Pero todo apunta a que Sánchez va a seguir sin mojarse, porque distorsionaría las próximas primarias andaluzas. El PSOE de Sánchez es el del liderazgo más férreo que se ha conocido.
Principalmente, porque tras la pérdida de tanto poder, el presidente del Gobierno es el mayor activo que tiene el partido. Pero es un poder que se ha ganado a base de años venciendo a todos los que se le pusieron delante, tanto en el PSOE como en cada elección desde 2019. Por eso se respetaría si el domingo tomara alguna decisión en favor o en contra de Espadas, si en su discurso muestra un apoyo, aunque sea tácito. Y, de hecho, hay que recordar que el presidente decidió llevarse este congreso federal a Sevilla nombrando presidente del evento al secretario general andaluz.
Reyes: "Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente"
De interpretar y retorcer palabras ha tenido mucho este sábado. Los dos grandes barones provinciales del PSOE andaluz son Javier Fernández y Paco Reyes, los dos únicos presidentes socialistas en las diputaciones, en las de Sevilla y Jaén. Al salir de una entrevista en la radio, en un corrillo de periodistas han comentado que respetarán si hay primarias. Se han mantenido prudentes, en la misma línea que las últimas semanas y meses. "Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente", señalaba en la SER Reyes. El mero hecho de que se hayan abstenido de mostrarse abiertamente partidarios por Espadas ha sido interpretado por algunos como una retirada de apoyos.
Pero fuentes de estos líderes se mostraban extrañadas por el revuelo de titulares que se ha generado durante la jornada, insistiendo en que no se han movido de la postura que han tenido en los últimos tiempos: respetar las primarias, abrir un debate si hay otro candidato, hablar con democracia... Desde el entorno del propio Espadas también insisten en que Reyes y Fernández no han retirado sus apoyos. Y un crítico de los que más se ha mojado en las últimas semanas, de esos que se están moviendo subterráneamente para tener un candidato alternativo, también era claro: "Nada, no han dicho nada". Les encantaría que así fuera, que los dos socialistas con más poder en Andalucía se unieran a la causa contra Espadas. Pero no es lo que ha ocurrido este sábado.
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