El ecuador de legislatura traía, finalmente, una crisis de Gobierno. Un cambio que ha supuesto solo la incorporación de dos nombres, Rocío Hernández para Salud y Carmen Castillo para Educación. Pasan a ostentar las dos consejerías que más conocen los andaluces, con más presupuesto autonómico y que más pueden exponer la mayoría absoluta.
Pero entre sus personas de confianza, Moreno ha diseñado una estrategia que ha supuesto un sudoku entre tres nombres. La hasta este lunes consejera de Salud, Catalina García, en lugar de ser destituida, toma las riendas de Sostenibilidad y Medio Ambiente, que deja Ramón Fernández-Pachecho. Tampoco seguirá siendo el portavoz. Una tarea para Carolina España, que sigue con Economía.
¿Qué análisis propicia esto? Fernández-Pacheco es examinado desde hace un tiempo como posible delfín político de Moreno. Si la loca política española requiriese en Madrid al presidente andaluz -lo ha negado, claro-, el PP pensaría en el almeriense por su perfil moderado, su juventud... y porque se parece a Juanma Moreno, y eso hasta ahora ha salido bien. Ahora, le da Agricultura, la cartera que tomó provisionalmente con la salida de Carmen Crespo a Europa.
Y, en la práctica, puede suponer un cambio de rumbo para el Gobierno andaluz. Fernández-Pacheco ofrece una imagen de moderación que, quizás, no es lo que estratégicamente quiere el PP de aquí al final del mandato. Una legislatura que, parece, tendrá como punto clave la financiación.
El Gobierno andaluz exige, como hiciera en su día incluso el PSOE, aumentar los fondos para hacer política andaluza. Pero ya no es simplemente deuda histórica, o tarta de los impuestos, o recuperación de lo que la crisis de 2008 se llevó. El contexto es Cataluña y la respuesta fiscal en paralelo a, primero, el apoyo de Junts y ERC a Pedro Sánchez para la investidura, y ahora para hacer president de la Generalitat a Salvador Illa.
Ya venía tiempo arrojando munición la Junta sobre ese asunto, pero ahora con el PSC en el poder, exigidos por ERC y con la mirada atenta de los de Puigdemont, podría ser dinamita. Carolina España parece que tendrá más colmillo para hacer sangre contra Pedro Sánchez. Y eso beneficia al PP en dos espacios: la propia Junta y las elecciones dentro de dos años... y el escenario nacional. Es decir, desde las ruedas de prensa de los martes posteriores al Consejo de Gobierno andaluz, apuntar contra la Moncloa dentro de una estrategia común de todo el partido. Y eso, hasta ahora, no ha sido así. Quizás, porque el propio Fernández-Pacheco quizás no debe ser la persona que salga a poner el pecho, sobre todo si hay planes para él en un largo plazo.
Habrá que poner el termómetro a las primeras intervenciones de Carolina España como portavoz del Gobierno para comprobar que, efectivamente, se viene una segunda parte de la legislatura algo más 'cañera'.