La Fundación Andalucía, Socialismo y Democracia ha celebrado este domingo la entrega de sus premios en conmemoración del 4 de diciembre, el aniversario de la gran manifestación en favor de la autonomía de 1977. La entidad del PSOE en Andalucía era hasta 2022 la Fundación Alfonso Perales Pizarro, pero cambió de nombre por deseo de la familia del dirigente fallecido en 2006.
El acto homenajeaba, por una parte, a las socialistas María Izquierdo Rojo y Ana María Ruiz-Tagle, y por otra, a los históricos dirigentes sindicales de UGT y de CCOO en Andalucía, José María Romero Calero y Francisco Acosta Orce.
El acto, celebrado en Coria del Río, ha contado con la presencia de José Luis Rodríguez Zapatero, que entró en la carpa del restaurante Esturión, junto al Guadalquivir, acompañando a Juan Espadas y de Rafael Escuredo. Este último nombre es fundamental para un PSOE que ve cómo algunos dirigentes históricos, como Felipe, Guerra o Rodríguez de la Borbolla se han posicionado abiertamente contra la amnistía. No es el caso de Escuredo, el expresidente andaluz que defendió la ley pactada con los independentistas catalanes.
Y con ese contexto en mente sale a defender el PSOE su posición, tratando de ofrecer batalla en los medios, tras algunas semanas en que el partido ha aguantado el 'chaparrón' de protestas ante sus sedes. Por eso, Espadas, en su intervención, no ha perdido la oportunidad para buscar paralelismos entre aquel 4 de diciembre de 1977 y el actual estado de tensión que vive España. "La derecha ya decía algo que os sonará familiar hoy: que se rompía España" con el proceso de autonomía para Andalucía.
La intervención de Espadas dejó un mensaje velado contra el PP andaluz. "Las derechas nos van a tener que seguir viendo en los próximos años defendiendo el 4 de diciembre". Todo, porque ha sido la Junta de Juanma Moreno la que ha declarado el 4D el 'Día de la Bandera de Andalucía', una reivindicación abrazada por el PP y que era una petición histórica de partidos andalucistas de las últimas décadas.
El exalcalde de Sevilla también ha lanzado algún dardo con maldad, al hablar de "pinchazo" en la convocatoria del PP andaluz por el 4D en la sevillana plaza de Cuba también en la mañana de este domingo. "Las derechas vienen a reescribir el relato" de aquel periodo de la Transición.
El líder del PSOE andaluz se vistió también de dirigente nacional, una vez que esta semana ha sido confirmado como portavoz del grupo socialista en el Senado, para hablar de las pasadas elecciones, defendiendo que en julio España votó para que no gobernase "la derecha y la ultraderecha". Ha defendido la Constitución, el estado de derecho y la democracia, "que garantizan los avances de la sociedad".
Tras una larga intervención de Espadas, con lecturas autonómicas y nacionales, llegaba el momento de José Luis Rodríguez Zapatero, el más esperado de la mañana. La historia del expresidente es curiosa, porque abandonó La Moncloa azotado por la crisis económica, convocando elecciones anticipadamente y sin volver a presentarse. Casi una década después, ha renacido en este último ciclo electoral, con multitud de entrevistas e intervenciones públicas. Una recuperación de su figura que ha sido medida por el PSOE. "Voy a acabar siendo el expresidente de los mítines", reconoció.
Ha comenzado dignificando a Escuredo: "Es uno de los padres fundadores de la democracia española. Bajo el liderazgo del presidente Escuredo, cambió Andalucía, y Andalucía cambió España". En los primeros compases de su intervención, hubo aplauso cada dos frases. Simbólico.
Zapatero: "Para hacer bromas, no hay mejor entrenamiento que venir a Andalucía"
A Juan Espadas le ha dicho Zapatero que tiene intención de "venir bastante a Andalucía. Para apoyar al partido, porque mi optimismo es invencible, ya lo sabéis. Ha empezado la cuenta atrás para una nueva mayoría socialista en Andalucía después de las próximas elecciones. No tengo ninguna duda". Para "hacer bromas, tirar de ironía" en los muchos mítines a los que acude, para no ser aburrido en sus intervenciones, "no hay mejor entrenamiento que venir mucho a Andalucía".
Tras ese primer 'paseo' hablando de Andalucía, ha virado también su discurso a la política nacional. A la derecha le ha recomendado "tila" para que "digiera las elecciones", porque "va a haber Gobierno para cuatro años". En el futuro, ha defendido, "nos sentiremos orgullosos por la valentía y determinación de un Gobierno socialista, el de Pedro Sánchez", se aprobó la amnistía.
En el turno de Rafael Escuredo, ha comenzado recordando que en Coria, en el verano del 36, un grupo de falangistas detuvo a Blas Infante, para fusilarlo luego en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona. A sus 79 años, y a pesar de pasar tres días convaleciente en cama, y a pesar de que hace ya muchos años abandonó la primera línea política, ha mandado un mensaje de hondo calado. Porque ha alabado a tres presidentes de la democracia española.
Y no han sido los tres socialistas. Cronológicamente, ha defendido a Adolfo Suárez, luego a Zapatero y luego a Pedro Sánchez, saltándose, de forma obvia, a Felipe González. "Suárez mandó a un abogado a París a hablar con Santiago Carrillo para traerlo a España. Y a Tarradellas. Pero ahora no se puede hablar con nadie que esté fuera de España para traerlo de vuelta", ha dicho en defensa de la amnistía.
A la derecha andaluza, y en particular a Juanma Moreno, le ha dado la "bienvenida" al andalucismo, "bienvenido a la bandera", pero "que pidan perdón", dijo recordando que solo hubo tres partidos que defendieron el Estatuto de Andalucía: los socialistas, los comunistas y "el PSA, unos días sí y otros no".
En lo actual, ha dicho que Espadas "va a mandar mucho" y ha hecho un llamado a la Junta para "reclamar lo que queda pendiente de transferencias", asegurando que el PSOE está dispuesto a pedirlas en un bloque de unidad en el Parlamento.
El acto, en conclusión, ha servido para que el PSOE siga ahondando en la recuperación de una fecha como reacción a la reivindicación que del 4D ha hecho Juanma Moreno. Y ha servido, quizás, para ver a Juan Espadas en su primer acto de partido ejerciendo no solo como líder del PSOE andaluz, sino como dirigente nacional a través de su portavocía en el Senado.
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