Hoy y mañana sigue todavía el polvo en suspensión en la atmósfera en zonas de Andalucía, sobre todo en la provincia de Cádiz, según informa la Aemet. Pero ¿cómo protegerse de la calima para evitar problemas respiratorios? No hay grandes remedios salvo que más que nunca conviene usar mascarilla en el exterior preferiblemente FFP2 para mayor protección frente a las partículas, no practicar deporte al aire libre y cerrar puertas y ventanas en las viviendas para evitar que entre el polvo.
La previsión es que en las próximas 48 horas las lluvias se lleven la calima o bien la convierten en barro, ya habitual, y cada vez más, en el sur de España, algo a lo que según los meteorólogos tenemos que ir acostumbrándonos.
Esencialmente “las personas con problemas respiratorios que salgan solo lo imprescindible. Si se tiene la sensación de cuerpos extraños en los ojos, la persona debe lavarse la cara con abundante agua”. Los alergólogos recomiendan ingerir abundantes líquidos, en especial niños y ancianos, para evitar la deshidratación.
Se deben cubrir todas las fuentes de agua, como pozos, recipientes o tanques, que estén al aire libre para evitar contaminación. La OMS recomienda humedecer sectores de la casa antes de barrer para evitar levantar el polvo que se acumula. España tiene peor calidad de aire en estos momentos debido a la entrada de polvo del Sáhara.
El material particulado o 'PM' puede consistir en fragmentos sólidos o líquidos de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen que se dispersan en la atmósfera.
Su diámetro varía de los 2,5 a los 10 micrómetros (µm). La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) marca el umbral en los 45 μg/m3 24 de media diaria por metro cúbico de aire para las PM10 y de 15 μg/ m3 de media diaria para los PM2.5. A partir de los 50 μg/m3 se considera la peor calidad de aire respirable.
El polvo del Sáhara está compuesto por aluminosilicatos —óxido de aluminio y sílice—, arcilla, yeso, calcita y otros minerales. También contiene partículas microscópicas de otras bacterias, hongos, polen y otros elementos tóxicos.
La OMS fija el nivel máximo al que se puede estar expuesto a este aire en 50 mg por metro cúbico. Pero la mayoría de zonas de España afectadas por la calima ya registran índices superiores, aunque hay otras razones, lo que se puede verificar en portales como The World Air Quality Project.
La exposición a niveles elevados de este peligroso polvo en suspensión provoca irritación de las vías respiratorias y de los pulmones. Esto afecta a las personas con enfermedades crónicas respiratorias, asmáticos y alérgicos.
La calima puede provocar respuestas inflamatorias en el sistema circulatorio, con un menor suministro de oxígeno a los tejidos. Ello puede agravar enfermedades cardiovasculares, arritmias, infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares (ictus isquémicos).
Así luce la profunda borrasca 🌀 que se ha formado al oeste de la Península Ibérica: condicionará el tiempo en esta primera mitad de semana.
— Meteored | tiempo.com (@MeteoredES) October 18, 2022
Además de las inminentes lluvias 🌧️ abundantes en el oeste, está impulsando aire anormalmente cálido.
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El cambio climático es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad, y los profesionales sanitarios de todo el mundo ya están respondiendo a los daños para la salud causados por esta crisis en curso, según la OMS.
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