El sector de Sanidad de CSIF Cádiz quiere denunciar el caos organizativo que se vive en el Hospital de Alta Resolución de la Janda, en Vejer de la Frontera, por la mala gestión de sus responsables, y que afecta principalmente a dos categorías: facultativos del servicio de Urgencias y personal administrativo de la Unidad de Atención a la Ciudadanía (UAC).
Por una parte, el personal médico de Urgencias, cuando realiza jornadas complementarias, desconocen cómo se les va a retribuir, si se les abonan las horas extra o si les van a dar días libres en contraprestación. Y pasan los meses y continúan en la misma situación. Además, a pesar de haber remitido multitud de escritos de reclamación, la dirección sigue sin respetar días libres y otros derechos laborales, mientras siguen sin aumentar la contratación de personal. Todo esto, para CSIF supone un abandono al personal del centro, cuya labor es esencial para toda la ciudadanía de la comarca de la Janda.
En el mismo servicio, en Urgencias, también se da el caso de que, a la hora de establecer los circuitos Covid, no se ha contado con la opinión del coordinador de Urgencias, cuando este cargo debería formar parte de todas las decisiones que afecten al servicio, con el objetivo de evitar problemas de funcionamiento y para optimizar los recursos.
Pero, a juicio de CSIF, a este coordinador se le ningunea por parte de la dirección, hasta el punto de que el hospital permitió, en septiembre, el cierre de una parte del servicio de Urgencias para el rodaje de una serie de televisión privada, sin contar con él. De hecho, advirtió a la dirección de que no podría hacerse responsable de las consecuencias de la merma de recursos vivida aquel día, provocando malestar entre usuarios y profesionales.
Por otra parte, otro colectivo afectado por la gestión de la dirección del centro es el personal administrativo de la Unidad de Atención a la Ciudadanía. En este sentido, CSIF señala que la responsable de la UAC marca unas líneas de trabajo a sabiendas de que no son las más adecuadas parar el correcto funcionamiento de este servicio, y, para colmo, responsabiliza a los trabajadores de las consecuencias.
CSIF denuncia que este personal administrativo está cambiando de puesto a cada pocos meses (de tres a seis meses), provocando desajustes salariales y problemas de conciliación, que terminan ocasionando un estrés y saturación entre estos profesionales. Este sindicato recuerda que, cuando un grupo de trabajadores de la UAC reclamó la puesta en marcha de un proceso de movilidad interna para cubrir puestos, la coordinadora de la UAC lo denegó (sabiendo que así incumplía un acuerdo aprobado en mesa paritaria). Solo a través de un escrito trasladado directamente a la gerencia de la Agencia Sanitaria del Bajo Guadalquivir, de la que depende el hospital, se consiguió poner en marcha dicho proceso.
Con todo esto, CSIF reclama a la Agencia Sanitaria Bajo Guadalquivir que “tomen las medidas oportunas para acabar con el caos organizativo y la precariedad de la plantilla de este hospital, y que depuren responsabilidades por la dejadez y mala gestión entre los altos cargos del centro”.