El Ministerio de Sanidad ha reaccionado pública este miércoles a la decisión de la OMS a la declaración de emergencia sanitaria de MPOX, conocida popularmente como la viruela del mono.
Una enfermedad que se caracteriza por lesiones cutáneas pero que puede ser acompañada por otros síntomas graves. Perteneciente a la familia de la viruela, una gravísima enfermedad que ha costado millones de vidas hasta el desarrollo de la vacuna, los síntomas pueden ser fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, dolores musculares, cansancio, inflamación y dolor en el recto y ganglios linfáticos inflamados. A menudo, las lesiones se transforman en vesículas con líquido, que pasan a pústulas y caen.
"La transmisión se da sobre todo en las relaciones sexuales y la prevención mediante la vacunación es una de las medidas más importantes para evitar la enfermedad, reducir sus síntomas y limitar la transmisión entre personas", como señala el servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
La transmisión se realiza por contacto estrecho y directo, por lo que en el contexto de las relaciones sexuales es donde mayor probabilidad de contagio existe. Hay una vacuna que se ha puesto en España a más de 40.000 personas por ser consideradas de riesgo -por prácticas sexuales continuadas con diferentes personas, como sería el caso de personas con una vida sexual muy activa. De ellas, la mitad no se ha puesto la segunda dosis, avisa el Ministerio.
"La estrategia de vacunación preventiva actual prioriza a las personas que mantienen relaciones sexuales sin protección, principalmente, aunque no exclusivamente, hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH). Se da especial importancia a aquellas personas con múltiples parejas sexuales, que practican sexo en grupo o que han tenido infecciones de transmisión sexual (ITS) recientemente", indica Sanidad.
Asimismo, el Gobierno ha notificado que en España hay constancia de 264 casos confirmados, una cifra muy inferior a la de África, con millones de afectados en el continente, donde es más difícil que se imponga la profilaxis o la vacunación.