La calidad del semen ha experimentado un notable deterioro en los últimos años, lo que podría estar incidiendo en el aumento de los casos de infertilidad masculina. Según un estudio elaborado por el Instituto Bernabeu, una proporción significativa de hombres presenta concentraciones de espermatozoides por debajo de los niveles considerados normales por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que complica la posibilidad de concebir de manera natural.
El centro especializado en reproducción asistida ha analizado más de 8.000 muestras de semen y ha identificado un descenso preocupante en diversos parámetros clave. Uno de los más significativos es la reducción del volumen de eyaculado, que ha caído un 17% en los últimos cinco años, lo que repercute directamente en el número total de espermatozoides móviles, fundamentales para la fecundación.
A este deterioro se suma una caída en la morfología espermática. Actualmente, apenas el 1% de los espermatozoides por muestra analizada es considerado normal, una cifra muy inferior al 7% registrado hace menos de una década. Paralelamente, el número de hombres portadores de enfermedades de transmisión sexual ha aumentado, un factor que también puede afectar negativamente a la fertilidad.
La investigación señala que la baja calidad del semen no es un fenómeno aislado, sino una tendencia que se manifiesta a escala global. Desde 1973, la concentración espermática ha disminuido en un 51% a nivel mundial, lo que ha llevado a la OMS a revisar sus criterios para definir los estándares mínimos de calidad seminal.
Uno de los indicadores que refuerzan esta tendencia es el alto porcentaje de candidatos a donantes de semen rechazados por no alcanzar los requisitos de calidad establecidos. Más de la mitad de los descartados no cumple con los criterios mínimos marcados por la OMS, según apuntan desde el Instituto Bernabeu.
Los motivos
El deterioro de la calidad seminal está relacionado con múltiples causas. Entre ellas se incluyen factores hormonales, inmunológicos y genéticos, así como otros vinculados al entorno, como la exposición a pesticidas, productos químicos industriales, el consumo de tabaco y drogas, o determinados fármacos, especialmente los usados contra la caída del cabello o con fines anabólicos.
El estilo de vida también influye de manera significativa en la salud reproductiva masculina. La adopción de hábitos saludables, como una dieta equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico, la reducción del estrés y la eliminación de sustancias tóxicas, puede contribuir a mejorar los parámetros seminales.
Asimismo, distintos estudios han señalado que el uso prolongado de ordenadores portátiles sobre el regazo puede elevar la temperatura testicular, un factor que perjudica la producción de esperma. Ante dificultades para concebir, los especialistas aconsejan consultar con profesionales en fertilidad y salud reproductiva para valorar posibles soluciones.