Compaginar un puesto de responsabilidad de gestión en un hospital público, con su actividad privada, la docencia universitaria y la cooperación internacional ya dice mucho de la firmeza de Margarita Cabanás Jiménez (Sevilla, 1975), que es jefa de Oftalmología del Hospital Universitario Virgen del Rocío y la única española en recibir el Premio Internacional Gusi de la Paz en 2024, conocidos como los Premios Nobel de Asia. Estos días ha participado en los actos celebrados por el Ayuntamiento de San Fernando con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Reconocida internacionalmente por su trabajo como cooperante, sin duda, habla con emoción de su trabajo en África y de su trayectoria hasta romper techos de cristal.
Sí, cada vez hay más mujeres, de hecho, en mi servicio, pues somos muchas compañeras y de los residentes que entran, ya hay un porcentaje alto mujeres, pero obviamente, antes no era así. Es más, dentro de la oftalmología hay ramas en las que hay más hombres que mujeres, como, por ejemplo, en la cirugía refractiva. También hay más mujeres en los hospitales públicos, pero en el sector privado se marca un poco la diferencia.
"Que seamos capaces de tener impacto con acciones directas en la visión de los pacientes es muy alentador"
Me gusta mucho por los logros que se pueden hacer con ella. El sentido de la vista para mí es importantísimo y que seamos capaces de tener impacto con acciones directas en la visión de los pacientes es muy alentador. También mi especialidad es muy innovadora. Tiene un desarrollo y una innovación tecnológica muy interesantes y quitarle un problema de visión a una persona es, sin duda, muy gratificante.
Yo estudié en la Universidad de Sevilla y luego me presenté al examen de Médico Interno Residente (MIR). Fuimos 15.000 personas las que nos presentamos y me quedé en el puesto 182, lo que me permitió elegir especialidad. Hice oftalmología en el Hospital Virgen Macarena, pero desde siempre he sido una persona muy inquieta y he tenido muchas ganas de participar en congresos, hacer cursos, adquirir habilidades quirúrgicas y cooperar.
Trabajé un tiempo en el Hospital de Macarena, luego ya estuve solo en la privada y después me fui a Virgen del Rocío. Y ahora compagino el trabajo Virgen del Rocío con mi trabajo en Clínica Baviera, además de ser profesora asociada de la Universidad de Sevilla. Así que mi principal actividad es clínica, la docencia en la Universidad de Sevilla y la cooperación. Luego participo en muchos congresos, reuniones científicas, hago mucha formación, doy muchas charlas e intento aportar lo que pueda.

Yo ya conocí la cooperación cuando era estudiante de Medicina. En cuarto, me fui a Brasil a trabajar en las favelas y esa experiencia me abrió esa ventana de interés. Siendo residente, quise volver a ir, pero no tenía la preparación suficiente y tuve que posponerlo hasta el año 2007, que me fui la primera vez a Costa de Marfil con un grupo de pediatras de una ONG que se llamaba África Arcoíris.
Esto ha discurrido en paralelo de mi actividad profesional. Trato de ir a cooperar cuando puedo. Ha habido épocas que he ido cada año, otras en las que no he podido porque tengo un hijo, ahora con 19 años, y ha habido momentos en que era muy complicado. Hace dos años estuve en Sierra Leona, pero el pasado año coincidió con la entrega del premio (el premio Gusi de la Paz 2024 del que hablamos más tarde). Así que, si no hay ningún problema, en Semana Santa vamos a un campo de refugiados en Kenia y, si podemos, en verano o a final de año, iremos a Uganda.
"Hay países en los que no hay prácticamente oftalmólogos"
Desde la primera vez que te acercas a esta realidad te haces muy consciente, por un lado, de la necesidad que hay y de la vida tan diferente que llevan otras personas del planeta y, por otro, de la suerte que tenemos por el entorno donde hemos nacido, vivido y nos hemos desarrollado. Y te das cuenta de que las aptitudes que has ido adquiriendo a lo largo de los años no se deben quedar sólo en tu trabajo del día a día, que es muy importante y que hay que desarrollar con la mayor profesionalidad, sino que también hay otras muchas otras partes del mundo en las que no tienen absolutamente acceso a situaciones que para nosotros son tan cotidianas y tan normales como una cirugía de cataratas, por ejemplo. Así que adquieres la responsabilidad de intentar ayudar a personas que no tienen capacidad de resolver sus problemas. Es que hay países en los que no hay prácticamente oftalmólogos o donde la mayoría de la población no tiene recursos económicos para poder someterse a un tratamiento o a una cirugía. Al final es un granito de arena que tú aportas y que, para nosotros, evidentemente, es un esfuerzo porque a medida que pasan los años es físicamente más duro o hay países que no siempre son fáciles y no son los más seguros del planeta.
En cuanto a experiencias, lo que más nos duele es ver que hay casos que tú no puedes resolver allí. Desde meses antes, hacen un llamamiento anunciando que va a haber una campaña. Nosotros vamos con alguna red local, yo ahora suelo ir con una ONG que se llama Visión Sin Fronteras, que hacen un filtro de pacientes para que cuando nosotros lleguemos no perdamos tiempo en hacer esa criba. Aun así, hay muchas personas que se acercan o que vienen andando kilómetros y kilómetros porque tú eres su única esperanza y, a lo mejor, los vemos y sabemos que tienen problemas que no se pueden resolver. Tener que explicar, por ejemplo, a una familia de viene de la otra parte del país que no podemos hacer nada por ellos es durísimo.
Luego son países donde, por ejemplo, hay mucho sida y el mayor pinchazo que me he dado en un quirófano ha sido en una mano operando en África. Imagine el susto. Pero bueno, son cosas que pasan y hay que intentar gestionarlas y quedarte con lo bueno.
Para mí, mi familia y para todos mis compañeras y compañeros, ha sido un honor recibir un premio como este porque es una muestra de reconocimiento para toda mi profesión. Ha sido muy bonito que se reconozca esa labor no por mí, sino por todas las personas que están implicadas en la cooperación y tratan de ocuparse en su trabajo también de la forma más profesional que se puede.

Sí, creo que está bien hacerlo porque, aunque soy optimista y creo que las nuevas generaciones son mucho más igualitarias o al menos es lo que se percibe, todavía se dan situaciones de desigualdad según donde nos desenvolvamos. Creo que, con este tipo de eventos, podemos reforzar a todas esas chicas y a esas mujeres que tienen que decidir su camino y no saben por dónde tirar. Puede ayudarles a tener referencias y que vean de cerca a otras mujeres. Es bonito divulgar este mensaje.
"Debemos confiar más en nosotras mismas. Este es uno de nuestros mayores hándicaps"
Sí, efectivamente, creo que todavía existen sectores en donde la presencia de las mujeres no es ni igualitaria ni mayoritaria en determinados puestos. Quiero pensar que cada vez vamos a llegar más, pero, todavía, nos queda un camino. También creo que debemos confiar más en nosotras mismas. Este es uno de nuestros mayores hándicaps, sobre todo, entre las mujeres de mi generación: muchas veces hemos tenido miedo a dar el paso de asumir responsabilidades porque desde pequeñas nos han proyectado una imagen de que las figuras de responsabilidad eran figuras masculinas. Creo que es algo que nos tenemos que trabajar y estar seguras de que nuestra carrera profesional no va a suponer un menosprecio a nuestra maternidad o a nuestra vida familiar. A veces creo que nos ponemos un poco esas barreras y espero que las nuevas generaciones vayan cambiando.
Todo el mundo tiene sus referentes, aunque no creo que tengan que ser grandes líderes, pero al final tus referentes cercanos son las personas que te transmiten valores, como la educación, el esfuerzo, tener confianza. En mi caso, cuando era pequeña mis referencias eran mis familiares que se dedicaban a la medicina. Yo quería dedicarme a la medicina y tenía que confiar en mi potencial y desarrollar mi propio camino. Es muy importante tener en paralelo a gente en la que apoyarte y hacer equipo, pero soy muy partidaria de tomar tus propias decisiones, confiar e ir paso a paso.
Que se marquen objetivos en la vida y persigan sus sueños, que son capaces y que luchen para poder alcanzar sus metas en un entorno de igualdad y de profesionalidad. Que vayan a por todas.