Sebastián Martín Recio (El Rubio, 1953) fue alcalde de Carmona por Izquierda Unida entre 1995 y 2007. Con trayectoria en su partido, coordinador en la provincia, y un peso pesado en Andalucía. Hoy, este médico jubilado, es el coordinador de las Mareas Blancas de Andalucía, y ha participado en el encierro organizado desde la mañana de este jueves en el Hospital Virgen del Rocío. Hoy, paciente, y hasta hace poco, sanitario, "médico de familia en Carmona durante 33 años".
Si miras los datos, no se ha visto nunca lo que está ocurriendo. Por ejemplo, demoras asistenciales en un centro de salud de 20 días es algo que no ha ocurrido nunca. Hay listas de espera de un millón de personas, y esto no arranca, porque no se ha visto nunca. Dos millones de pólizas de seguros privados, y más del 35% del gasto sanitario total es privado. Las grandes multinacionales están aquí, se han hecho dueñas de las clínicas y de los hospitales privados.
"Es importantísima la unión con los sindicatos"
Está claro que aquí hay un proceso salvaje, por decirlo así, desde los intereses económicos de empresas que se dedican a este sector para darle un bocado grande a la sanidad pública. Quieren dejarla deteriorada y empobrecida, para de esa manera conseguir que la privada se expanda y tenga más beneficios. A eso le suman las seis universidades privadas que han aprobado, algunas de las cuales están proyectando tener sus facultades de medicina privada. Pues realmente lo que estamos hablando es de un holding privatizador que hace aumentar la desigualdad. Y eso es peligrosísimo.
La última movilización en Sevilla, en noviembre, tuvo más de 40.000 personas. Nosotros tenemos movilizaciones puntuales cada día en montones de pueblos, eso lógicamente no sale en los medios de comunicación. Pero yo, por ejemplo, he estado en cinco ocasiones en los últimos meses en los pueblos de la Sierra Sur. Hay movilizaciones en distintas comarcas de Andalucía, también en toda la zona de Montilla y Montalbán, todo eso. Movilizaciones hay. Pero la confluencia con los sindicatos, esto que ha ocurrido hoy, tiene una trascendencia. Y es que se produce una complicidad, se comparten objetivos entre el mundo sindical, que tiene su epicentro en la situación laboral, profesional, etc., con la ciudadanía, con los usuarios. Y eso es importantísimo.

Sí. Lo mismo que el gasto sanitario por habitante de Andalucía está a la cola de España, o el número de camas por habitante, todos los indicadores vienen a demostrar que Andalucía está fatal. Y entre ellos es el nivel de retribuciones de los sanitarios. No está equiparado ni a la media estatal. Es lógico que se rebelen ante esta situación, que es un agravio comparativo. Es inconcebible que un médico en el País Vasco gane un 20 o un 30% más que un médico aquí.
Esos planes de choque hasta ahora han demostrado que son ineficaces totalmente. ¿Por qué? Porque detrás de esos planes de choque hay un concepto, un modelo sanitario que perjudica a lo público y, en consecuencia, aquí tienen los resultados. Por ejemplo, sobre las 72 horas, eso era un brindis al sol. Una persona que pide una cita y no se la dan hasta 20 días, parece que a lo mejor ahora la van a llamar por teléfono. Esa persona coge el teléfono y aparece una voz que le dice: "Mire usted, yo soy médico".
Pero no sabe qué médico es, ni siquiera de qué pueblo es, y tampoco puede resolverle ese médico, -si es que es médico, que eso tampoco por teléfono se puede demostrar-, la mayoría de los problemas que necesitan una exploración. Eso necesita una presencia del paciente real, no una llamada. Eso ha quedado ahí como una experiencia sin resultado ninguno. Las medidas que han ido poniendo no han dado resultado porque obedecen a un modelo que ya de por sí distorsiona al modelo público.
Sí, por referencias. La información que teníamos de ella es que era una persona muy economicista, una persona que por evitar gastos hacía lo imposible, aunque perjudicara el desarrollo profesional y la atención a los ciudadanos, como no cubrir bajas. Tiene una estela de persona que no tenía la simpatía ni de los usuarios ni de los profesionales.